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Macri busca condicionar a Milei

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Mensaje. Por ahora prefiere preservar al Presidente de las críticas y carga contra el entorno. | cedoc

Como si quisiera compensar sus largos períodos de ausencia por viajes casi continuos, Mauricio Macri intenta retornar a los primeros planos de la vidriera política con una breve, pero intensa maratón de apariciones. ¿El objetivo? Condicionar a Javier Milei.

Detrás de los elogios del líder del PRO al Presidente –centrados en sus medidas económicas y desregulatorias– y sobre todo de las críticas, trasunta un mensaje: “Conmigo lo podrías hacer mucho mejor”.

Acaso ese fue el mensaje central que Macri también pretendió dejarle a Milei cuando estuvieron reunidos en secreto y amigablemente a comienzos de semana en la Quinta de Olivos. Allí, según fuentes vinculadas a ambos líderes, el expresidente le anticipó el tono de sus observaciones públicas.

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Los dardos principales fueron cuatro. La oposición a que el controvertido juez federal Ariel Lijo sea promovido a la Corte Suprema. La llegada o permanencia en puestos ejecutivos de funcionarios vinculados a Sergio Massa. La limitación oficial para el armado de equipos. Y las dificultades que impone el entorno presidencial.

Cada una de ellas fue explicada o justificada por el actual mandatario. Salvo una, que fue negada. Sí, claro, la recriminación contra el círculo íntimo que lo rodea y que Macri tiene atragantado. Los blancos son la hermanísima Karina Milei, el asesor premium Santiago Caputo y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

A la hermana presidencial le endilga el armado partidario de La Libertad Avanza, en particular en distritos del país donde el PRO se siente consolidado, como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, provincia de Buenos Aires y, en especial, la Ciudad de Buenos Aires, la cuna del macrismo que ahora gobierna el primo Jorge.

Cuatro dardos: Lijo, los massistas, los límites al armado de equipos y el entorno

Pese a la desmentida de Milei, Macri anotó horas antes de su reaparición dos novedades sobre esa presunta estrategia karinista antiporteña. Una, la divulgación desde ciertas usinas libertarias de una encuesta hacia las legislativas del año próximo en CABA. Según esos números, LLA duplica en intención de voto al PRO.

La otra mala noticia previa al relanzamiento amarillo tuvo el signo pesos. Pese al compromiso asumido por el propio Luis ‘Toto’ Caputo ante Jorge Macri hace diez días, Economía volvió a transferir a Ciudad el mismo porcentaje de coparticipación recortado por Alberto Fernández. “Raro. A otros distritos, incluso peronistas, no les retacean tanto los fondos como a nosotros”, comenta un dirigente porteño de peso.

A esas intrigas suele sumar el expresidente a Francos. Lo recela al jefe de Gabinete por haber sido funcionario de Alberto F ante el Banco Interamericano de Desarrollo y por sus vínculos con el peronismo. Además de que sigue atragantado porque Francos designara a Daniel Scioli en Deportes y Turismo (lo que no quitó que el macrismo colocara como su segundo a Julio Garro antes, y a Diógenes de Urquiza ahora), Macri cree que Francos es uno de los responsables de que el Gobierno priorice acuerdos con el peronismo y obture al PRO. El funcionario fue uno de los que respondió sus críticas, al sostener que no hay entorno y que Macri “tuvo funcionarios que no funcionaron”.

Sin embargo, el principal entripado macrista es con el asesor Caputo. Los resquemores son mutuos. Máxime cuando el cerebro comunicacional y principal estratega gubernamental ha decidido recargar su poder desde el manejo de los servicios de inteligencia y de su caja negra. Un sector al que Macri presta una atención especial. Históricamente, escándalos incluidos.

Como ya se ha contado aquí la semana pasada, ciertas designaciones en la nueva/vieja SIDE y el regreso de José Luis Vila al área de Estrategia, un hombre muy vinculado a los servicios que denunció espionaje ilegal durante el macrismo, resultan señales negativas para el exmandatario. Sobre todo si disponen de un presupuesto ampliado a $ 100 mil millones vía DNU, sin controles efectivos y desde donde Macri (y no sólo él) considera que se financia el patrullaje digital libertario.

Por esa razón, Macri y la vicepresidenta Victoria Villarruel ratificaron su acuerdo para que el senador PRO Martín Goerling presida la comisión bicameral que debería controlar las actividades de espionaje. Caputo se contactó con el senador peronista entrerriano Edgardo Kueider para ofrecerle ese lugar y desconocer el pacto celebrado por la titular del Senado.

Macri, y no solo él, cree que la SIDE financia el patrullaje digital libertario

Macri tomó además como una provocación personal un posteo hiriente que surgió en una cuenta fantasma que en el Gobierno se adjudicaba al joven asesor, luego bloqueada. Fue tras un reclamo público macrista sobre los fondos coparticipables pendientes para CABA: “Al señor desesperado por cajas y resortes de poder que habla con todos los popes del periodismo nacional viendo cómo rayar al Gobierno, le queremos decir que se adapte o muera. Su tiempo ya pasó”.

Tal vez la queja macrista fue lo que llevó a Milei, tras el largo encuentro en Olivos, a pedirle a Caputo que tuviera un gesto público con el expresidente. Eso podría explicar la entrevista, primera en su carrera, que le dio a uno de los varios periodistas que caminan por Casa Rosada en busca de información, y a los que el asesor suele atender en off the record.

En ese reportaje que se publicó en TN.com el día previo a la reaparición de Macri, Caputo explica por qué no es funcionario, ataca al kirchnerismo y deja esta pieza excelsa de sobreactuación narrativa: “Tengo una excelente opinión del presidente Macri. Conmigo en particular siempre ha sido extremadamente generoso. Creo que sentó las bases para que la Argentina finalmente pudiera cambiar. Admiro la construcción que hizo el PRO los últimos años y aparte yo vengo de esa escuela. Estamos enormemente agradecidos por su apoyo incondicional al cambio que está llevando adelante el presidente Milei. Hemos tenido muy buenas charlas privadas, siempre es interesante escuchar a una persona que logró tantas cosas”.

Amén de que ambos se detestan, no pareciera que hubiera servido de mucho este ejercicio apologético extremo, de acuerdo a lo que Macri dijo luego. Para tratar de evitar que quedara expuesto el fracaso de ese halago exagerado, Caputo filtró que lo había hecho para exhibir que el que tiene problemas es el jefe del PRO. Juguetones.

Tal cual le sucedía a él cuando presidía el país y las culpas recaían en Marcos Peña, su exmano derecha, Macri aún prefiere preservar a Milei de estos pases de factura y responsabilizar a su entorno. Es la manera que encontró para que el PRO no pierda identidad, que es lo que le achaca a Patricia Bullrich con su mileismo militante.

Pero también intuye que es el mejor camino para marcarle la cancha al Presidente. En el macrismo aseguran que lo hace para ayudarlo a que tenga éxito y el kirchnerismo pase al olvido. En el Gobierno barruntan que busca influir sobre Milei para sumar funcionarios e incidir en áreas claves. Como mínimo. La sospecha de máxima es caldo de cultivo de las peores conspiranoias oficiales. Que no son pocas e incluyen a Macri.