La violencia que rodea al fútbol cordobés acaba de sumar un nuevo capítulo. Una grabación de más de quince minutos, con gritos, amenazas y reproches, expone cómo desde una celda en Bouwer se sigue tejiendo poder. El mensaje, que ya está en manos de la Justicia, sería obra de Darío Cáceres, líder histórico de La Fiel, condenado en 2022 por narcotráfico.
En el audio, Cáceres lanza acusaciones contra miembros actuales de la barra, cuestiona supuestas inversiones dudosas en colectivos y propiedades, y menciona con nombre y apodo a sus antiguos aliados. También se refiere a la banda narco rosarina Los Monos y a dos sindicatos con fuerte presencia en el aparato estatal de Córdoba: Soelsac y Surrbac.
“No te hagas el vivo. Robábamos juntos. Caíste con una carreta, ahora tenés siete colectivos gracias a Dios”, se escucha en uno de los pasajes más tensos del mensaje. El tono es desafiante y apunta directo a un antiguo socio al que ahora acusa de haberse enriquecido a sus espaldas.
En otra parte, redobla la apuesta: “Vos me querés picar a mí. Querés llamar a tu patrón, llámalo. Yo soy el jefe, el jefe soy yo. Que me querés romper la estructura. Te hacés el vivo con mis amigos, con los delincuentes. Le cerraste la puerta del auto en la cara a mi hija. El hermano que se hace el choro le falta el respeto a mi hija”, grita con furia, mezclando amenazas, reclamos personales y señales de una interna al rojo vivo.
Lejos de mostrarse abatido, el barra se presenta como el “jefe” indiscutido, aunque esté tras las rejas. “Lo voy a matar, les voy a volar la cabeza. Yo los hice millonarios. Yo manejo una barra hace 20 años, a mí me conocen todos. Yo te enseñé todo”, cierra en un fragmento que evidencia no solo su bronca, sino su convicción de seguir teniendo el control.
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La facilidad con la que accedió al teléfono no sorprende: Bouwer, pese a ser una prisión de máxima seguridad, sigue en el ojo de la tormenta. El director del Servicio Penitenciario, Juan María Bouvier, está preso desde fines de 2023 acusado de liderar una asociación ilícita desde adentro. Y más de 20 funcionarios —incluyendo abogados y punteros— están también imputados.
La interna de La Fiel se cruza con otras causas. La fiscal Silvana Fernández investiga a varios de sus miembros por el crimen de Gabriela Pérez, una trabajadora de limpieza asesinada en el club Yapeyú en 2023. Aquella noche, un sicario abrió fuego durante un asado organizado por Sergio Fittipaldi, jefe de Soelsac, en plena disputa con un sector del Surrbac. Desde entonces, sigue prófugo Luis Mendoza, ligado a una facción disidente de la barra.
La trama no es nueva. En 2013, la Legislatura provincial distinguió con una plaqueta a La Fiel, a instancias del oficialismo. Hoy, esa misma barra aparece conectada con crímenes, negocios turbios y disputas territoriales donde el fútbol es apenas una excusa.
Desde su celda, Darío Cáceres sigue moviendo fichas. Lo que suena a delirio carcelario en realidad revela una verdad incómoda: el poder, en Córdoba, a veces se grita con camiseta puesta y desde un teléfono con buena señal.