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POLITICA EXTERIOR

Guelar: "en la asociación con Brasil se juega toda nuestra geopolítica"

El exembajador de Argentina en Estados Unidos, China y Brasil cree que es clave para la inserción del país y el desarrollo productivo trabajar en bloque junto al país vecino, algo que hoy no sucede. Y remarca, por si fuera necesario, el rol que tiene China en el comercio libre: "Hoy, el mayor abanderado de la libertad de comercio en el mundo es China, lo que no significa que no administre con mucho cuidado sus acuerdos de libre comercio".

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APERTURA ADMINISTRADA. Para Guelar debe dejarse de atrás el debate de proteccionismo o apertura e ir a un libre comercio administrado. | Cedoc

Junto al debate que se generó en el Congreso y que terminó ratificando el veto del ejecutivo al proyecto de financiamiento de la educación universitaria el frente externo sigue generando novedades y pasos en falso para el gobierno, que semana a semana busca acomodar sus posiciones. El momento confuso de estos días lo protagonizó la canciller Diana Mondino cuando aseguró que se evaluaba el ingreso de Argentina al bloque BRICS, algo que luego debió salir a desmentir.

El tono de la política exterior del gobierno y de los trabajos en torno al comercio exterior fueron analizador por Diego Guelar, en diálogo con PERFIL CORDOBA. El exembajador de Argentina en Estados Unidos, China y Brasil visitó Córdoba en el marco del Coloquio de la UIC, dónde se sumó a un panel de debate. “La política exterior es la política interior traducida afuera, y más ahora donde yo digo una cosa en Córdoba y es publicada en todo el mundo. Hoy no hay fronteras entre lo exterior y lo interior, la política externa es un capítulo de la política doméstica, lo que somos adentro es lo que somos afuera. Es así. El que sigue la Argentina tiene la misma información que tenemos, diaria e instantánea”, plantea.

-¿Cómo podemos calificar o definir hasta ahora el trabajo de relaciones exteriores de este gobierno?
-Todavía transita en líneas que no son claras, se largó con esto de que el Papa es el representante del Maligno, que con China y Brasil no se iba a hacer nada…Ahora el presidente está ajustando esas definiciones, está bien, porque errar es humano. Está corrigiendo con muchas dificultades un escenario confuso. La canciller habló sobre revisar la incorporación de Argentina al Brics y al poco tiempo ella misma se desmintió, esas líneas no sirven, es muy difícil, pero es un gobierno nuevo que está buscando su perfil.

-¿El interlocutor hacia afuera debe ser el propio presidente o es un rol que es mejor que asuma un canciller?
-No, el titular de la política exterior es el presidente, en todos los países es así. Después hay una secretaria de Estado, acá la llamamos ampulosamente canciller, pero es un asistente temático del presidente. Claro que es bueno que el presidente este respaldado, asesorado por un canciller que lo ponga la tanto de la historia, que muchas veces ha sido zigzagueante y tiene varias líneas.

-Y en ese punto, ¿el canciller no debería ser alguien de carrera?
-Los cancilleres, en general, no son de carrera, es bueno que haya una cancillería profesional, pero necesita tener una conducción política, siempre es bueno tener una persona idónea.

-Volviendo a China, ¿cómo ve esa relación?
-Bueno, pareciera ser un tema donde ahora el presidente busca normalizar, me alegra. China y Brasil son nuestros dos socios comerciales más importantes en el mundo. China tiene su forma de comunicación y es el socio más importante para 140 países en el mundo empezando por Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Chile, Uruguay. Hay que entender su comunicación y es la gimnasia que debería hacer un canciller.

-¿Hay margen para reconducir el acuerdo Mercosur-Unión Europea?
-Hoy está muy difícil. Yo inicié esa negociación en 1995, estuvimos muy cerca de obtenerlo después, ahora estamos en una etapa difícil porque hay un brote proteccionista y nacionalista muy fuerte en Europa y eso genera dudas sobre si lo podemos empujar en este momento. El ejecutivo de la Unión Europea, la Comisión Europea lo está empujando, tiene consciencia de la importancia estratégica del acuerdo y de generar una zona de libre comercio, pero el Consejo, que es el órgano permanente, donde están representados los Estados hoy tiene Estados que tienen mucha presión del electorado por vía de la derecha proteccionista. Hoy hay mucha resistencia a abrir fronteras para el ingreso de personas y de bienes.

-¿Estamos capacitados a nivel económico y sobre todo industrial de abrirnos al mundo?
-Hubo un argumento histórico en los últimos 70, 80 años que era suponer que por un período transitorio la protección nos iba a poner en mejores condiciones para la competencia. Pero no se hizo el trabajo, hubiera sido un buen argumento si hubiéramos cumplido ese entrenamiento para la liberalización en etapas. La realidad es que nos desindustrializamos, hicimos las cosas mal. ¿Qué queda claro? Cuidado con el proteccionismo que no es el camino para la mejora de la industria. Todos los países tienen sistemas de comercio exterior administrados, el libre comercio es libre comercio administrado, todos administran la libertad. Hoy el mayor abandera de la libertad de comercio en el mundo es China, es el mayor abanderado, lo que no significa que no administre con mucho cuidado sus acuerdos de libre comercio y aperturas.

-Acá pasamos del proteccionismo fuerte a la apertura.
-El tema no es proteccionismo o apertura, ese péndulo lo tenemos nosotros, lo que tiene que haber es un proceso constante de apertura administrada, creciente, asociada en el caso nuestro con Brasil para tener mayor capacidad de negociación, una serie de componentes que tienen que jugar. Y en la asociación con Brasil es donde se juega toda nuestra geopolítica, esa asociación es el dato central de la capacidad de construir un relacionamiento con el mundo. Hoy no lo tenemos. Un cálculo muy sencillo, los brasileros exportaron a China el último año US$122.000 millones, nosotros US$5.000 millones. Así nos hemos quedado afuera. Para negociar bien tenemos que acompañar a Brasil, nos han sacado 100 cuerpos. Brasil es el punto central de nuestra política exterior.