COLUMNISTAS
opinión

Las relaciones carnales de los periodistas deportivos con el poder

24_08_2024_roman_boca_sergiopiemonte_g
Disparen sobre Román. El blanco de todas las críticas. | sergio piemonte

Riquelme fue a dar entrevistas a campo enemigo, lo maltrataron y se fue. Es bastante impresionante la doble vara: imaginemos si en Boca ocurrieran las desprolijidades, por usar una palabra suave, que están pasando en River con el mercado de pases. Estaría toda la prensa del establishment disparando contra Riquelme. Es cierto que Boca juega mal. Que sus campañas son mediocres. Que no se clasificó a la Libertadores sino a una copa de segunda línea, en la que tuvo que ir a un repechaje de 16 avos de final. Y encima se quedó afuera con Cruzeiro. Que Cavani, el mejor de todos, ya va por su cuarto desgarro. Y que hasta ahora tampoco se está clasificando a la Libertadores del año que viene. No es poco. Pero Boca podría haber hecho todo al revés, es decir, todo bien, e igualmente no dejarían de criticarlo por cualquier cosa. Por esto, o por lo otro, por lo de acá o lo de más allá. No importa.

Pensemos ahora en el equipo presidido por el dueño del banco del que Scaloni es la imagen publicitaria. River despidió al técnico en la mitad del campeonato y de la Copa, con el mercado de pases empezado, es decir, con varios jugadores ya incorporados a pedido de Demichelis. Lo rajan, viene Gallardo, le compran jugadores que ni loco se los daban a Demichelis (es decir, aparece una guita que supuestamente antes no tenían) y además, y sobre todo, a Gallardo no le gustan los jugadores que vinieron con Demichelis y poco menos que los devuelven como si fueran paquetes de Mercado Libre entregados en una dirección equivocada. ¿Cómo hubieran reaccionado los medios hegemónicos si eso pasaba en Boca?

Porque hay que entender que, así como en el periodismo político, frente a los Majul, Viale, Feinmann o antes Lanata, entre tantos y tantos otros, nos indignamos, nos burlamos, nos azoramos o directamente nos repugnan, eso mismo ocurre en el periodismo deportivo. El nivel de operaciones y de relaciones carnales con el poder no es muy diferente en el periodismo deportivo que en el político. Es esta una verdad tan evidente como que el sol sale por el Este o que el agua hierve a 100 grados en el llano. Sin embargo, hay una pregunta que bien podemos hacernos: ¿cuál es la real influencia del periodismo deportivo sobre los hinchas? El periodismo político, o mejor dicho, las grandes corporaciones mediáticas (porque el asunto va más allá del periodismo político) logró, a lo largo de décadas, generar un sentido de común, “ser” el sentido común. Y eso va más allá del apoyo (o no) a tal o cual candidato o presidente. Los medios generaron una forma de comprender el mundo, un sistema de valores y creencias de inmensa chatura intelectual bajo la sensación de que las cosas son así, y que no pueden ser de ningún otro modo. El mundo es neoliberal y lo que hay que hace es adaptarse a él. Punto. ¿Y el periodismo deportivo? De Muñoz a los muchachos antirriquelmistas hay una larga historia de las relaciones entre periodismo deportivo y poder político y económico. Pero es un tema muy amplio y complejo como para tratarlo en las pocas palabras que me quedan hoy. Pero habrá que volver sobre este tema.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite