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OPINION

Milei, cuanto peor, ¡mejor!

El Gobierno está conduciendo al país sin prisa ni pausa a una crisis social terminal, de gran envergadura, probablemente una de las más importantes, sino la más importante de la que tengamos memoria.

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Presidente Javier Milei. El 8 de abril pasado, en un programa que se emite por el canal de internet Neura Media, se refirió a Jorge Fontevecchia como un periodista “ensobrado” y que “vive de la pauta”. | NA

En el gráfico de apertura observamos la evolución de la participación de los trabajadores y el factor capital en el ingreso total generado desde el año 2016. 

Obviamente, la catástrofe distributiva que se observa durante el período del gobierno de Javier Milei ya en el segundo trimestre del año 2024 (último dato disponible) es la peor de la década, y seguramente, vamos a confirmar la debacle cuando tengamos los datos oficiales del tercer trimestre del 2024. 

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En líneas generales, Milei está conduciendo al país sin prisa ni pausa a una crisis social terminal, de gran envergadura, probablemente una de las más importantes, sino la más importante de la que tengamos memoria, como le hemos señalado desde estas columnas reiteradamente. 

Tenemos ya mismo indicadores sociales claves como pobreza, indigencia, brecha de pobreza, peores que los de enero del año 2002 y que están configurando un entorno de crisis muy evidente. 

Tan solo faltaba corroborarlo en términos distributivos, teníamos una pista anterior con el coeficiente Gini, que mostraba como es obvio, que la situación distributiva regresiva que instaló el presidente Milei tras la megadevaluación de diciembre del año 2023 se encaminaba a ser récord desde la crisis del año, siempre de acuerdo a datos oficiales. 

En este caso, debemos el tratamiento de los datos a la Universidad de José C. Paz que nos permite acceder al gráfico que muestra de manera transparente cómo la pendiente distributiva en Argentina no para. 

Es muy probable que estemos en torno a los 41 puntos de participación de los trabajadores en el ingreso, cuando conozcamos el próximo dato del tercer trimestre de este año. Sin necesidad de espera, hoy observamos que de los 54 puntos que dejó Cristina Fernández y la caída en la participación que propiciaron los gobiernos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos se ha profundizado, estamos en 43,4% puntos de participación de los trabajadores y está claro que vamos para mucho peor. 

Eso se corresponde con los actuales niveles de pobreza que en el Conurbano ya promedia el 60% de la población general, pero en los jóvenes y niños menores de 18 años orilla el 75%, y esto cuenta también para que la pobreza entre jubilados y pensionados, que era de 6 puntos en los finales de 2015, hoy trepa a 32% y va a seguir creciendo, y falta la estampilla del desempleo, que va a venir a llegar paulatinamente. 

Antes crecerá aún más la precarización definitiva del empleo, tanto por el lado de la sobredimensión del cuentapropismo, que los libertarios llaman emprendedurismo como de los trabajos informales habituales que ya impactan sobre el 43% de la Población Económicamente Activa.

La crisis de ingresos es galopante, y en general, el sueldo que ofrece el mercado formal y el que solicitan los gremios, está en línea con una canasta de pobreza para un hogar tipo. 

Tenemos indicadores sociales claves como pobreza, indigencia, brecha de pobreza, peores que los de enero del año 2002 y que están configurando un entorno de crisis muy evidente. 

Por caso, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) finalmente levantó el paro de transporte previsto para el jueves 31 de octubre en el área metropolitana de Buenos Aires. El sindicato que conduce Roberto Fernández alcanzó un “acuerdo” con las empresas del transporte en audiencia en la Secretaría de Trabajo.

Llevarán el sueldo básico de $ 1.060.000 a $ 1.200.000 pesos a partir de enero. La canasta de pobreza de octubre para un hogar tipo ya ascendió a $ 1.014.568 bruto y en enero, se estima, alcanzará $ 1.115.000 mensuales en bruto (sin descuentos) y sin alquiler. El monto que consiguió la UTA se ubica apenas por sobre la CBA. Calamitoso.

Como es lógico dado el rigor del deterioro han concurrido al ágora una gran cantidad de consultores que afirman que, a pesar del ajuste, la imagen de Javier Gerardo Milei crece y no para de crecer. 

Es más, podemos adelantar que, por cada punto de aumento en la pobreza y caída en la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso, la imagen del personaje que hoy engalana el sillón de Rivadavia crece no uno, sino dos puntos.

Son consultoras libertarias, aunque de inspiración netamente trotskistas, que curten el “Cuánto peor, mejor”.

En fin. ¿Y a ustedes cuánto le creció la criatura, estimados lectores de PERFIL?

 

* Director de la Consultora Equis.