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Las edades y los nombres

Dados 20240713
Dados | Unsplash | Robert Stump | stumpie10

La moda es lo que luce el presente, manifestándose en distintos ámbitos: la indumentaria, la gastronomía, la industria automotriz, las viviendas; a través de diversos materiales, formas y  colores. Pero hay una moda más intangible, la de las palabras que circulan. No parece haber momento de la historia que no esté signado por palabras que se apoderan de las bocas e irrumpen como nuevas formas, o intentos de nombrar lo mismo de otra manera. El arte de la conversación es una práctica gozosa. ¿Pero cambia realmente lo que se dice? Quizá el placer de estrenar un término basta para que surja. La invención humana también se juega en la lengua. Y hay expresiones que  llegan a convertirse en tema.  ¡Inclusive en personajes! De tanto que se dicen, cobran forma. Se vuelven arquetipos, como diría Borges. Veamos un ejemplo: “MILF”.  Convengamos que la sigla no es feliz.  Está llena de problemas. El primero es mi pudor de traducirla. Pudor o desagrado. Por consiguiente, estamos ante una palabra extranjera que incorporamos sin preguntarnos del todo qué estamos diciendo.  Probablemente muchos conozcan el significado de esta sigla, en caso contrario, figura en Wikipedia; hace referencia a una mujer madura y atractiva, considerada deseable sexualmente. Es cierto que podríamos considerarla un insulto. De esos buenos. Un insulto convertido en piropo, casi un nuevo género erótico. No deja de ser una apelación a la madre cuando se trata de coger. La categoría estaría excluyendo a las mujeres que no son madres o que no se asemejarían a tales a la hora del encuentro sexual. Como no suele aplicarse a los hombres el mismo epíteto, se supone que en estos la edad no condiciona el atractivo. Pero más allá de las disquisiciones acerca de la sigla, o incluso de su origen un tanto burdo –si no me equivoco fue pronunciada por primera vez en la película American Pie–, la expresión parece adquirir nuevos rumbos y matices. Ya no importa parecer joven, sino ejercer la seducción. Alguien que me recomendó la película Goyo, recién estrenada en Netflix, llegó a decirme que se trataba de una bella historia que abordaba un tópico actual. Cuando le pregunté a qué se refería, muy sencillamente me contestó: “Es un romance entre una MILF y un Asperger”. Podría haber dicho, una madre en apuros, una mujer que lucha con su paraguas (preciosa escena de Nancy Dupláa), una esposa desahuciada, una interesada en los demás, en el arte, una mujer alegre llena de penas… Pero ¿una MILF? ¿Es una manera de rebajar para enaltecer?

Un nuevo sentido

Me quedé pensando en los nombres que se otorgan a las distintas edades, y si acaso las edades determinan lugares establecidos que cambian según las épocas. ¿La vida ya no se rige por el crecimiento? ¿Crecer es mantenerse igual? ¿O lo que engrandece es la pátina del tiempo?

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No reniego de las modas. Me gustan las palabras que le insuflan nuevo aliento al discurrir del mundo. No elegí la que más me agrada, pero la película de Marcos Carnevale terminó gustándome.