La decisión de Cristina Fernández de Kirchner de liderar el Partido Justicialista revolucionó el mapa político en el país. En ese sent ido, la expresidenta sostuvo que está “dispuesta a aceptar el desafío de debatir en unidad” la posibilidad de asumir la presidencia del peronismo. Con una carta que difundió a través de las redes sociales, sostuvo que nunca ocupó un lugar de dirección “sin tener la certeza de estar capacitada para la tarea encomendada; sin miedo ni presiones”. El recambio de autoridades partidarias está previsto para el 17 de noviembre próximo. Pese a que el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, sostuvo que su candidatura “no tiene retorno”, en el peronismo apuestan a un “operativo clamor” para que Cristina presida el partido.
“Está claro que hay que enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó. Esto plantea la necesidad de crear un ámbito de discusión y participación que hoy no existe y que su ausencia sólo genera confusión y vacío. No tengo dudas que, en esta etapa, el partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que éste, además, tenga dirección y objetivos”, aseguró la expresidenta en la misiva en la que confirmó sus intenciones partidarias.
Para entender las implicancias y las consecuencias que puede tener la “reaparición” de una de las principales protagonistas de los últimos 30 años en la vida política del país, PERFIL CÓRDOBA dialogó con Facundo Cruz, politólogo, consultor político, investigador y profesor en la UBA, quien analizó el nuevo mapa político que se configura a partir de esta decisión.
“Cristina Fernández de Kirchner nunca se fue, lo que pasa es que después del resultado del ballotage todos pasaron a cuarteles de invierno. Un presidente que asume con 10 puntos de ventaja es un presidente muy fuerte, y además había un sector de la sociedad que rechazaba claramente lo que había hecho el peronismo. Esa fue una de las causas de ese apartamiento. Después, hay cuestiones institucionales en las que se deja hacer al nuevo presidente: no podés entrar y marcar contraste”, explicó Cruz.
–¿Por qué elige este momento para la reaparición?
–Cuando el plan empieza a funcionar, empiezan a haber elementos donde se puede empezar a diferenciarte y marcar un posicionamiento. La que primero sale de los cuarteles de invierno es Cristina. De todas maneras, nadie imaginaba que ella se fuera a jubilar. Ella fue la primera, en esa carta de 33 páginas, donde empieza a dar una discusión ideológica. Dice algo de lo que pasó en su gobierno , donde hay poca autocrítica, hay gente que dice que la vio a esa autocrítica, pero yo no la vi. Ahí ella empezó a levantar en la discusión pública.
–¿Cuál es hoy el capital político de CFK?
–El cristinismo e s un espacio político que empezó a concentrarse muchísimo en la provincia de Buenos Aires . Cristina empieza a posicionarse allí, se presenta como candidata y tiene una intención de voto que ronda los 40 puntos. Eso es un capital político importante. La provincia de Buenos Aires es su fortaleza pero también es el cerco, porque le cuesta construir poder fuera de la provincia. Desde allí tratará de salir al país y ya aparece cierta resistencia de gobernadores del interior que no ven con buenos ojos que ella sea la titular del partido.
No hubo un clamor popular generalizado del interior del país, de hecho Ricardo Quintela sigue avanzando con su candidatura y hay indicios de que quiere competir: eso es una muestra de que no hay un consenso absoluto en todo el país de que ella tiene que ser la titular del partido. El kirchnerismo se ha quedado muy concentrado en provincia de Buenos Aires.
–¿Qué implicancias tiene esta reaparición en el tablero político nacional? ¿Aleja las posibilidades de los discursos centristas?
– La figura de Cristina lleva a que al peronismo le cueste encontrar un espacio centrista con otras fuerzas políticas, como acercarse a la UCR o al partido socialista. Cristina aparece como un límite en un momento en el que la sociedad está exigiendo renovación. Si siguen siendo los mismos nombres tal vez no genere atracción en un montón de gente. Este fenómeno no es algo privativo del kirchnerismo, pasa también en el PRO con (Mauricio) Macri, donde el partido sigue dependiendo de su líder fundador. De todas maneras, al que mejor le impacta la vuelta de Cristina es al Gobierno nacional al que le sienta cómodo discutir el pasado. Si ella sigue activa y está presente tienen muchas mejores perspectivas.
–¿La ve como candidata a Cristina Fernández en las próximas elecciones?
–Creo que como presidenta del PJ va a buscar tener una candidatura para apalancar al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires y a partir de allí apuntar a una mirada más nacional de cara al 2027.
