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La persuasión avanza

Qué celebra Milei

El Gobierno ya ha asumido la fragilidad de su fuerza legislativa. De ahí su empeño hacia las elecciones de medio término del próximo año. De ahí que tire la cuerda pero evite romperla con su aliado clave, el PRO.

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Javier Milei | Agencia NA

“No se confundan. Creen que ganan, pero pierden”. Durante el debate del miércoles, el sempiterno diputado neo dialoguista opositor Miguel Pichetto recicló la figura de la victoria pírrica, a sabiendas que las cartas estaban echadas y que la Cámara iba a convalidar el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario.

Puede que tenga algo de razón, si se toman en cuenta las extraordinarias movilizaciones en todo el país que generó la defensa de la educación pública superior. O puede que resulte una suerte de premio consuelo para una oposición que se había ilusionado con esta batalla, perdida pese a la amplísima mayoría que en teoría congrega en el Congreso.

El Gobierno ya ha asumido la fragilidad, cuanti y cualitativa, de su fuerza legislativa. De ahí su empeño hacia las elecciones de medio término del próximo año. De ahí que tire la cuerda pero evite romperla con su aliado clave, el PRO.

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Milei festeja con sus “héroes” presentes y ausentes en Diputados

En el peor momento del vínculo, la semana pasada, el asesor premium Santiago Caputo mantuvo dos encuentros reservados, por separado. Primero con Mauricio Macri, quien aceptó a regañadientes que las cenas con Javier Milei serán esporádicas. Otra vez al ex presidente y al poderoso consultor libertario sin cargo se les dificultó llegar a amplios acuerdos.

Luego Caputo recibió a Cristian Ritondo, el jefe del PRO en Diputados. Allí sí avanzaron, no solamente con la votación del miércoles. Sí se abrió la puerta para que el bloque amarillo acompañara el veto a cambio de que el Gobierno accediera a flexibilizar, aunque fuera mínimamente, la oferta salarial al personal de las universidades.

Como sin el PRO es imposible pero con él solo es insuficiente, el oficialismo volvió a activar el músculo ya entrenado con la ley Bases, y sobre todo con los “87 héroes” del rechazo al aumento jubilatorio.

Faltazos, abstenciones y negociaciones clave con gobernadores que lograron sostener el veto a la Ley de Financiamiento Universitario

Esta vez fueron 85 los adalides del veto, aunque son un puñado más si se suman convenientes abstenciones y ausencias a la hora de emitir su decisión, funcionales a la estrategia gubernamental de tener garantizado el respaldo de un tercio de quienes votan.

Ese apoyo volvió a ser nutrido horizontalmente por diferentes porciones de las principales representaciones legislativas: peronistas, radicales y oficialismos provinciales.

Desde casi una veintena de bancas, el Poder Ejecutivo consiguió cambios en sus posturas que lo favorecieron. La persuasión avanza.

Entre ellos volvieron a figurar los cinco miembros del bloque UCR que habían mostrado su ductilidad con el veto al aumento de las jubilaciones. Esta vez, cuatro avalaron el veto y uno se abstuvo. El peronismo hizo su aporte vía gobernadores adscriptos y autónomos. Hay que anotar entre los primeros los votos a favor del veto de los tres diputados del tucumano Osvaldo Jaldo. O la ausencia, pese a estar en el Congreso, de una diputada del catamarqueño Raúl Jalil.

Veto a la ley de financiamiento universitario: luego de la ratificación, los gremios docentes anunciaron un paro

Fue clave la cooperación del gobernador misionero Hugo Passalacqua, que logró que cuatro de sus legisladores rectificaran su apoyo inicial a la ley y ahora se abstuvieran. Algo similar hizo el santacruceño Claudio Vidal con un diputado, que giró 180 grados.

En el Congreso llamó también la atención que dos ausentes diputadas que habían ayudado a aprobar la ley en agosto ahora se ausentaban por súbitos motivos de salud. Una, la cordobesista Alejandra Torres (célebre porque su voto contra las Bases eyectó de la Anses a su marido, Osvaldo Giordano), que anunció que tenía covid y sus compañeros del bloque de Pichetto la habían visto normal el día anterior. La otra, la salteña Yolanda Vega, que se descompensó justo antes de la votación.

Para alcanzar este resultado, el Presidente apeló en los últimos días a todo su equipo político, aunque no se apaguen allí las intrigas y desconfianzas. Con frenesí, se activaron Santiago Caputo, Guillermo Francos, Eduardo ‘Lule’ Menem y Lisandro Catalán, entre otros.

Con argucias de la casta, Milei volvió a salirse con la suya. Consiguió blindar de nuevo ante el Congreso su gobernabilidad. Y sus principales funcionarios difieren del teorema pichettista. Como buenos bilardistas, creen que cuando se gana, se gana. Aunque no vaya a haber esta vez asado de celebración.

 

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