La suspensión de las PASO 2025 en febrero logró solo parcialmente su cometido. Un mes después, el cierre de listas para las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires demuestra que las internas dentro de los partidos que resolvían las PASO se transforman en competencia entre más partidos, donde cada integrante del mismo campo político dirime su interna apelando a competir desde un nuevo partido.
Sucede con la interna del ex-Juntos por el Cambio: el PRO tiene dos listas, la oficial que encabeza Silvia Lospennato y la alternativa que encabeza Horacio Rodríguez Larreta. El radicalismo con la ex-presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires, Lucille Levy y la Coalición Cívica con Paula Oliveto. O sea cinco cabezas de lista.
Algo similar sucede en La Libertad Avanza, donde también competirá su lista oficial con Manuel Adorni y la alternativa con Ramiro Marra. En el espacio de la derecha se suman a competir también la Unión Porteña Libertaria generando confusión con un logo similar al de Unión por la Patria del peronismo y Yamil Santoro, quien finalmente estaría en la lista aunque no encabezándola (un apellido del candidato y del acrónimo del partido, homónimos), y Marcelo Pereta quien presentó a Patricia Bullrich con Javier Milei.
La percepción de que la sociedad se corrió a la derecha y que la Ciudad de Buenos Aires siempre estuvo menos predispuesta al peronismo que otras zonas del país, hace que el sector del centro a la derecha tenga muchos más candidatos. No sería el caso de la izquierda, quien tuvo la fama de ir dividida en micropartes y postula a Vanina Biasi, ni del peronismo, que salvo el incorregible Guillermo Moreno (con el argentino-coreano Alejandro Kim) todo el resto (incluso Juan Manuel Abal Medina) se terminaría encolumnando detrás de la candidatura de Leandro Santoro, quien proviniendo del alfonsinismo también puede representar al centro mejor que cualquier otro candidato peronista. La amplia oferta de candidaturas en estas primeras elecciones en la Ciudad de Buenos Aires también se explica porque hay sesenta legisladores, mientras que solo 25 diputados nacionales porteños (ambos se renuevan por mitades cada dos años) lo que aumenta las posibilidades de ser electo legislador, posibilidad que, a la vez, aumenta para el primero en la lista en la medida que haya más partidos políticos compitiendo, porque el sistema D’Hondt los beneficia en esos casos.
Pero el inusual interés que despertaron estas elecciones a legisladores porteños no es solo porque sean la primera votación de medio término de 2025 y el primer test del humor de la sociedad, sino porque también oficia de PASO para las elecciones de la provincia de Buenos.
Desde el PRO hipotetizan que si llegaran a salir primeros en la Ciudad y La Libertad Avanza terceros, esto facilitaría un acuerdo para juntar fuerzas en la provincia de Buenos Aires (la “madre de todas las batallas”, porque representa casi el 40% del total de los votos nacionales) porque un PRO fortalecido y una La Libertad Avanza cascoteada, predispondría a Javier Milei (o a Karina Milei, según Mauricio Macri) a aceptar que los candidatos del PRO ocuparan primeros lugares en la listas facilitando el entendimiento.
Mientras que si La Libertad Avanza ganara en la Ciudad de Buenos Aires y el PRO saliera tercero, no quedaría el más mínimo espacio para una negociación y el PRO se vería obligado a competir en inferioridad de condiciones en territorio bonaerense, porque a diferencia de la anterior elección de medio turno en 2021 cuando Cambiemos ganó la Provincia, no tiene el 40% del total de sus votos que le aportó Facundo Manes representando al radicalismo, sumado a que quizás pudiera perder hasta Santilli como candidato si fuera cooptado por La Libertad Avanza.
En el PRO son optimistas con el resultado en la Ciudad, sostienen que quienes aseguran que Jorge Macri tiene “el voto picado” se equivocan, creen que la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta le saca más votos a Leandro Santoro, lo mismo que las escisiones de las candidatas de Lousteau y de Carrió. Que la imagen socialdemócrata de Leandro Santoro se superpone más con los pan radicales: Lousteau y Carrió, y el desarrollismo: Larreta, que con el votante duro del PRO.
Lo cierto es que frente a tanta fragmentación es probable que la diferencia entre el primero y el tercero sean muy pocos puntos y el podio esté conformado por un primero de 28, un segundo de 26 y un tercero de 24, repartiendo el 22% restante en una docena de candidatos.
Pasar de ser primero a tercero, lo que simbólicamente buscan tanto el PRO, LLA como el PJ, es la diferencia entre la vida y la muerte políticamente, pero en la práctica es porcentualmente infinitesimal y puede depender de hechos aleatorios fuera de la capacidad de control de los propios candidatos, que se generen los últimos días previos a la elección.
Marcelo Longobardi en su programa de las mañanas en Radio Perfil llamó este vienes a los escindidos del PRO y de La Libertad Avanza: Horacio Rodríguez Larreta y Ramiro Marra, “los vengadores”. Pero así como Mauricio Macri está jugando en estas elecciones de la Ciudad su interna con LLA, por la provincia de Buenos Aires, Larreta y Marra, al igual que Santoro están jugando posicionarse para competirle a Jorge Macri por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en 2027, el puesto de mayor poder y autonomía después de presidente, nada menos.