Dicen quienes estuvieron en la casa de Jorge Triacca hijo en la reunión de la que formaron parte dirigentes sub-40 del PRO, que a Mauricio Macri lo vieron tranquilo y muy conectado, pero que no pudo evitar mostrar su disgusto con Javier Milei en varios pasajes de la charla.
Lo que dijo en privado es lo que cada vez dice más asiduamente en público: que el Presidente se equivoca en el hermetismo al que lo lleva su entorno; que está perdiendo el contacto con la realidad y que ya está cansado del ninguneo de La Libertad Avanza hacia el PRO, pese que siempre estuvieron a disposición. “Ya cansa que diga que está todo bien y que por detrás su hermana y Santiago Caputo hagan y digan cualquier cosa. Si no los puede controlar, que lo reconozca. O si está de acuerdo, que no mienta más”, se escuchó en el encuentro con dirigentes del que formaron parte dos representantes por provincia.
Por Córdoba estuvieron Facundo Manzoni (intendente de Viamonte) y Mariam Monguzzi, quien se desempeña en la Municipalidad de Villa Allende, como directora de Desarrollo Económico.
Con el distrito Córdoba intervenido (así seguiría hasta fin de año, cuando haya elecciones), Macri mandó a la topa sub-40 a jugar. Aunque de acá a octubre “puede pasar cualquier cosa”, el expresidente fue categórico: “Saquemos dos votos, pero que sean nuestros”, descartando, por ahora, la chance de una alianza con LLA. Consultada al respecto, Monguzzi sostuvo que “hay que rearmar el partido desde cero, crearlo de nuevo. Y los jóvenes estamos dispuestos a hacerlo”.
El 28 de marzo, Macri estará en Córdoba. En Villa Allende le “levantará la mano” al intendente Pablo Cornet, uno de los dirigentes con mayor proyección en el PRO y llamado a ser uno de los personajes centrales en la “reconstrucción amarilla”. Y se reunirá con los jóvenes, nuevamente. La gran apuesta de Macri.
