El fiscal Enrique Gavier sospecha que, en ejercicio de sus funciones como uno de los subjefes de la Policía de Córdoba, Alejandro Mercado conocía profusamente los movimientos del comisario inspector Cristian Cabrera, su subordinado a cargo de las Brigadas Civiles, vinculado a una banda con amplia diversificación de negocios espurios. El alto jefe policial podría haber tenido una participación mayor en las operaciones delictivas.
Mercado tenía que denunciar cualquier indicio que lo hiciera sospechar de Cabrera. Sin embargo, el comisario inspector presuntamente tenía atribuciones otorgadas por el subjefe policial por ser su preferido dentro de la fuerza. El vínculo estaba aceitado y funcionaba a la perfección.
Cabrera habría sido parte fundamental, la pata azul, de la estructura de una banda delictiva que lideraba Roberto Adrián Monge. Esta asociación ilícita estaba integrada por los hijos de Monge, Roger, Maciel y Fiorella. A todos ellos se les atribuye operaciones ilegales en la venta de moneda extranjera y préstamos de dinero, y comercialización de celulares presuntamente robados y neumáticos de automóviles de dudoso origen.
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Los investigadores aseguran que hay bastante material que probaría los vínculos y las actividades delictivas de cada uno de los integrantes. Pero todavía intentan dilucidar si Mercado hacía la “vista gorda” debido a una participación mayor en los procedimientos de la banda, que operaba en las galerías Espacial y Norte, en el centro de Córdoba capital. No descartan que la imputación al exsubjefe se agrave en los próximos días.
Pero Cabrera, su protegido, estaba presuntamente involucrado en otras actividades paralelas. Le endilgan haber estado vinculado con Juan José Corzo, un empleado judicial que también fue detenido, con quien habrían denunciado falsos robos de ruedas de autos para engañar a empresas aseguradores.
Y, como si eso fuera poco, el comisario inspector habría sido socio de la subcomisaria Verónica Aguilar en la compraventa de moneda extranjera, conformando así una “cueva” paralela a la financiera ilegal que tenía con los Monge.
Nadie dentro de la fuerza cree que Mercado no haya sabido nada sobre los movimientos turbios de Cabrera. Con su experiencia de 35 años de carrera como policía, con tantos vínculos internos, en la calle y en la Justicia, es iluso pensar que el subjefe fue engañado durante tanto tiempo.
