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Neil Gaiman: acusado de abuso, fue cancelado en todos sus proyectos

El exitoso escritor británico cayó en desgracia. De haber integrado la lista de la revista “Time” de las cien personalidades más influyentes en 2023, pasó, en 2024, luego de la denuncia de abuso sexual de ocho mujeres, pasó a ser dejado de lado de todos los proyectos en los que estaba comprometido. Películas, series y libros: la editorial de cómics Dark Horse acaba de anunciar que dejará de trabajar con él, interrumpiendo unos libros proyectados para este año.

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Gaiman. Arriba: el escritor británico y la periodista Rachel Johnson, columnista del London Standard y responsable del podcast en el que cinco mujeres dejunciaron a Neil Gaiman. | cedoc

Neil Gaiman, 64 años, es un escritor británico que incursionó en el cómic, la novela de fantasía y en los guiones de cine y televisión. Recibió innumerables premios en dichos rubros, como el Hugo, Bram Stoker, Einer, Lucca, Harvey, entre otros. Es autor de novelas llevadas al cine en los últimos años como American Gods (2017), Buenos presagios (2019) y Sandman (2022).

En 2023 la revista Time lo incluyó entre las cien personas más influyentes del mundo. Se calcula que vendió más de 50 millones de ejemplares y, desde el punto de vista editorial, esto hace que se lo considere el J. K. Rowling masculino, un exitoso, un emblema de la creatividad en habla inglesa, eso sí, progresista y correcto, no como la madre de Harry Potter, que se enfrentó con distintos colectivos trans y feministas.

Pero esta imagen comenzó un franco deterioro a raíz de una catarata de denuncias sobre la conducta sexual de Gaiman. El pasado lunes 13 de enero, New York Magazine publicó un reportaje titulado “No existe una palabra segura”, donde ocho mujeres relatan distintos abusos por parte del escritor, como sexo no consentido, humillaciones sadomasoquistas y demás detalles escabrosos que fueron el néctar de la prensa sensacionalista.

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Esto generó una respuesta de Neil Gaiman, quien publicó en su blog: “Estoy lejos de ser una persona perfecta, pero nunca he tenido relaciones sexuales sin consentimiento con nadie. Jamás”. Las primeras cinco mujeres lo denunciaron en un podcast de Tortoise Media llamado Master a principios de 2024. Rachel Johnson, columnista del London Standard, responsable de tal podcast, publicó un artículo en dicho medio el martes pasado bajo el título “Revelé la historia de Neil Gaiman, pero nunca quise que lo cancelaran de esta manera”.

Allí expresa: “El motivo de romper mi silencio ahora es decir que la cancelación total de Neil Gaiman no era mi intención cuando escuché por primera vez la historia de Scarlett y luego las voces de cuatro mujeres más que se escuchan en Master. (…) Mi punto era el imperioso interés público en informar sobre sus acusaciones y otras como las suyas. (…) Lo único que Scarlett dijo era que quería una “rendición de cuentas” o algún tipo de reconocimiento porque había sufrido abuso. (…) Nuestra intención con Master era investigar las áreas más grises de las grises: las acusaciones de abuso sexual dentro de una relación por lo demás consensuada”.

A modo de descargo final, Johnson concluye: “Las mujeres no denuncian (aunque la violación conyugal está tipificada en la legislación desde 1992) porque no creen que les vayan a creer; no quieren pensar que han sufrido abusos y que ellas mismas son víctimas; no quieren que su pareja, a menudo el padre de sus hijos, vaya a la cárcel. Muy a menudo envían a su supuesto abusador mensajes cariñosos, que pueden utilizarse como punto central de cualquier defensa. Es… complicado”.

¿Complicado? Esa complicación implica a la misma periodista que ve en su futuro una clasificación que limitará sus posibilidades laborales: “Es la que arruinó a Gaiman”. Porque parece que el descargo no alcanzará, el daño afecta a toda la industria cultural que implica al autor.

A fines de agosto de 2024 la plataforma Netflix canceló la serie Dead Boy Detectives ambientada en el universo de Sandman, sin especificar motivos, aunque lo hizo no bien trascendieron mediáticamente los detalles de las denuncias. Ya en septiembre, Disney suspendió por tiempo indefinido –sin dar explicaciones– la adaptación cinematográfica de El libro del cementerio, publicado originalmente en 2008 y que tenía como director a Marc Forster.

Prime Video, quien había renovado el contrato de la serie Good Omens para una tercera y última temporada en diciembre de 2023, con Gaiman como guionista, lo reemplazó por un equipo creativo que concluirá la serie en un solo episodio de 90 minutos, cuya producción comenzará en Escocia en los próximos meses. La adaptación musical de Coraline, que iba a presentarse en el Leeds Playhouse del Reino Unido entre abril y mayo de 2025, con una gira por Edimburgo, Birmingham y Manchester, fue cancelada por los organizadores, quienes emitieron un comunicado donde expresan: “Después de una cuidadosa consideración, sentimos que sería imposible continuar en el contexto de las acusaciones contra su autor original”.

La editorial Dark Horse Comics anunció hace una semana que dejaría de trabajar con Gaiman, cancelando la serie de cómics Los hijos de Anansi, adaptación de la novela publicada en 2005. Esta publicación, que comenzó en junio de 2024, comprendía ocho números y se interrumpió en el séptimo volumen a principios de este año. También implicó la cancelación del volumen recopilatorio de la serie, programado para su lanzamiento a finales de 2025. En un comunicado, la editorial expresó: “Dark Horse se toma en serio las acusaciones contra Neil Gaiman y ya no publicaremos sus obras”.

La cancelación sufrida por Gaiman la sostienen algunos artículos publicados en The Guardian (Universidad de California), donde se lee: “A través de sus obras de ficción y su personalidad abierta en las redes sociales, Gaiman se presentó como un progresista, un defensor de los derechos de las mujeres y de los homosexuales, y un altruista en favor de los marginados. Estas contradicciones ponen de relieve una noción crucial con respecto a este tipo de figuras: tu aliado puede no ser tu amigo. (…) Su elocuencia le dio la capacidad de embellecer a sus personajes femeninos ficticios, mientras que el poder y la riqueza que le reportaron esas publicaciones le permitieron degradar y atacar a los miembros reales de esos grupos marginados. Con feministas masculinos deshonestos como Gaiman, su buena voluntad es una mentira de cabo a rabo”.