7 de la mañana del viernes 12 de julio. Una enfermera subayudante del SPC llegó a cumplir con su servicio en la cárcel de Bouwer y pasó un bolso por el escáner de control. La empleada a cargo de observar por la pantalla si había algo extraño la autorizó a pasar. Pero la mujer no pasó la siguiente inspección del Grupo Especial Antinarcóticos y Requisa (GEAR): llevaba celulares nuevos en cajas que intentaba ingresar al módulo MD1.
L.J.B., egresada en 2022 y con sólo siete meses de antigüedad en el servicio, quedó detenida. Lo mismo ocurrió con la empleada del escáner que supuestamente se distrajo al momento de revisar el bolso, según publicó Rebelión. La Justicia investiga si las mujeres actuaron en complicidad.
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A la enfermera también le secuestraron el celular que llevaba consigo y otro que había dejado en su auto, donde también tenía una importante suma de dinero. Presuntamente, los celulares que llevaba en el bolso eran para un interno, según declaró la joven.
Se trata de un nuevo intento por ingresar aparatos de telefonía celular a la cárcel de Bouwer, con los que los presos ejecutan estafas virtuales, entre otros delitos. Por este motivo, los móviles tienen un valor muy alto en los pabellones de las penitenciarías de Córdoba.
Lo llamativo es que el mismo día, el pasado viernes, la Policía halló y secuestró un drone con celulares en un campo en inmediaciones a la cárcel. También incautaron un cable USB, un cargador y un cable de alta tensión que estaban junto al equipo aéreo no tripulado, publicó la web Resumen de la Región.
Por la feria judicial, la investigación está a cargo de la Fiscalía de Instrucción en lo Penal Económico, que deberá determinar si había alguna conexión entre la enfermera, su presunta cómplice y el intento de ingresar celulares también mediante el uso del drone. O si se trata de dos acciones diferentes mediante las cuales los presos procuraron abastecerse de teléfonos.
