La defensora de Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA), Amelia López, solicitó informes a la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) sobre qué medidas de protección y tratamiento aplicó a M.S.
Se trata del adolescente de 15 años que ayer protagonizó un asalto, junto a un cómplice de la misma edad, en el barrio Marquéz Anexo. Fue alojado temporalmente en una residencia de Senaf. Aparentemente salió de ahí y volvió al sector donde la jueza Ileana Benedito le prohibió regresar. Estaba con otros chicos. Dos veces preso en 24 horas.
López solicitó a Senaf, el órgano de protección y tratamiento de los niños en situación de vulnerabilidad o -como en este caso- que delinquen, que precise qué dispositivos se dispusieron para el joven a lo largo de este año. En enero fue detectado en un hecho delictivo. Desde entonces ingresó al sistema penal juvenil en 15 oportunidades. Pero, como es menor de 16 años no es punible; es decir no puede ser imputado, detenido o juzgado. Sí queda bajo la órbita de Senaf que detecta el contexto familiar y social que posee y hacia ahí debe dirigir las medidas para que salga del delito, algo que en este caso no ocurre.
Al ser consultada por PERFIL CÓRDOBA, Amelia López solo confirmó que hubo un pedido de informes y no quiso explayarse sobre el tema, hasta no contar con la respuesta.
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El caso de M.S. generó, además, un cortocircuito entre la justicia y la Senaf. Ante la orden de “profundizar” la intervención del organismo, Senaf pidió autorización a la jueza que interviene en esta oportunidad, Ileana Benedito, para alojarlo en el Complejo Esperanza, en un sector para jóvenes no punibles (de 15 años o menos) en forma excepcional y por un lapso acotado para poder dar un tratamiento acorde al cuadro que presenta.
La jueza rechazó el pedido. La magistrada nuevamente instó a Senaf para que “diversifique estrategias de abordaje” sobre el chico y su familia, pero excluye como lugar de alojamiento el Complejo Esperanza.
En 2022 el Tribunal Superior de Justicia dejó en claro que menores de 16 años (no punibles) no deben permanecer alojados en el establecimiento. En ese contexto es posible entender la decisión de Benedito.
Al formular la solicitud, Senaf había remarcado algunas particularidades del caso. Es un adolescente autónomo, sin adherencia a las normas o cambios positivos, que se expone constantemente a riesgos generando peligros para sí y para terceros. Hasta ahora, M.S. protagonizó robos; pero de seguir el derrotero que inició a comienzos de este año y con esa personalidad podría incurrir en hechos mucho más graves.
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Hay adolescentes que presentan personalidades altamente conflictivas y reincidentes en el delito. Tal es el caso del joven que participó del crimen de Sebastián Villarreal, en febrero, que circula libremente y se expone en redes sociales con armas; o el que asesinó a su amigo y compañero de escuela, Joaquín Sperani.
En cada episodio surge la misma pregunta: ¿Qué hacer con menores de 16 años no punibles cuando delinquen, si no tienen redes familiares que permitan su reinserción a la sociedad?
En las residencias de Senaf hay niños y jóvenes que necesitan protección del Estado por no poseer esos vínculos. Pero, en esas sedes no es posible convivir con adolescentes que ya ingresaron y reiteraron hechos delictivos.
Entre el Complejo Esperanza y la libertad absoluta, hay que encontrar espacios o mecanismos más eficaces de actuación porque la situación parece desbordarse.