El lunes pasado, desde el Gobierno nacional se daba a conocer una noticia que puso más que contento al sector de las artes visuales de nuestro país: un nuevo decreto implementaba modificaciones en la ley 24.633, que “liberan totalmente el mercado de arte argentino y permiten a artistas, galeristas y ciudadanos acceder al mercado internacional sin restricciones ni trámites”.
Según señaló el propio Federico Sturzenegger, “las trabas burocráticas en este mercado son leyenda: gente haciendo trámites para sacar los cuadros que sus hijos pintaron en la escuela, compradores internacionales que no logran recibir sus obras en tiempo o colecciones que tenían que salir y volver a entrar porque no podían estar fuera del país más de un año”.
En este sentido, el decreto 1037/24, indica que para exportar o importar una obra “solo será necesario completar un formulario en el aeropuerto, como el que hace unos años completábamos cuando sacábamos una computadora del país”.
Otro de los puntos es que se amplía el tiempo de exportación e importación transitoria de uno a cinco años y se elimina el Consejo Consultivo, encargado de revisar los valores asignados a las obras a exportar y autorizar –o no– su salida del país. Hasta aquí, lo que dice el decreto.
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Sin embargo, si bien desde el sector se muestran entusiasmados con la nueva medida (sobre todo aquellas galerías que trabajan llevando obras de sus artistas al exterior), el anuncio es tan reciente que aún no está del todo claro cómo se implementará la normativa. “La ley salió y ya se implementó porque sé que hay gente que ha podido salir, pero todavía hay bastante incertidumbre. Muchos dicen que prepararon los formularios que tenían anteriormente, otros han llegado con el formulario nuevo, pero todavía coexisten las dos maneras de hacerlo. Es decir: hay quienes salieron con la nueva reglamentación y los que ya tenían todos los papeles de antes, también pudieron salir”, dice Maru Becerra, de Vía Margutta, a PERFIL CÓRDOBA.
La medida se da en el marco de la próxima realización de Art Basel (del 6 al 8 de diciembre en Miami) y hay muchos galeristas locales que participan de esa feria. Por caso, LyV Gallery estuvo esta semana haciendo los trámites correspondientes en la Aduana para llevar obras a ese evento. “No está muy claro todavía porque no hay un instructivo. Pudimos hacer la declaración de la mayoría de las obras antes de las nuevas medidas pero tenemos seis obras que están en el limbo todavía. De todos modos, el nuevo decreto simplifica mucho el trámite”, comentaron desde la galería.
Otra fuente contó que el trámite fue bastante sencillo: “Declaré en Aduana y me pidieron el formulario nuevo con la foto de cada obra. Me dio la impresión de que era la primera vez que lo hacían porque había tres agentes deliberando cómo hacerlo. Llevé un tubo de 2,2 m y solo lo pasaron por el scanner. Eso fue todo. Relativamente ágil”.
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Por su parte, Alejandro Dávila (director de Sasha D. Espacio de Arte y presidente de Faro) indicó a este medio que la nueva normativa es muy positiva y que es la primera vez que se escucha al sector. “Escuchar a los actores es fundamental y hubo reuniones hasta con la Aduana, que por primera vez nos escucha”, dice.
Esta escucha quizás radique en que, en mayo pasado, asumió la jefatura de la Aduana Eduardo Mallea, un reconocido coleccionista de arte, quien fuera también vicepresidente de ArteBA.
Sin embargo, todavía hay algunos puntos a analizar. “Por ejemplo, es un absurdo de la ley, que, si sos artista, te vas a hacer una residencia al extranjero durante un año, pintás 50 obras y cuando volvés querés traerlas, la Aduana no te lo permita y te pida que pagues impuestos breso esas obras, que son producción propia. Y esto ha pasado”, refiere Dávila.
En cuanto al funcionamiento anterior, eran muchos los casos en los que se retenían piezas de arte. “La Aduana, muchas veces por desconocimiento, paraba mucho las obras. Una vez envié a Roma una obra de (Carlos) Alonso, me la retuvieron en Aduana argentina y llegó a los 54 días”.
Lo más saliente. Con el nuevo decreto no hay límite en la cantidad de obras a exportar y se amplía el tiempo en que las obras pueden permanecer en el exterior: en vez de un año, ahora son cinco, antes de tener que traerla de regreso al país o de ingresar la divisa correspondiente. Para sacarlas, basta con ir directamente a la Aduana y completar un formulario declarando las obras y presentando fotos de cada una.
“A veces llevabas obras afuera y querías dejarlas en una galería, pero al año tenías que ingresar la divisa. Y por ahí la obra no se vendía en ese plazo. Ahora tenemos cinco años para trabajarla y entrar divisas. Estas medidas son fabulosas para nosotros. Ir a las ferias es muy caro y se paga todo en dólares. Ahora resta ver cómo se van a manejar con los artistas que son Patrimonio porque esas obras no pueden salir del país”, detalla Becerra.
Otro de los puntos tiene que ver con la eliminación del Consejo Consultivo Honorario. “Me parece que está bien que se elimine porque es un rol absurdo. Te pedían que declararas la información de las obras y un valor estimado de mercado; pero ese valor de mercado es subjetivo, todos lo sabemos. Y ese órgano consultivo determinaba si el valor era correcto o no, y si podía salir mi exportación temporal con esos valores”, resume Dávila.
NUEVO FORMULARIO. Facsímil del nuevo formulario con el que se puede exportar obra al exterior.