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JUSTICIA PROVINCIAL

Comienza el juicio a dos excadetes de la Fuerza Aérea por abusar de una compañera

El hecho ocurrió en mayo de 2019 y la víctima tenía 19 años. Luego de denunciarlos fue desafectada del curso que realizaba en la Escuela de Aviación Militar. Hay otro expediente penal federal demorado con personal militar imputado por obstruir la denuncia inicial tras el abuso.

Escuela de Aviación Militar
ESCUELA DE AVIACIÓN MILITAR. La Justicia Federal sigue investigando eventuales responsabilidades de personal de la Fuerza Aérea que habrían dificultado a la víctima los trámites iniciales de la denuncia por abuso sexual. | Cedoc Perfil

La Cámara 2a del Crimen de Córdoba comenzará a juzgar el martes próximo a dos excadetes de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, que depende de la Fuerza Aérea Argentina. Están acusados de presunto abuso sexual en perjuicio de una joven que tenía 19 años cuando padeció las agresiones.

Todo sucedió en la madrugada del domingo 19 de mayo de 2019 en la casa de dos aspirantes de la misma institución. En ese ámbito privado, la noche anterior un grupo de cadetes pertenecientes al segundo año -entre los cuales estaba la víctima- habían convenido una reunión social. Alrededor de las 2:30 de la madrugada llegaron a ese encuentro dos cadetes de cuarto año de la misma escuela. Son los acusados en el juicio que se avecina. Actualmente tienen 31 y 32 años, respectivamente 

Tras una importante ingesta de alcohol, se produjeron los hechos relatados por la joven. El primero fue una invitación de ambos a la víctima para un trío sexual, lo que ella rechazó. Le siguieron tocamientos y luego, uno de ellos, perpetró ataques sexuales en varias ocasiones hasta casi el mediodía.

Los testimonios, las pruebas de ADN al material peritado, la declaración de la víctima y las pericias psicológicas convencieron a la fiscal Alicia Chirino -ya jubilada- de la existencia del delito que afectó la integridad física de la estudiante.

Elevó a juicio la causa, tras la oposición de las defensas de los dos imputados, y el juez Pablo Agustín Cafferata con firmó la resolución. En ningún momento de la investigación los acusados dieron alguna versión de lo sucedido. Simplemente negaron los hechos. El juicio se realizará a puertas cerradas desde este martes. E

n sala unipersonal, el juez Sebastián Romero conducirá la audiencia que prevé cinco jornadas. El fiscal que llevará adelante la acusación es Martín Berger.

Dos causas federales. En paralelo al trámite penal por los abusos, la joven padeció hostigamiento y sanciones en la Escuela de Aviación hasta que se produjo su baja. Por esa razón, solicitó a través de un amparo la reincorporación y ganó el juicio. En primera instancia, el juez federal Hugo Vaca Narvaja y luego, la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones, ordenaron al Ministerio de Defensa y a la Fuerza Aérea reincorporar a la joven cadete. Por trabas burocráticas ella terminó desistiendo y se fue del país.

Pero, además, la madre de la víctima denunció a empleados y funcionarios de la Fuerza Aérea por obstaculizar los trámites necesarios apenas ella denunció lo que había padecido. En este último expediente, personal de la Escuela de Aviación ha sido imputado por incumplimiento de los deberes de funcionario público. A cinco años del episodio, aún faltan las definiciones y hay demoras para avanzar en la causa.

Un análisis con perspectiva de género

 En uno de los párrafos del requerimiento de elevación a juicio confirmado por el juez de Control se lee:

“El hecho de que la víctima haya decidido estar ahí, en ese momento y lugar, consumiendo bebidas alcohólicas y compartiendo un momento con los encartados, e incluso si hubiera decidido en un primer momento consentir un beso, un tocamiento o una relación sexual, no quita que al momento en que ésta se niega a cualquiera de esas prácticas, el consentimiento pierda virtualidad”. En palabras simples, como reza la campaña que busca prevenir la violencia sexista “No es no”.

Y agrega el fallo:

“Lo contrario llevaría a sostener que algunas víctimas que cumplen con las expectativas patriarcales acerca de cómo ´deben´ llevar su vida serían dignas de tutela judicial mientras que aquellas mujeres que no cumplen con esos estereotipos se las excluiría como merecedoras de protección estatal”.