El comercio de electrodomésticos y productos tecnológicos en Argentina enfrenta un problema creciente: el contrabando. Cada vez más usuarios adquieren productos personales, como celulares, relojes y tablets, a través de personas o pequeños emprendimientos que los traen del exterior.
Según el presidente de la Cámara de Electrodomésticos de Córdoba, Julio Isuani, este fenómeno alteró por completo las reglas del mercado.
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"Hoy no competimos entre colegas, sino con el contrabando", aseguró Isuani en diálogo con este medio. La diferencia de precios entre un producto importado de manera legal y uno ingresado de forma irregular es significativa. Adquirir un celular o un electrodoméstico a través de pequeños vendedores que los traen del exterior resulta mucho más económico que comprarlos en una tienda oficial.
Desde el sector señalan que la caída en las ventas es evidente y atribuyen la situación al crecimiento del contrabando. "Más del 50% de la venta de celulares en el país proviene del contrabando", afirmó Isuani. Si bien algunas empresas reconocen que este porcentaje ronda el 30%, la realidad del mercado indica que la cifra es aún mayor.
El peso de los impuestos
Uno de los principales factores que encarecen los productos legales es la alta carga impositiva. Según explicaron, a los costos de importación, se suman impuestos como el IVA (21%), Ingresos Brutos (en Córdoba del 5%), Impuesto al Débito y Crédito (1,2%), además de los costos de transporte (de Buenos Aires a Córdoba), que oscilan entre el 3,5% y el 5% del valor del producto.
"El gran problema que tenemos es la cantidad de impuestos que se pagan más de una vez", lamentó el referente.
Las empresas apenas obtienen una ganancia de entre el 5% y el 7% por unidad vendida. Aun cuando los impuestos han sido reducidos en algunos casos, la estructura de costos sigue siendo alta y genera una disparidad insostenible con el mercado informal.
El contrabando, una actividad en expansión
El problema no se limita a los celulares. En los últimos meses, el contrabando de perfumes, especialmente de origen árabe, ha crecido de manera exponencial. "Hay cualquier cantidad de chicos vendiendo perfumes o celulares porque tiene la misma cadena: el que trae celulares, trae perfumes", advirtió el referente del sector.
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Las zonas fronterizas son el principal punto de ingreso de estos productos. "En la triple frontera (Brasil, Argentina y Paraguay) o en la frontera con Chile-Mendoza se consiguen productos a la mitad del precio que se vende en Argentina", explicó Isuani. Mientras que un artículo que en el país cuesta $750.000, en la frontera puede conseguirse por $350.000.
Sin soluciones a la vista
A pesar de la magnitud del problema, no hay medidas concretas para frenar el contrabando. "Nadie hace nada", denunciaron desde el rubro.
En su momento, las empresas de telefonía celular hablaron de desactivar los teléfonos ingresados de manera irregular, pero eso nunca se implementó. "No lo hacen porque perderían muchísimas líneas y abonos", sostuvo Isuani.
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Los empresarios piden herramientas para poder competir en igualdad de condiciones. "Lo ideal sería vender al mismo precio que los productos en el exterior. Queremos más accesibilidad para los consumidores y vender más a menor precio", concluyó Isuani.
Sin embargo, mientras la carga impositiva continúe siendo tan alta y el contrabando siga sin control, el mercado formal continuará en desventaja frente a la oferta ilegal.