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Entradas, expulsiones y negociaciones

La puja liberal y el riesgo del veto

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Expresidente. Jugó fuerte durante la semana para mostrar la fuerza del PRO. | NA

Milei anunció que vetará la decisión parlamentaria de votar una recomposición en los haberes jubilatorios. El de los jubilados es un sector que no se moviliza, que no hace ruido pero que genera empatía.

El Presidente quizá debiera tomar nota de que, a pesar de lo que se cree, la fuerte caída de la popularidad de Macri comenzó a fin de 2017, cuando presentó su proyecto de ley jubilatoria, el que a pesar de la lluvia de piedras sobre el Parlamento fue leído como meterles la mano en el bolsillo a los jubilados. Sector al que han convertido en el más ajustado por la política económica.

El escándalo Alberto/Fabiola, que tuvo días enteros de exposición en los medios y en las redes, comenzó a ser desplazado por los conflictos internos dentro de la LLA, la pelea Macri/entorno de Milei, más las malas noticias económicas respecto a caída del PBI y las derrotas parlamentarias. Previo a que Milei ganara las elecciones había plena conciencia entre los líderes de opinión de que, una vez en el gobierno, la falta de una estructura política sólida, más la falta de cuadros técnicos, le generaría problemas de gobernabilidad y eficacia en la gestión.

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Pasaron ocho meses para que lo que comenzó como entradas y expulsiones rápidas de funcionarios, como los casos del ministro de Infraestructura Ferraro o Posse, se convirtiera en un cotidiano mostrar contradicciones entre miembros del elenco oficial.

Desde el primer día estaba claro el distanciamiento entre el Presidente y su vice, que ahora es más evidente.

También tenemos novedades en lo legislativo. En Diputados tuvimos primero el desprendimiento del bloque del MID, y ahora el episodio de dos diputadas que están expresando que se aprovecharon de su buena fe para meterlas en maniobras políticas vinculadas a los derechos humanos. Como las legisladoras carecen de piel curtida, reaccionaron con independencia de su pertenencia partidaria asumiendo las ideas de la libertad de pensamiento, una de las razones por las que se identificaron con LLA, y la cosa derivó en una denuncia por malos tratos e involucrando a Martín Menem como corresponsable de la visita a los genocidas.

Aun más fuerte es la posición del senador Paoltroni rechazando la figura de Lijo, declarando que se siente traicionado. Su argumento es que no se dio solo mandato para resolver lo económico sino también para no repetir conductas de la casta. Y preanunció que de seguir así se perderían votos.

Macri ve todo este lío como una oportunidad. No por nada, ante los fondos de la SIDE, alertó que ese no es el camino del cambio al tiempo que sus senadores acompañaron la ley de ajuste jubilatorio.  Sabe perfectamente que si hay fracaso económico, fracaso de gestión y descomposición política podrá recuperar parte del electorado perdido.

Por ahora está intentando hacerse fuerte en una negociación con Milei buscando darle otra racionalidad al Gobierno con el ingreso de cuadros político-técnicos al tiempo de mejorar su posición electoral 2025 forzando listas conjuntas.

 Además, debe saldar su interna con Patricia Bullrich. Para mostrar más poder, sus senadores acompañaron a toda la oposición en la compensación jubilatoria, pero luego Macri salió a apoyar el veto presidencial.

Como en una danza de idas y vueltas, mientras en el Senado el PRO mostraba los dientes, el ministro Caputo faltó a la audiencia que convocó la Corte por el incumplimiento por parte de la Nación de los fondos de coparticipación de CABA.

Veremos finalmente qué se lleva el expresidente y cómo tomará el Gobierno los desafíos de este, el que ya se expresó en contra de la incorporación de Lijo a la Corte. To be continued...

*Consultor y analista político.