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CóRDOBA
CORRUPCIÓN EN EL SERVICIO PENITENCIARIO

Bouvier dio orden de presentar una denuncia en Cruz del Eje “para no darle de comer a Gavier”

El fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, dictó la prisión preventiva de Juan María Bouvier y la plana mayor que lo acompañó en su gestión. La descripción de cómo funcionó la banda es impactante por el nivel de corruptelas instaladas.

Juan María Bouvier
JUAN MARÍA BOUVIER. Durante 15 años encabezó el Servicio Penitenciario. Por una investigación judicial salió a la luz un sistema delictual cometido, promovido y avalado por él. | Cedoc Perfil

Durante una década y media, Juan María Bouvier dirigió el Servicio Penitenciario.

La denuncia de un interno al que le cobraron para salir en libertad desde la cárcel de Cruz del Eje, fue la punta de un ovillo que terminó arrastrando a la plana mayor, actualmente acusada de un sistema de corrupción estructural impactante.

El viernes último, el fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, dictó la prisión preventiva de Bouvier quien continuará detenido junto a Silvia Guadalupe Barbero (su pareja), Darío José Tello Pajón, Víctor Hugo Vivas, Diego Martín Ayala y Héctor Hugo Robledo. Todos integraban la plana mayor del Servicio Penitenciario, dependiente del Ministerio de Justicia de la Provincia.

“Encumbrando el más alto vértice de la estructurada institución, sentó las bases para el descarrilado manejo de los distintos establecimientos penitenciarios, manteniéndose informado de cada aspecto suscitado en éstos, pudiendo interferir activamente ante todo tipo de decisiones, corrompió el Servicio Penitenciario desde sus más altos estratos hasta el más bajo peldaño”.

Con estas durísimas expresiones, el fiscal Gavier se refirió a Bouvier en su resolución. A tal punto interfirió en las actuaciones judiciales que dio la orden de presentar una denuncia en Cruz del Eje para que no debiera intervenir el fiscal de Delitos Complejos de Córdoba.

La orden quedó grabada en una conversación a través de mensajes de WhatsApp entre dos subalternos de Bouvier.

El 21 de septiembre del año pasado, cuando ya se habían producido las primeras detenciones por las sospechas de corruptelas en el Servicio, un jefe penitenciario le envió un mensaje a otro señalando: “El jefe quiso que hagamos la presentación en la Fiscalía de narco de allá para no darle de comer a Gavier”.

“Es inequívoca la referencia de que, este instructor –analizó el fiscal–, quien ya se encontraba investigando a los altos mandos del servicio penitenciario, no tomara conocimiento de los hechos que iban a ser denunciados y que ello había sido por orden del imputado Bouvier.

Todos están acusados de asociación ilícita y algunos, de extorsión.

La lista de hechos delictivos que habrían cometido es enorme.

  • Debilitaron deliberadamente la política de seguridad en todo el servicio penitenciario; no proveyeron los dispositivos de seguridad adecuados como requisas, vigilancia de las cámaras de seguridad y perímetros de los establecimientos para evitar el ingreso, permanencia y circulación dentro de los establecimientos penitenciarios de teléfonos celulares, marihuana, cocaína y otros estupefacientes, elementos cortantes, que eran ofrecidos a cambio de dinero a los reclusos.
  • Favorecieron la conformación de un cogobierno de los establecimientos carcelarios con los reclusos que lideraban cada pabellón, llamados “plumas”; siendo tal rol accesible a cambio de una eminente suma de dinero.
  • Permitieron también la conformación de bandas dedicadas a la comisión de múltiples e indeterminados delitos, como estafas, extorsiones, robos y tráfico de estupefacientes.
  • Consolidaron la cohesión de los miembros de la banda criminal, persiguiendo, sancionando y pasando a retiro arbitrariamente a funcionarios y empleados de la institución no leales con los designios de Bouvier.
  • Desviaron los recursos destinados al tratamiento penitenciario de los reclusos, descuidando el mantenimiento y la limpieza de los complejos carcelarios, denigrando el alojamiento de los internos, desatendiendo las necesidades nutricionales de éstos.
  • Tarifaron cada ‘servicio’. La visita privada $180.000; una video llamada $15.000 la hora; el traslado de un establecimiento a otro $400.000; atención médica $150.000; ingresar un elemento cortante entre $25.000 y $50.000; un teléfono celular entre $600.000 y $800.000; los chips de telefonía celular $5.000, y el resguardo de integridad física conocido como “resguardo de la yuta” se cobraba $250.000.

¿Cómo pudo Bouvier sostenerse durante 15 años en el cargo con semejante nivel de impunidad y corrupción? ¿Ningún ministro de Justicia, secretario de Gestión Penitenciaria advirtió jamás el manejo espurio con el que gobernó el organismo