COLUMNISTAS
culpas

Motín a bordo

Taxi 20240518
Imagen ilustrativa | Taxis | Unsplash | Lexi Anderson

“No sé por qué les molesta tanto que el Presidente crea que habla con Dios a través de un perro que sólo él cree que está vivo –me dice el taxista–. “Después de todo, el diálogo con las almas de los muertos, insectos, animales, entidades intergalácticas y dioses, así como las artes variadas de la interpretación, desde el psicoanálisis hasta la orinamancia, son una vieja costumbre de nuestra especie. ¿Acaso alguien le discute al Papa su derecho a creer que habla con el Espíritu Santo, que nadie sabe bien qué es ni en qué consiste?”.

Por supuesto, el taxista no habla exactamente así, le mejoro un poco la expresión en beneficio del lector. Si las mayorías leyeran algo, alguna vez (principalmente los libros que me gustan, e incluso los que escribo), la elevación del nivel lingüístico general sería perceptible, pasado cierto tiempo. Pero claro, para eso las cosas deberían ser sensiblemente distintas, y estamos en un país que se va al garete.

—Ahí va uno de Uber, la reputa madre que los remil parió —dice el taxista.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—¿Cómo lo sabe?

—Vidrios polarizados, mal manejo y el celular con GPS puesto al lado del volante, porque no conocen las calles —dice, y me da una didáctica explicación acerca de cómo los taxistas organizaron denuncias para eliminar o limitar el autopropismo y para lo único que sirvieron fue para que, según él, el intendente anterior subiera (alegando dificultades con los gremios) el precio de la coima a los de Uber, Cabify, Didi y todos esos. La culpa de todo, pero de todo de todo, es la de la conspiración domina el mundo: industria armamentística, industria financiera, industria energética, industria alimenticia, industria de la droga. Elon Musk es la máscara de proa de Black Rock o alguno de esos fondos. ¡Ah, pero él no se dio la vacuna contra el covid! Ni acepta que los pasajeros le paguen con tarjeta de crédito.

—¿Qué te pensás, que soy pelotudo, que por un viaje de tres dólares te voy a cobrar esa miseria al mes y con un descuento del diez por ciento? —dice. Le juro que voy a pagarle en efectivo, pero no se tranquiliza. Cree que una buena resolución de los problemas sería un pelotón de fusilamiento para diez mil argentinos. A él, ¿qué le importa? Él mismo le pegaría un tiro en la frente al coimero, total, ¿qué? Está enfermo, se está fundiendo, por suerte está separado y en su casa guarda un montón de armas. Pienso si este hombre habrá visto Taxi Driver.

—No —me dice—, ayer vi El motín del Bounty. ¡Qué película! Ahora, me voy por Echeverría, que está terminando el partido de River y levanto pasajeros.