El acceso a la universidad pública aún es signo de movilidad social ascendente en nuestro país. O al menos eso puede inferirse de los datos que recogen las encuestas anuales que todo alumno universitario del país debe completar al momento de matricularse (ingresantes) o rematricularse (desde segundo año), cada año.
En su informe anual 2023, la Subsecretaría de Políticas Universitarias dependiente de Capital Humano, desglosa diferentes datos estadísticos referidos a la alta casa de estudios que el sitio web Chequeado.com analizó con motivo de la segunda marcha federal en defensa de la educación pública, el pasado 2 de octubre.
De acuerdo a los últimos datos disponibles y publicados por el propio Ministerio de Capital Humano, el 47,8% de los nuevos inscriptos en universidades e institutos universitarios nacionales y provinciales de la Argentina era primera generación en sus familias. Eso quiere decir que no provenían de familias donde algún miembro contó con educación superior completa. Sin embargo, las periodistas que realizaron el análisis de datos públicos, aseguran que representa a estudiantes cuyos padres o madres no han completado estudios universitarios.
En el ranking nacional de instituciones cuyos estudiantes efectivamente contestaron a la consulta por el nivel educativo alcanzado por sus progenitores, Córdoba está en los últimos puestos. Es decir, de todas las universidades nacionales en territorio argentino, la Universidad Nacional de Córdoba aunque muestra una cifra alta (46,5 por ciento) es de las que menor porcentaje de primera generación tiene. Lo que también está asociado a la tradición académica de la universidad más antigua en Argentina y la cuarta en Latinoamérica y a que son universidades más grandes.
En el promedio general, el análisis concluye que entre un 48 y 62 por ciento de los estudiantes públicos son primera generación de universitarios.
No obstante, si se suman los datos de los inscriptos en universidades públicas y también privadas, el informe de la Secretaría de Políticas Universitarias, arroja que el 43,4% tenía padre sin estudios universitarios y el 39,5% sin madre universitaria.
Estos datos ponen en evidencia el papel de la universidad en la movilidad social y el acceso a la educación superior.
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La universidad con el porcentaje más alto de estudiantes de primera generación es la Arturo Jauretche, en el partido bonaerense de Florencio Varela. Allí, el 75,53 por ciento de los estudiantes son de primera generación.
Segunda está la Universidad José C. Paz, también de Florencio Varela, con un 75,42 por ciento, y la Universidad del Oeste en Merlo, Provincia de Buenos Aires, con un 74,73.
En cuarto y quinto lugar, por su parte, se ubican la Universidad Nacional de La Pampa, con un 72,06 por ciento y la Universidad Nacional de Lanús, con un 70,71 por ciento.
Otras universidades que también muestran porcentajes significativos de estudiantes de primera generación son la Universidad Nacional de Patagonia San Juan Bosco, en Chubut (68,46 por ciento); la de Río Cuarto (68,41 por ciento), y la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, en Junín (67,28%).
Por último, universidades más tradicionales y de mayor tamaño poseen porcentajes más bajos, pero igual de significativos, como la UBA que registra un 38,56% de estudiantes de primera generación.
