El abogado Carlos Nayi ofreció un análisis detallado sobre la condena a prisión perpetua impuesta a Diego Concha, en el marco de un caso de violencia institucional y abuso sexual que culminó en la muerte de Luana Ludueña.
La sentencia, que generó debate por su severidad, fue sustentada en la contundencia de las pruebas recolectadas durante la investigación, desmintiendo cualquier influencia de un "fundamentalismo feminista".
"Esto no es producto del fundamentalismo feminista, sino de la calidad y potencia de la prueba", indicó el abogado querellante Carlos Nayi, en diálogo con Cadena 3.
Diego Concha, el hombre fuerte en el combate de los incendios, fue condenado a perpetua
Nayi subrayó que la calidad de las evidencias fue determinante en el fallo. El equipo de criminalística reconstruyó el entorno de la víctima a partir de varios testimonios, mostrando un claro escenario de violencia de género en el que Luana, aunque fallecida, sigue siendo protagonista. Su pareja, con quien convivió por más de dos décadas, fue presentada como la otra víctima del trágico caso.
A pesar de que la fiscalía había solicitado una condena de 20 años, los jurados populares determinaron prisión perpetua, un fallo que ha causado confusión debido a la diferencia con la petición inicial.
Nayi explicó que, si bien el Código Penal argentino establecía penas de 15 a 25 años en casos de abuso sexual seguido de muerte antes de 2004, una reforma legislativa elevó las condenas debido a la gravedad del daño causado.
"¿Cómo razona el fiscal? El Doctor López Villagra dice 'hay una conexión entre el abuso y la muerte. Sin embargo, entiendo desproporcionada y excesiva la prisión perpetua porque no es un padre/hermano que viola, varias veces, varios meses, varios años y termina ocasionándole la muerte. Esto ocurrió en una sola oportunidad'", reflexionó Nayi.
Carlos Nayi rechazó el pedido de inconstitucionalidad, argumentando que la prisión perpetua era la condena adecuada, no por un "deseo de venganza", sino porque consideró que no hay nada "más irreparable que la muerte".
Además, destacó que el acusado no abusaba de cualquier persona, sino de alguien que formaba parte de una estructura de poder, lo que agrava aún más la situación al tratarse de un superior.
Aunque la prisión perpetua en Argentina implica 50 años de condena, el acusado podría solicitar la libertad condicional después de cumplir 35 años, siempre que su conducta lo avale.
A partir de ahora, una vez leídos los fundamentos del porqué de la condena, la defensa de Concha tiene 15 días para apelar la decisión mediante un recurso de casación, "en caso de ser concedida, el Tribunal Superior de Justicia debe decidir si acoge o no la casación", indicó Nayi.
