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Defensor de los Lectores

Todo lo que hace y ofrece Milei es trumpista y tiene prensa cómplice

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El estado soy yo. Milei sigue sus propias reglas de derecha. La única excepción para su agenda es Trump, su líder ideológico. | NA

Los lectores de PERFIL conocen ya, sobradamente, cuál es la posición de este ombudsman respecto de la política comunicacional que practican el presidente Javier Milei y sus dos socios en la tríada gobernante, Karina Milei y Santiago Caputo. De hecho, es éste quien diseña y aplica esa política, y se relaciona y subordina medios y periodistas que han entregado su credibilidad a la miel del poder, pretendiendo incluirse en él como cómplices, socios o meros apéndices.

Milei sabe que no está solo en ésta, su misión cuasirreligiosa de erigirse en sumo sacerdote del tsunami hiperderechista que viene ocupando gobiernos en parte de los que aún puede llamarse países democráticos. Que, justamente por los dichos y hechos de esos gobernantes, se inclinan cada vez más hacia un autoritarismo rayano en tiranía.

En el correo de hoy se publica una carta del lector Alfredo Durante –que concluye con lo que él estima como síntesis del pensamiento presidencial: “‘El Estado soy yo’ (y Karina)”. La tragedia de Bahía Blanca y la conducta de Milei y sus acólitos respecto de ella, dan cuenta de ese concepto.

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Hace algunas semanas reproduje partes del informe publicado por Mónica González, corresponsable del Consultorio de la Red Ética Segura, una fuente indispensable del periodismo en la materia. Quiero reproducir algo que ya publiqué, citado por González. Decía en su artículo publicado el 25 de febrero: “‘La verdadera oposición son los medios. Y la forma de lidiar con ellos es inundar el terreno con mierda’, dictaminó Steve Bannon cuando era jefe de la estrategia del presidente Donald Trump, en 2018, en su primer mandato. Y se inundaron las redes y los medios de mierda. Fue el inicio de la industria de la desinformación cuyo objetivo principal es impactar y manipular a la opinión pública incluso en sus decisiones políticas, lo que permite manipular elecciones. Se trata de una industria que se basa en nuestras emociones, en información de nuestros deseos y frustraciones más íntimas y genera miles de millones de dólares”.

Agregaba la autora: “Ahora, en su regreso, el principal socio de Trump en la Casa Blanca es Elon Musk, dueño de la red social “X”, el gestor de esa estrategia –amplificada, perfeccionada y sofisticada–. Musk lleva el control día a día de la narrativa, la nueva guerra cultural, y la principal herramienta que permite ganar las guerras”.

“Entre Milei y Trump no todo es eliminar y de raíz la agenda de género y de igualdad y diversidad. El componente militar los seduce a ambos. Y no pierden tiempo. Ya acordaron la instalación de un puerto y base logística conjunta en Tierra del Fuego. Y el gobierno argentino le entregó al Cuerpo de Ingenieros de las FF.AA. de Estados Unidos, el monitoreo, control y vigilancia de la navegación por la vía troncal de la Hidrovía Paraguay-Paraná, en el tramo argentino, desde Confluencia hasta la desembocadura del Río de la Plata. Y habrá más”.

Javier Milei no asistirá al encuentro en defensa de la democracia que protagonizarán jefes de gobierno de la región, según lo acordado en septiembre pasado con el liderazgo de Lula Da Silva. Trump es su líder para avanzar en la agenda ideológica de ultraderecha, y un “aliado estratégico y fundamental para conseguir apoyo y financiamiento de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, según el diario brasileño Folha de Sao Paulo.

Así están las cosas. Por eso que alcanzan extrema gravedad el silencio y las conductas cómplices de periodistas y medios cooptados por el Gobierno en estos tiempos.