Federico Ferraro (48) es docente de quinto y séptimo año del Instituto Técnico Salesiano Villada. Además, es uno de los 24 semifinalistas del certamen “Docentes que Inspiran” que se desarrolla a nivel nacional entre más de 2.100 postulaciones que recibe y audita el Comité de Preselección, conformado por la Fundación Varkey.
“El hecho de escuchar y que los chicos sientan que lo estas acompañando es muy valioso. Siempre les inculco ser inquietos e investigar, ser humildes. Aprender a equivocarse y nunca perder la inocencia de descubrir algo nuevo”, dispara el profe cordobés.
Muy inquieto, desde joven comenzó con la docencia en el mismo colegio en donde terminó de cursar. Luego pasó por la Universidad Tecnológica Nacional y hasta terminó fundado su propia empresa. Omixon, dedicada a la fabricación de estaciones meteorológicas y mediar el caudal de ríos y embalses.
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“Creo mucho en el proceso educativo no en el resultado final. Siempre le digo a los chicos que si ellos deben aprender, que la nota es una consecuencia. Cuando llegan los chicos a la casa nosotros, los padres, le preguntamos qué nota sacó y no si aprendió. Lo importante es que todos nos esforcemos por aprender, pasa con la selección argentina de fútbol, ahora juega bien y la consecuencia es que gana”, reflexionó Ferraro.
Como si toda esa carga no bastara, Ferraro fue quien impulsó las charlas Clubes Ted-ed en las escuelas. “Hasta logré que uno de mis alumnos fuera seleccionado para dar la primera, y une las más vistas, por suerte”, describe. También colabora en actualizar la formación profesional y pasantías profesionales en el programa Vetbus, inspirado en programas europeos para aplicarlos en el país.
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Está casado y con dos hijas, la menor terminó de rendir el examen nivelador de la institución salesiana e ingresará en la primera promoción mixta del colegio.
Cómo educar
El profesor todas las semanas desde 1990 va al Instituto Villada, primero como alumno y ahora como docentes. Comenzó ayudando en el taller de torno y, de a poco, sumando horas y responsabilidades.
Ahora, se concentra en los últimos años de la formación de los alumnos. Dicta clases en quinto año y en séptimo, en donde es responsable de un taller final de cursado. “Nosotros en el último año involucramos a los chicos con el mundo real, como trabajo práctico final”.
“Buscamos que sean docentes inspiradores, que impactan más allá del aula” señala Leonela Navarrete, directora Ejecutiva de Fundación. “Que lo hagan en sus comunidades, que sean reconocidos por sus comunidades, que tengan prácticas innovadoras e inclusivas, que contribuyan a la profesión docente y que logren desarrollar en sus estudiantes habilidades del Siglo XXI y aprendizajes significativos”.
El Gran Jurado, integrado por personas reconocidas del ámbito académico, científico y de ONG's de educación, elegirá entre los 6 finalistas al Docente Inspirador del Año, quien recibirá un premio de $10.000.000. Además, se entregarán dos menciones especiales que recibirán $3.000.000 cada una.
Federico Ferraro fue seleccionado por ser una persona que “promueve un enfoque educativo que fomenta la creatividad y el trabajo práctico a través de proyectos significativos”.
El año pasado ganó, junto a sus alumnos y otros maestros un concurso de la Conae que consistía poner en órbita un satélite del tamaño de una lata de gaseosa. “Lo que aprender los chicos es espectacular. Una anécdota es que un sábado, los chicos nos mandaban mensajes a los profesores para saber cómo hacer. Y les decía, como son las vueltas de la vida que nosotros los ‘viejos’ estamos comiendo un asado y los chicos trabajando. Cuando uno les pone un objetivo a los chicos no hay como pararlos”, describió.
“Yo no hago las cosas para que me las reconozcan. Yo cuando comienzo las clases pongo mi teléfono y mi mail en el pizarrón. Cada es más difícil estudiar, hay que aprovechar los momentos”, brinda como consejo Ferraro.
Este año la vara también es alta, como proyecto final están diseñando drones para reforestar, boyas que identifican y alertan cuando un chico se cae al agua y hasta simular la fuerza de las pesas con motores para aplicarla en centros de rehabilitación. “Los chicos deben lograr descubrir que necesita la sociedad, cuáles son las dolencias o problemas. Para ello, deben salir y descubrir”, expresó para ponerle un broche a esta nota.
