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Las familias de ficción

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Durante los últimos años, la ficción fue el género televisivo que ha captado la mayor porción de audiencia de la TV argentina, especialmente en el horario central. Además, la televisión abierta en nuestro país sigue siendo un referente muy fuerte para nuestra sociedad, ya que sus contenidos son motivos de conversación y debate para todos los usuarios que acceden a ella desde cualquier plataforma. Hoy, llama la atención que gran parte de esas ficciones posean como eje de sus relatos a familias, con diferentes modelos y tipos de conflicto, pero familias al fin.
Si bien en la Argentina la familia, como núcleo constitutivo de la identidad social, ha sido siempre la primera preocupación de los habitantes de nuestro país, con el transcurrir de los años, el concepto de familia y los pasos que, para conformarla, eran los que regían casi de forma dogmática el comportamiento de las personas, han variado en demasía. Las realidades familiares comenzaron a modificarse y hoy sabemos de la convivencia de familias ensambladas, monoparentales, adoptivas, de tránsito, sin hijos y muchas otras variables. En los países de América Latina sucede algo similar. Las “nuevas” familias comienzan a convivir con las consideradas “tipo”, provocando así nuevos modos de sociabilización, constitución y construcción familiar.
Varios fueron los programas emblemáticos que, a lo largo de la historia de nuestra televisión, abordaron la temática familiar. Sólo por citar algunos muy recordados: Los Campanelli (1969/1974); La familia Falcón (1962/1969); La nena (1965/1969); La familia Benvenuto (1991/1995); Son de Diez (1992/1995); Grande Pa! (1991/1994); Gasoleros (1998/1999); Mi cuñado (1976 y 1993/1996); Mi familia es un dibujo (1996/1997) o Campeones (1999/2001). Hoy, Graduados (2012), Dulce amor (2012/2013), Solamente vos (2013/2014) o los actuales Camino al amor, Somos familia, Señores papis y Viudas e hijos del rock and roll (Telefe); Mis amigos de siempre o Guapas (El Trece) construyen sus episodios día a día, a partir de conflictos complejos, vigentes y polémicos. Temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, las familias ensambladas, la adopción, los embarazos en edades tempranas, hijos que se comportan como padres y padres que se comportan como hijos, relaciones conflictivas entre hermanos, la infidelidad, la fertilización in vitro, y la resiliencia son los ejes por donde pasan las historias principal y secundaria de cada ficción.
Es una condición que las ficciones necesitan conflictos para mover sus historias, y de hecho así ha sido siempre. Pero en los programas de la primera época, los modelos familiares se transmitían de modo más “transparente” y conciliador. Sin embargo, los contenidos actuales se basan en relaciones de naturaleza compleja, hiperbolizada y por momentos, con cierto grado de inverosimilitud. A veces nos preguntamos, ¿no sería óptimo que estos contenidos se transmitan como generadores de experiencias positivas, como modos de aprendizaje y de apropiación por parte del público y no como mera superposición de problemas y conflictos?
Por ello, es pertinente ponernos a pensar qué modelos de familia presentan los programas de ficción en la TV argentina para tomar conciencia de la importancia de los contenidos audiovisuales y de cómo las audiencias se pueden identificar y formarse a partir de su puesta en escena. La responsabilidad está en los guionistas, productores y programadores, aunque también, nosotros, los espectadores, somos en parte responsables, al elegir o no una ficción a la que seguiremos fielmente.

*Profesora de la Facultad de Comunicación y directora del Observatorio de la Televisión de la Universidad Austral.