¿Habrán sido los bolsos llenos de dólares sin declarar, con los que fue detenido el senador oficialista Edgardo Kueider en diciembre pasado? ¿O quizá fue el discurso homofóbico de Javier Milei en Davos en enero, cuando dijo que los homosexuales son pedófilos? ¿O fue el tuit “difundiendo” una millonaria estafa con una cryptomoneda en febrero, lo que representó el principio del cambio de una tendencia que hasta altura es inocultable?
¿El nuevo escenario que preocupa al oficialismo fue impulsado por la inoperancia y la desidia con la que el Gobierno enfrentó la trágica inundación en Bahía Blanca de principios de este mes? ¿O fueron las violentas imágenes de represión en la marcha de hace algunas semanas, donde se ve claramente cómo fueron golpeados jubilados y manifestantes? ¿Habrá sido la miserable acusación de “kirchnerista”, que ensayaron las voces oficialistas, para justificar la agresión a un fotógrafo que fue gravemente herido por la Gendarmería y ahora lucha por su vida?
¿El creciente enojo en la opinión pública con Milei es producto de la fuerte caída en el consumo, que ya lleva más de 14 meses registrando índices negativos? ¿O fue la sensación de que el descenso en el índice de inflación tocó un piso y el aumento en los precios empieza nuevamente a preocupar? ¿Será, tal vez, que el crecimiento del desempleo comienza a angustiar mucho más que antes, en medio de un modelo abierto a la producción internacional irrestricta y sin ningún tipo de protección a la industria nacional?
Cualquiera de estas crisis políticas, sociales y económicas puede haber sido el origen de la preocupación que hoy enciende alarmas en La Libertad Avanza. O, lo que es más grave aún, puede haber sido la encadenación de todos las dificultades juntas que, sumadas, generaron el distanciamiento de un sector que antes apoyaba a Milei pero que ahora se desmarca. Y lo hace, precisamente, en el primer trimestre del año electoral que más interés despierta en el oficialismo.
Es que en la misma semana en la que el Gobierno alcanzó un importante triunfo político en Diputados, que presuntamente le otorga un poco de oxigeno financiero, por la confirmación de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, del que no se conoce ni el monto ni las condiciones, Milei enfrenta, por primera vez desde que asumió, una fuerte caída en las encuestas.
Y no hay enojo posible de Milei para explicar semejante contexto: el tobogán descendente se confirma en todos los sondeos de opinión pública que fueron difundidos en marzo. Si a los periodistas los tildó de ensobrados y a los economistas los llamó econochantas, el expanelista deberá hacer ahora uso de su desagradable creatividad para inventar un agravio que le permita descalificar a los encuestadores que anuncian nubarrones en las Fuerzas del Cielo.
Milei enfrenta, por primera vez, una fuerte caída en las encuestas.
La encuestadora que vaticinó el triunfo de los libertarios en las presidenciales de 2023, ahora marca una brutal caída de 10 puntos para Milei. El sondeo de la brasileña Atlas-Intel fue publicado hace un par de semanas y señala que la imagen positiva del Presidente pasó del 55% a 45% por ciento. Es el mayor tendencia a la baja que enfrenta desde que asumió su gobierno. Mientras que la imagen negativa pasó del 41% al 50%, un aumento de 9 puntos, si se la compara con los resultados que había obtenido en febrero.
En tanto que un trabajo de la consultora Delfos, que se difundió en los últimos días, coincide con el pronóstico sombrío. Frente a la pregunta sobre la aprobación en la gestión del Gobierno, la respuesta de los encuestados muestra una caída muy pronunciada: se desploma 17 puntos en un mes: el 50% apoyaba las decisiones del oficialismo en febrero pero solo lo hace el 33% en marzo. Mientras que el rechazo a la gestión libertaria pasó del 44% en febrero al 56% en marzo.
Un descenso de dimensión similar registró el estudio de la consultora Equipo Mide, que mostró en su último trabajo un fuerte aumento del rechazo de los encuestados sobre el rumbo que está tomando el país. Un 54% considera que la dirección es “equivocada”, mientras que un 46% cree que es “correcta”. En febrero, esa misma medición había arrojado una diferencia de 4 puntos: por lo que se duplicó el diferencial de desaprobación, que ahora llega a los 8 puntos.
Mientras que Pulso Research publicó recientemente una encuesta que confirma la tendencia preocupante para La Libertad Avanza. Según el relevamiento, la valoración positiva de Milei bajó 5,7 puntos porcentuales en marzo, quedando en un 45,9%, mientras que la negativa subió 3,9 puntos. Además, crece el rechazo activo a su gobierno: el 32,6% de los encuestados afirmó estar dispuesto a movilizarse en su contra, lo que representa un aumento de casi 10 puntos respecto a la medición del mes pasado.
También es negativo el resultado publicado por Aresco, que muestra el aumento del rechazo que va cosechando el Presidente. Arrancó el año con 59% de imagen positiva en enero, luego descendió en febrero al 56% y ahora cae en marzo al 53%. El trabajo muestra, a su vez, que la imagen negativa sigue en ascenso: 40,5% en enero, 44,2% en febrero y 45,7% en marzo.
Opina Argentina coincide con la caída. La consultora publicó esta semana una encuesta que refleja una fuerte baja en la imagen de Milei. En febrero, el 54% apoyaba la gestión presidencial, pero en marzo ese índice descendió al 48%, lo que explica un retroceso de 8 puntos porcentuales. Mientras que el mes pasado, el 45% rechazaba las decisiones del Gobierno y ahora ese número trepó hasta el 52%, lo que demuestra un aumento de 7 puntos en la imagen negativa.
En tanto que un nuevo informe de la consultora Horus reveló que la imagen del Presidente enfrenta “importantes altibajos”. Sin embargo, en donde más se observa un retroceso es en la agenda económica, que más atención depara en Milei. En relación a la baja de la inflación, el 70% respondió que las mejoras “no se sienten en la economía de la gente”. En febrero, ese índice estaba 15 puntos por debajo del que ahora expresa.
El estadounidense George Gallup fue el primer cientista social en concebir una encuesta con métodos científicos. Desde la publicación en 1929 de su tesis doctoral Una nueva técnica para el objetivo métodos de medición, los estudios de opinión pública han ido mejorando las técnicas cualitativas y cuantitativas para poder entender mejor el humor social y poder anticipar las tendencias políticas. Pero Gallup sabía que sus estudios despertaban ansiedades cuando se inicia una campaña electoral y buscaba contener las expectativas con una sentencia: “Las encuestas no se tratan de predecir el futuro sino de comprender el presente”.
En pocos meses el oficialismo buscará ser revalidado en las urnas en Argentina. Por lo que falta muy poco para saber si “el ajuste más grande de la historia del mundo” cuenta con apoyo electoral. Como bien advirtió Gallup, las encuestas que muestran un creciente malestar social no permiten vaticinar una derrota para el Gobierno en octubre. Pero sí ayudan a comprender el presente: el malestar social viene aumentando y parece estar alejando a los votantes de Milei.