La investigación por presunta corrupción en brigadas de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) avanza a paso firme, encabezada por el fiscal de Instrucción, Juan Pablo Klinger. El magistrado ordenó dos nuevas detenciones, la de un agente de la fuerza de Cosquín y de un civil.
Hasta ahora totalizan ocho los detenidos en el expediente, entre los cuales están el jefe de la Brigada de Cruz del Eje y el subjefe de la Brigada de Deán Funes.
La sospecha es que se quedaban con parte de la droga secuestrada en los procedimientos de la fuerza para retribuir luego a los ´dateros' que aportaban información sobre bandas de narcomenudeo en el norte provincial.
Así mostraban eficiencia, más investigaciones a costa de un manejo ilícito de los estupefacientes decomisados.
La investigación parece no tocar techo.
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El aspecto que puede destacarse como positivo es que el inicio de la causa judicial fue posible gracias a la trazabilidad de los secuestros. Un faltante detectado a fines del año pasado generó una auditoría y desembocó en la denuncia realizada por el titular de la FPA, Adrián Salcedo.
Hasta que se desencadenó esta investigación judicial, la FPA -creada hace una década después del Narcoescándalo- era la única fuerza de seguridad provincial sin acusaciones de corrupción a escala, como la que se asoma en este caso.