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Vindicación del gamer

Videojuegos 20240803
Videojuegos | Unsplash | Javier González

Hace dos años, Forbes publicó los números de la industria del entretenimiento, con foco en la música, las películas y los videojuegos, mostrando que la última movió siete veces más dinero que las dos primeras. Desde que empezaron hasta ahora, su evolución fue apoteótica y representativa de las apetencias y demandas de un nicho de consumidores hiperactivo. La narrativa y la construcción de diégesis, heredadas del cine, se consolidaron en incontables productos célebres, tipo Assasin Creed, con recreaciones históricas asombrosas, como la de París en la Revolución o el Egipto de los faraones, y Elden Ring, ganador del Goty, equivalente a un Oscar.

Ahora, hay un predominio de los juegos denominados AAA, de grandes estudios y los indies, de estudios chicos. Entre las propuestas indie, aparecen rarezas como Disco Elysium, hecho por dos comunistas de Estonia, de género policial con alto contenido político, o Undertale, de un norteamericano que hizo desde la música hasta el código, con el estilo pixelado de los años 80 que puso de nuevo en valor el famoso Minecraft. Antes, existía un intermedio, los AA, pero con el tiempo sus desarrolladores fueron previsiblemente absorbidos por las productoras pulpo. “Mi predicción –me dice un  gamer amigo– es que la brecha se va a seguir agrandando, porque el desarrollo de videojuegos se vuelve cada vez más accesible: hoy es posible para una sola persona programar un juego entero, por lo que es bastante seguro que va a haber cada vez más juegos indies, mientras que los estudios grandes usan la montaña de guita que tienen para competir en el desarrollo de juegos en realidad virtual, en algo así como la carrera a la Luna del presente”.

La industria del videojuego tiene la capacidad de proveer trabajo a una cantidad enorme de diseñadores

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Si bien es cierto que la desaparición de los estratos medios en el videojuego puede hacernos trazar tristes equivalencias con el debilitamiento paulatino de la clase media en el mundo, que una industria tenga la capacidad de proveer trabajo a una cantidad enorme de diseñadores, programadores, artistas visuales y profesionales de áreas tradicionales como la ingeniería, la arquitectura, el cine y la literatura, es algo para celebrar. Caracterizados como tipos sedentarios y fláccidos, los  gamers son, sin embargo, el motor de una de las industrias más enérgicas y potentes del mundo.