La detención en flagrancia de Gastón Maximiliano Ferreyra por un hecho de hurto simple el pasado 31 de mayo de 2024 ha desatado una investigación que ha puesto al descubierto una presunta banda delictiva de carácter permanente dedicada principalmente a robos domiciliarios bajo la modalidad de "escruche" en la ciudad de Córdoba. De un hecho simple, la justicia avanzó y asestó un golpe a una verdadera organización de asaltantes.
Hasta ahora se los vincula a asaltos de viviendas en Villa Centenario, Cerro de las Rosas y Villa Warcalde. Pero pueden haber más hechos de los que participaron. La causa está a cargo del fiscal de Instrucción, Juan Pablo Klinger.
El episodio que dio inicio a la pesquisa ocurrió al mediodía el 31 de mayo del año pasado, cuando Ferreyra fue sorprendido, junto a otro delincuente, sustrayendo elementos del interior de un vehículo cuya puerta lateral se encontraba abierta. Ferreyra lo esperaba a bordo de una moto para garantizar una pronta huida. Tras un operativo policial, Ferreyra fue aprehendido horas después. La investigación comenzó como un hurto simple cometido en flagrancia.
Fue la punta del ovillo. Posteriormente se pudo comprobar la existencia de una organización criminal liderada por el propio Ferreyra, quien ya contaba con antecedentes penales por delitos contra la propiedad y asociación ilícita.
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Junto a él la pesquisa identificó como integrantes de la banda a:
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Lautaro Ariel Sánchez. La investigación lo vincula a la banda a través de informes de comunicaciones, tráfico de datos de su línea telefónica con múltiples llamadas al 911, su cercanía geográfica a Ferreyra, y la adquisición de un vehículo Amarok poco después de uno de los robos, presuntamente con dinero robado en los asaltos.
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Gastón Exequiel Alexis Molina. Se dedicaba a cometer "escruches" (robo en casas vacías) como modo de vida.
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Jorge Gonzalo Molina, alias "Gula". Hermano de Gastón.
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Alexis Gabriel Juhel.
La banda operaba bajo la división de roles para cometer robos domiciliarios en ausencia de moradores. Hacía tareas de inteligencia previas sobre los movimientos de las víctimas y planificaba la logística de los vehículos que utilizarían. Se sospecha que marcaban las viviendas de lunes a viernes, observando la ausencia de moradores, vehículos, luces y cámaras, para luego cometer los robos los fines de semana.
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En un mensaje por WhatsApp Ferreyra le cuenta a un tal “Chicho Primo” sus andanzas.
“Me canse de estar en la prisión c…, no te hagas drama que la tengo clara a esa de que tengo que ir a mi casa, si no choreo hoy, mañana voy a chorear, y si no choreo mañana voy a chorear pasado, pero tampoco salgo a laburar todos los días; a laburar salgo los viernes, los sábados, y los domingos nomás. De lunes a viernes, marcamos los ranchos de quien vive, de quien no vive, el auto que tiene, la chata que tiene, y el fin de semana si no está le damos quebrante, no timbramos, nada, vamos y le damos quebrante así de una, porque si sabemos que no están las chatas y está la casa semi-apagada, pum, quebrante, vamos, le colamos por delante, saltamos, porque laburamos siempre por arriba o por atrás, por adelante nunca boludo, medio complicado”.
La evidencia recabada por la instrucción incluye informes policiales, actas de secuestro y aprehensión, informes técnicos sobre vehículos y comunicaciones, informes médicos y periciales, y el análisis del contenido de los teléfonos secuestrados.
A todos se les atribuyen los delitos de asociación ilícita (con Ferreyra como jefe) y, en algunos casos, robo calificado por escalamiento y en lugar poblado y en banda. La investigación continúa en curso para determinar la totalidad de los hechos ilícitos cometidos por esta organización y la posible identificación de otros implicados.
