Cualquier sondeo y encuesta sigue mostrando a los dirigentes de La Libertad Avanza que Córdoba está muy por encima del promedio en los valores que miden la imagen de sus referentes y la gestión del gobierno. Eso explica, en parte, la predisposición con la que llegan algunos de sus alfiles principales. Es lo que pasó este viernes, cuando los diputados locales Gabriel Bornoroni y María Celeste Ponce se reunieron para recibir a Karina “el jefe” Milei y a Martín Menem para el lanzamiento del selló local de LLA. El encuentro, en Studio Theater fue a pocos metros donde un par de horas antes estuvo otra pieza clave de los libertarios: el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
Dos postales que, en algún punto, sirven para entender cómo trabaja la estrategia de instalación de las plataformas del gobierno nacional: la política, hablando a sectores socio económicos de capas medias y medas bajas y a la juventud. En Córdoba se reunieron referentes de la juventud de LLA de 6 provincias. La “banca” joven. En otra capa trabajó Bausili, hablando mano a mano con el establishment local y explicando, a los hombres de negocios, porqué no había atraso cambiario, por qué se estaba viendo crecimiento pese al contexto recesivo y cómo trabajan para anclar expectativas.
“Anclar expectativas en Argentina es la tarea más difícil para un gobierno. Todas las mañanas nos levantamos pensando que va a explotar, porque falló tantas veces antes…Y lo que estamos haciendo con este programa económico es eso. Anclar expectativas y ser coherentes en el camino. Cuando definimos que el ritmo de devaluación sería de 2% mensual todos preguntaron, al mes, cuando pegábamos el salto en el tipo de cambio, igual a los dos meses y luego a los tres meses. Y demostramos que lo sostuvimos. Hoy la inflación está convergiendo a ese ritmo y eso está contribuyendo a bajar el costo financiero de las empresas, lo que ayuda a bajar costos totales. Lo mismo para adelante, cuando definimos que en los próximos meses lo más probable es un crawling peg al 1% le estamos marcando al mercado dónde pararse para tomar decisiones”, apuntó.
En ese contexto, Bausili explicó algunas de las estrategias que aplican y qué resultados están proyectando. “Haber anclado expectativas nos permitió acomodar las variables y eso nos ayuda a dejar la recesión. En abril tocamos el piso y desde agosto podemos decir que estamos en un sendero de crecimiento en un contexto de una macro más ordenada, sin déficit fiscal, brecha cambiaria más baja y muchas desregulaciones”.
La próxima etapa tendría, según Bausili, foco en dos elementos: “el beneficio en recaudación que trae el crecimiento el gobierno lo va a usar para bajar impuestos distorsivos. Y desde lo monetario ese crecimiento va a contribuir a mayor estabilización en la demanda de dinero y eso va a ayudar a más estabilización en el equilibrio monetario”.
Frente monetario. “Estuvimos mucho tiempo adaptándonos, fuimos agentes de supervivencia y durante mucho tiempo vivimos en un contexto donde el gobierno nos emitía pesos, por encima de lo que la sociedad demandaba en su conjunto. Ahora ya no hay más pasivos remunerados en el Banco Central y ya no hay más déficit fiscal financiado con emisión monetario. Cambió la oferta. Antes el gobierno nos llenaba de pesos, ahora el gobierno actúa como agente restrictivo de esa oferta. Del lado de la demanda, cuantos más pesos nos tiraban, menos demandábamos, acumulábamos cualquier cosa menos pesos. Eso cambió este año. El peso se volvió más escaso y al volverse más escaso empieza a tener un precio y un valor”, remarcó.
Mirando la otra cara de la moneda, la disponibilidad de dólares sostuvo: “arrancamos con una situación de exceso de pesos y escasez de dólares. Hoy los pesos son cada vez más escasos y los dólares son más disponibles, por balance de la cuenta corriente comercial y por el blanqueo. El blanqueo le inyectó al sistema bancario US$21.000 millones y ahora están disponibles para ser prestados. En diciembre los préstamos en dólares eran US$3500 millones, hoy ya están en US$9.000 millones y creciendo. Y creemos que podemos llegar a los US$17.000 millones que había en 2019. Eso es combustible para el crecimiento de la economía doméstica”.
Cepo y Fondo. Con un equilibrio monetario más balanceado y hay una evolución favorable del equilibrio cambiario, ¿por qué el gobierno sostiene el cepo? es la pregunta que se hacen los hombres de negocios y recogió Bausili. “El cepo lo tenemos por dos razones. Primero, por una cuestión de flujos, todavía hay que gestionar lo que pase con los stocks de deuda que todavía tenemos que pagar. Si levantásemos el cepo hoy, cuánta gente necesita salir corriendo a comprar dólares para cancelar deuda. Ese es hoy el impedimento más relevante para levantar el cepo. Mientras tanto, lo vamos levantando en capas”.
Y el otro punto sobre el que están muchas de las miradas de analistas y empresarios es la negociación con el Fondo Monetario, algo que, a priori, aparece como clave para la sostenibilidad del programa. Una definición sobre la que Bausili llevó al terreno de lo cuestionable. “Nosotros venimos implementando un programa económico que rescató un programa del Fondo que estaba caído. Y eso para el Fondo fue una salida decorosa, ofrecimos una alternativa donde fuimos agresivos en nuestras metas, por encima de lo que el Fondo esperaba. Eso hizo que seamos muy dueños del programa. Hasta ahora, casi nada de lo que se hizo en el programa económico fue resultado de una negociación con el Fondo. Ahora que estamos en la puerta de evaluar la posibilidad de un nuevo programa quizás cambien algunas cosas. El programa va a seguir siendo nuestro y lo bueno es que, además, tenemos tiempo. Como no necesitamos financiamiento del Fondo y los pagos de los vencimientos al Fondo empiezan en septiembre de 2026 Argentina tiene la posibilidad de posponer entrar a un acuerdo nuevo con el Fondo o iniciar un acuerdo nuevo y esa decisión va a depender de cuánta condicionalidad traiga ese nuevo acuerdo. Si el Fondo nos propone un acuerdo que esté 100% en línea con nuestro programa es muy fácil esa negociación si nos proponen requisitos que no son consistentes con el programa es más difícil. Es ese proceso estamos”.