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CONECTIVIDAD VS CONEXIÓN

Caen las apps de citas: hartazgo de los usuarios y ganas de volver a conectar cara a cara

Después de años del “online dating”, la socialización análoga parece ponerse de moda. Las descargas anuales de Tinder bajaron más de un tercio en una década. La vida mediatizada por redes sociales y aplicaciones fue desplazando la manera de relacionarse, pero actualmente las estadísticas muestran un cambio: volver a las bases y a conocerse en persona.

apps de citas
TRENDSITY. La consultora observa que cada vez más personas buscan experiencias y vínculos más reales. Es un fenómeno que atraviesa distintas generaciones. | CEDOC

Después de años de normalización del ‘online dating’ con una gran oferta de aplicaciones digitales, las propuestas cara a cara para conocer gente vuelven a posicionarse.

Desde la consultora de tendencias Trendsity explican que si bien las apps siguen en auge, los usuarios comienzan a mostrar cansancio o fastidio frente al “lado B”.

“Una gran cantidad de los usuarios de estas herramientas se siente emocional, mental y físicamente exhausto de ellas”, explica Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.

Un dato –agrega– es que las descargas anuales de Tinder, por ejemplo, cayeron más de un tercio en comparación con 2014 y gran parte de la Generación Z (nativos digitales, nacidos entre 1997 y 2010) dice sentirse frustrada cada vez que las utiliza.

María Victoria Gentile Gamond, directora de La Consultora y autora de ‘Vínculos Humanos’ dice que estas apps “están muriendo”.

Cita un estudio de la empresa de investigación de mercados Global Web Index que refiere que más de 90 millones de usuarios en el mundo utilizaban en 2023 las aplicaciones de citas para encontrar pareja, un 62 % eran varones y un 38 % mujeres. “Entonces, detrás de cada chica que buscaba una conexión, había dos pretendientes ansiosos de serlo. Pero ahora está cambiando”, asegura.

El informe de Trendsity detalla que el pico de uso fue en la pandemia.

Pero hoy la caída se explica porque los algoritmos parecen jugar en contra de la búsqueda del match y las propias apps empujan a las opciones de pago.

Además, existe un hartazgo de los usuarios que empiezan a desconfiar e impacientarse ante la dificultad de concretar un encuentro presencial.

“Los expertos en salud mental refieren haber recibido un aluvión de consultas de la mano de sintomatología similar a las adicciones, a partir del crecimiento de las apps de citas desde hace más de 10 años”, indica Mociulsky.

Cita una investigación de la Universidad de Valencia que confirma que las apps se transformaron en adictivas generando un efecto similar al de las drogas, al activar el sistema de recompensa del cerebro. Recibir un like o un match provoca la liberación de dopamina, que genera sensación de placer y refuerza la conducta.

En sintonía con este vínculo “adictivo”, eliminar las apps puede causar al principio síntomas de abstinencia similares a los de sustancias como la cocaína.

El unmatch o el ghosting como modalidad de “desaparición” típica de este tipo de vínculos son un rechazo explícito. Supone la “eliminación” de alguien con quien se había establecido conexión; esto supone borrar el perfil y las conversaciones sin aviso, como si el vínculo no hubiera existido.

Estudios neurobiológicos muestran que el rechazo activa el circuito cerebral de la tristeza, reduciendo la actividad cortical y afectando el sistema nervioso autónomo, activando además, en forma constante, experiencias de rechazo registradas en edades tempranas”, explica Mociulsky.

La depresión –agrega– es uno de los diagnósticos de esta época y las apps de citas han hecho mucho para profundizarlos.

Amor por catálogo

Gentile explica que las aplicaciones como Tinder, Happn, Badoo, Grindr, Inner Circle, Bumble; Meetic, Match.com, Love Finder, OkCupid, Ashley Madison o Raya tienen un diseño de digital catalog, “como si se tratara de un catálogo de Avon”.

Es decir, sostiene, que “las personas pasan a ser una mercancía de intercambio, con rápida posibilidad de desechabilidad”.

En esta especie de “inventario” a disposición de otros usuarios se destacan –dice– la apariencia física y el estatus.

“Esto genera cada vez más relaciones frágiles y fugaces, encuentros fallidos que duran poco tiempo y la gente con ganas de conocer a otro de forma sincera, espontánea o transparente, pasa a sentirse un producto”, refiere.

El psicólogo Marcelo Argüello, terapeuta de las relaciones, considera que estas apps siguen en un alto nivel de uso pero que el objetivo varía según la edad.

Los datos de Roast Dating –aporta Gentile– muestran que el 20 % de los usuarios las utilizan para tener un encuentro casual; el 30 %, para conseguir una cita abierta a lo que venga, y un 50 % busca una relación seria.

Se observa una mayor tendencia a buscar encuentros de tipo orgánico o sea presenciales. De hecho, es una recomendación que yo suelo dar con frecuencia debido a la alta insatisfacción que generan las aplicaciones de citas”, sostiene Argüello.

Observa, entonces, que cada vez más personas prefieren participar de actividades cara a cara, estudiar, bailar o hacer trekking.

A la antigua

Desde Trendsity apuntan que Threads se ha hecho eco del hartazgo de usuarios de estas apps y aparece como un espacio de catarsis de las malas citas, los matchs que no funcionaron y las experiencias de ghosting.

Como resultado, asoman alternativas presenciales “como en los viejos tiempos” que incentivan a que la gente interactúe y se conozca. Pero todavía la mayoría de estas opciones están en Buenos Aires.

Timeleft es una iniciativa que funciona en varios países y que conecta personas con intereses comunes en una cena que congrega a cinco personas a las que se cree compatibles.

“La tensión entre conexión y desconexión busca constantemente nuevos equilibrios. En nuestros propios estudios vemos que, sobre todo, las generaciones nativas digitales, dan al espacio presencial un lugar central para consolidar sus vínculos”, refiere Mociulsky.

Además, agrega que estas propuestas “a la antigua”, evitan la presión de las apps de citas y “no implican un esfuerzo de intenciones en torno a los vínculos que se puedan crear”.

Es creciente el número de argentinos que exploran relaciones más allá de la monogamia

Crece la búsqueda de vínculos más reales y auténticos

La consultora de tendencias Trendsity observa un crecimiento en la búsqueda de experiencias y vínculos más reales y auténticos en personas de distintas generaciones. Estas son algunas conclusiones de sus estudios.


* Conectividad versus conexión. A medida que la IA incrementa el tiempo frente a pantallas, los nativos digitales tienen la necesidad de reconectarse físicamente y con mayor frecuencia.


* Disfrute sin tecnología. Cada vez se valoran más los momentos alejados de los dispositivos. Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity, explica que, por ejemplo, la Generación Z ya no ve mal llamar directamente por teléfono sin pedir autorización. Sin embargo, agrega que la Gen Z presenta una fuerte ansiedad ante las interacciones reales, lo que indica un déficit social. “Se necesita trabajar ‘peldaños sociales’ que les ayuden desde ganar confianza hablando cara a cara hasta desenvolverse con naturalidad sin la ayuda de la tecnología”, apunta.


* Desgaste de apps de citas. La Generación Z busca conexiones auténticas a través de actividades presenciales como juegos, cenas o catas.