Durante cuatro años, un hombre de 42 años abusó sexualmente de una de sus sobrinas. El 23 de octubre pasado confesó los hechos en un juicio abreviado ante la Cámara 9ª del Crimen y fue condenado a seis años y siete meses de prisión.
En el momento en el que concluía el proceso, la fiscal de Cámara María Mercedes Balestrini pidió que se disponga de inmediato la privación de la libertad del acusado.
El tribunal, en sala unipersonal a cargo del juez Roberto Cornejo, hizo lugar a la solicitud. Hasta ese momento, M.M. se movió con total libertad, con el temor consecuente en la víctima.
La niña tenía tan sólo ocho años cuando comenzó a ser atacada por un familiar cercano, el primo de su papá. La situación se extendió hasta que tuvo 12, cuando pudo contarle a su hermana mayor su padecimiento y ésta trasladó el relato a sus padres. Allí comenzó un recorrido doloroso.
Por el “alto temor suscitado en la víctima” –señaló la fiscal al pedir la prisión preventiva– el indicador de peligrosidad procesal también se centra en el “derecho que tiene todo niño a tener una vida en paz, máxime teniendo en cuenta la doble vulnerabilidad, al ser niña y mujer”. El tribunal analizó “el temor evidenciado por la víctima hacia el acusado, que incluso se proyecta hasta la actualidad”.
PERFIL CÓRDOBA dialogó con la mamá de la adolescente que actualmente tiene 15 años. A pesar del trauma vivido rescató que la Justicia escuchó a su hija.
Sobre el doloroso camino transitado, relató que “fue un quiebre, una ruptura del círculo familiar. No sabíamos qué hacer. Recurrimos a un pariente que es psicólogo para que nos oriente. Nos sugirió buscar, antes que nada, un abordaje psicológico para que le diera contención y ella pudiera tener claridad de qué quería hacer. Como adultos queríamos hacer la denuncia inmediatamente, pero ella no. No es fácil atravesar por todas las instancias judiciales. La causa estuvo cajoneada bastante tiempo. Comenzó a moverse cuando contratamos un abogado.
—¿Qué sucedió en el juicio?
—La otra parte pidió juicio abreviado. La fiscal nos contactó y nos explicó. Le pedimos que lo detuvieran en forma inmediata. Le contamos que le quita libertad a mi hija vivir con botón antipánico, su miedo y el estrés postraumático. Ella tuvo que esperar todos estos años y no es justo. Ni hablar de algo que sucedió justo antes del juicio. Surgió otra denuncia contra él de otra mujer de la misma familia. El mismo patrón de abuso.
—¿Pidieron la detención y se produjo de inmediato?
—Hasta el lunes (anterior al juicio) estuvo trabajando y haciendo su vida normal. Por eso es muy importante que se haya dado voz a la víctima y hayan escuchado lo que es vivir con una persona que la agredió, en la misma ciudad. Si lo cruzás te traumatiza nuevamente. Entiendo que hay que respetar un proceso, pero no es justo que siga libre cuando las pruebas son tan contundentes.