En los últimos años, las tarjetas de débito y crédito han adoptado la tecnología contactless, que permite realizar pagos de manera inalámbrica solo acercando la tarjeta al lector. Esta modalidad agiliza las transacciones en bares, comercios, transporte, público, etc., completándose de manera instantánea sin necesidad de contacto físico.
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Sin embargo, esta comodidad también ha dado lugar a nuevas formas de ciberdelito. Cada vez más personas denuncian consumos y transferencias que no reconocen, sin que les hayan robado los datos de la tarjeta ni clonado la misma.
Lectores NFC portátiles
Los delincuentes aprovechan la tecnología contactless para realizar compras y vaciar cuentas bancarias sin que las víctimas lo noten, utilizando dos métodos principales.
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El primero consiste en adquirir legalmente una máquina de cobro, con la cual los ciberdelincuentes se acercan a la tarjeta del usuario y roban dinero en cuestión de segundos. La segunda modalidad es el uso de lectores NFC portátiles, que capturan los datos de las tarjetas a una distancia de hasta 10 centímetros. Con esta información, los delincuentes pueden realizar compras en línea o físicas sin el consentimiento del titular.
¿Cómo evitar estas situaciones?
Para prevenir este tipo de fraudes, se recomienda siempre mantener la tarjeta a la vista durante las transacciones, inspeccionar los terminales de pago para detectar irregularidades y establecer límites máximos para las operaciones contactless con el banco.
También es aconsejable utilizar fundas protectoras que bloqueen las señales NFC y revisar frecuentemente los estados de cuenta para detectar cualquier actividad sospechosa.