La fiscal Jorgelina Gutiez calificó la muerte del empresario Gustavo Poletti como homicidio en ocasión de robo y sospecha que murió durante un asalto. El hombre fue encontrado atado de pies y manos en un dormitorio de la casa que era de su madre, en La Calera. Los investigadores indagan los vínculos y relaciones que mantenía en México, su país de residencia.
Hasta el momento se sabe que los delincuentes ingresaron por una puerta trasera de la vivienda ubicada en calle Olcese al 400, en el centro de la ciudad del Gran Córdoba. Violentaron una reja con un cricket o gato hidráulico y dejaron ese elemento en el lugar cuando huyeron.
Entre las 3 y las 3:30 de la madrugada, vecinos del sector escucharon ruidos de personas corriendo y perros ladrando. Esa sería una de las pistas para conocer el momento de la noche en el que actuaron los ladrones. Los investigadores intentan determinar de qué manera escaparon del sector.
Alrededor de las 7 de la mañana, una mujer de 34 años intentó comunicarse con Poletti y, como no respondía los llamados telefónicos, dio aviso a la Policía. Ella les manifestó que la última comunicación entre ambos había sido a las 00:12, luego de un encuentro que el empresario había tenido con otros empresarios y amigos.
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Cuando los efectivos policiales entraron al domicilio, con la ayuda de una empleada doméstica que tenía las llaves, encontraron todo revuelto en el interior de la vivienda. Al llegar a la habitación principal hallaron el cuerpo sin vida de Poletti, sentado y maniatado, y sin heridas superficiales.
Inmediatamente, cercaron el lugar y comenzaron con las tareas investigativas. Mientras revisaban el perímetro del lugar del hecho, los agentes encontraron ropa y zapatillas al lado de un portón colindante a la vivienda. Todavía no trascendió a quién pertenecían esas prendas.
La mujer que había llamado a la Policía manifestó ante los oficiales que ella era socia y amiga de la víctima, aunque luego confesó que tenían una relación sentimental.
El dinero y sus vínculos
Poletti era oriundo de La Calera, pero en la década del 90 se fue a vivir a México. Allí estaba casado con hijos y varias veces al año regresaba al país para supervisar sus negocios inmobiliarios en Córdoba. Su socio era un conocido empresario de La Calera, con quien había invertido en desarrollo de countries en la zona. Además, compraban casas viejas y las remodelaban.
Según las primeras informaciones, la víctima tenía en su poder 61 millones de pesos y 75 mil dólares por haber concretado, presuntamente, la venta de una propiedad. El empresario habría girado divisas desde otro país y habría pretendido adherirse al blanqueo de capitales en Argentina. La fiscal investiga si ese fue el móvil del crimen en ocasión de robo.
Pero la investigación no se circunscribe únicamente al homicidio, ya que los detectives buscan conocer sobre sus vínculos empresariales y relaciones familiares en México que les permitan determinar el origen del dinero. Fuentes de la Justicia consultadas por PERFIL CÓRDOBA no descartaron que las divisas provengan de negocios espurios.
