Perfil
CóRDOBA
MÁS ALLÁ DEL DEBATE

Afianzamiento, tribulaciones y una extendida incertidumbre

Kamala Harris prevaleció en el cara a cara con Donald Trump y revirtió el traspié que protagonizara Joe Biden contra el mismo rival, el 28 de junio. La candidata demócrata sumó apoyos en sondeos a nivel país y en estados clave.

debate15-09-2024
REPERCUSIÓN. Un cara a cara que tuvo algunos momentos de tensión y pasajes para el aburrimiento de los espectadores. | CEDOC PERFIL

Un frío apretón de manos, cuya iniciativa corrió por cuenta de la actual vicepresidenta y sólo se dio una vez, al iniciar el contrapunto. Una pantalla partida en dos, en la que las muecas de cada contrincante daban alternativamente el contexto a las afirmaciones de su rival. 

La sonrisa, entre asombrada y socarrona de ella, cuando él acusó –sin movérsele un pelo del jopo– a los inmigrantes haitianos de Springfield de comerse a perros, gatos y cuanta mascota anduviera suelta por esa ciudad de Ohio

Los gestos de ofuscación y contrariedad de él, cuando ella le endilgó la autoría intelectual del violento ataque de una turba al Capitolio, el 6 de enero de 2021, para impedir la asunción del actual presidente Joe Biden, argumentando un inexistente fraude en los comicios en que el magnate neoyorquino se quedó sin reelección.

Hasta aquí, algunas de las imágenes y párrafos que más repercusión tuvieron del debate que el pasado martes protagonizaron en Filadelfia el expresidente y nuevamente candidato, Donald Trump, y la actual vicepresidenta y aspirante a convertirse en la primera mujer en encabezar el gobierno de Estados Unidos, Kamala Harris.

Un cara a cara que tuvo algunos momentos de tensión y pasajes para el aburrimiento de espectadores que, a la distancia y con otra carga de urgencias a sus espaldas, esperaban más condimento en los cruces o definiciones contundentes en cuestiones de alcance y repercusión global.

 

Por puntos

Aunque las valoraciones de politólogos, periodistas y analistas especializados no siempre coinciden con las de la gente común o los ciudadanos de a pie, la inmensa mayoría de los medios tradicionales más influyentes y seguidos del mundo vio a Harris como ganadora desde lo gestual y por la habilidad para llevar a su oponente a terrenos donde no hubiera querido estar. En este sentido, Kamala también revirtió el paupérrimo papel que Biden, por entonces aún candidato demócrata, había tenido en el debate contra Trump el pasado 28 de junio, en los estudios de Atlanta de la cadena CNN.

Esta vez, ante las cámaras de ABC News y con una audiencia estimada de más de 67 millones de personas, Kamala arrebató a los estrategas de campaña de los republicanos el argumento de que los demócratas proponían con Biden a un candidato que por su edad avanzada y su salud no podía ser la mejor opción para el país. Sin usar golpes bajos como hiciera su rival contra el actual mandatario, Harris –quien el 20 de octubre cumplirá 60 años, 18 menos que Trump– dijo ser parte de una nueva generación de políticos de su país. El expresidente la acusó de querer despegarse de Biden y asestó uno de sus golpes más certeros cuando le preguntó por qué no había hecho todo lo que ahora propone en estos tres años y medio en los que fue la número dos del gobierno.

En los días posteriores al debate del martes pasado, Trump y sus asesores intentaron hacer control de daños calificando de sesgada y partidista la lectura que medios como The Washington Post, The New York Times y la mayoría de cadenas televisivas norteamericanas hicieron en torno a la vicepresidenta como ganadora del cara a cara.

Enredado

Cultor de primera hora de las fake news y la posverdad, el magnate aseguró que todo el mundo lo vio como ganador y usó su propia red social, “Truth Social”, para construir esa argumentación. Así, Trump anunciaba el jueves que no participaría en más debates de cara a la elección del primer martes de noviembre próximo, lo que fue interpretado como una señal de que sus asesores le habían aconsejado no exponerse a un nuevo revés en las decisivas semanas de la recta final. 

Desafiando cualquier análisis, el excéntrico magnate dijo que ya les había ganado los debates a Biden y a Harris y que la prueba de que esta última había salido derrotada el martes era que los responsables de la campaña demócrata y la propia candidata propiciaban un nuevo cara a cara en las próximas semanas. “Cuando un boxeador pierde un combate, las primeras palabras que salen de su boca son QUIERO UNA REVANCHA”, escribió Trump en su red, usando mayúsculas para graficar el supuesto deseo de la vice al verse superada.

Diversas encuestas, sin embargo, refutaron la visión del exmandatario e indicaron un crecimiento en la valoración de Harris en ciertos sectores que hasta aquí eran refractarios a su candidatura.

Siete llaves calientes

En cualquier caso, en un escenario que a nivel nacional varía entre el “empate técnico” o los casi cinco puntos que un sondeo dio ayer a la hija de una científica india y un profesor y economista jamaiquino, las miradas se centran en siete estados clave para llegar al poder. Las llaves de acceso a la Casa Blanca parecen estar entre Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.

Obtener la victoria en cualesquiera de esos distritos puede aportar los votos que a una u otro conviertan en el más votado del colegio electoral y, por ende, en la presidenta o el presidente desde enero de 2025.

Hasta hace un par de días, un promedio de sondeos daba un empate en 48%, con centésimas a favor de Trump en Arizona, que aportará 11 del total de 538 electores que conforman el colegio a nivel nacional. También en Georgia (16 electores), el magnate estaba arriba por 0,4% de diferencia en la intención de voto. En Michigan (16 electores), algunas encuestas daban a Trump un punto arriba de Harris, pero otras apuntaban una ventaja de la vicepresidenta por hasta tres puntos porcentuales. Harris también aparecía adelante en los promedios de encuestas de Nevada (seis electores), Carolina del Norte (15 electores) y Wisconsin (10 electores).

El plato fuerte y más apetecible de estos siete estados pendulares, que suelen cambiar de “dueño” o no tienen un perfil definido en sus preferencias cada cuatro años, es sin duda Pensilvania, con su aporte de 20 electores al colegio. La historia indica además que ningún demócrata llegó a la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania. Por ahora, un sondeo concede tres puntos para Harris, dos dan empate técnico, y –en el promedio– hay medio punto a favor de quien quiere entrar en la historia como la primera mujer presidenta de Estados Unidos.

Sin poder saberse si habrá otro cara a cara de aquí al 5 de noviembre, el debate de esta semana fue previsible en definiciones (o falta de ellas) de cada aspirante sobre temas como economía, migración, aborto, Medio Oriente o guerra en Ucrania. También en la escasa o nula atención puesta en una región como la nuestra, a pesar de las históricas injerencias políticas, económicas y sociales del Norte en sus vecinos, y de los posicionamientos soberanistas y adultos, o los sobreactuados alineamientos carnales con que oscilan los gobiernos al sur del río Grande.