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Izquierdo y Komar: dos arritmias, dos historias

Juan Izquierdo
Juan Izquierdo | x

En una semana de fútbol, dos eventos médicos pusieron al corazón del atleta en el foco de la atención. Ambos dejaron en evidencia que existe una asociación entre ciertas arritmias cardíacas y la práctica deportiva. El primero, y por lejos el más impactante, fue la muerte de Juan Izquierdo, futbolista de Nacional que se desplomó en pleno partido por Copa Libertadores y  falleció cinco días más tarde en el Hospital. El segundo, menos consternador y más preventivo, la caída del préstamo de Juan Cruz Komar a Huracán al detectársele una arritmia en la revisión y la resolución quirúrgica que tiene por delante. 

Se conoce como arritmia cardíaca a la variación de la frecuencia y/o del ritmo cardíaco. El consenso de la Sociedad Española de Medicina del Deportes, sobre contraindicaciones para la práctica deportiva, las clasifica en benignas, parafisiológicas y malignas. Se consideran benignas o inofensivas cuando aparecen durante la actividad deportiva y no constituyen un riesgo vital para el deportista porque no presentan un sustrato arritmogénico ni tienen consecuencias hemodinámicas. Se denominan parafisiológicas o arritmias hipoactivas típicas del deportista cuando aparecen fundamentalmente durante el reposo (situaciones de predominio vagal) y desaparecen al aumentar la frecuencia: con la actividad física o las emociones. Por último, se consideran malignas cuando traen graves consecuencias hemodinámicas (circulación de la sangre) durante la actividad física poniendo en riesgo la vida del deportista.

Se sabe que la actividad deportiva intensa es un factor desencadenante de arritmias cardíacas y que la miocardiopatía arritmogénica es una de las principales causas de muerte súbita en atletas. Recientemente, se ha reconocido también al ejercicio como un factor modulador que promueve la expresión fenotípica de los genes asociados y la progresión de la enfermedad, como muestran Abbate y Sinagra en su artículo Role of Exercise as a Modulating Factor in Arrhythmogenic Cardiomyopathy (El rol del ejercicio como factor modulador de la miocardiopatía arritmogénica.

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En las similitudes de los casos podría decirse que Juan (Izquierdo) de 27 años se desempeñaba como marcador central en el Bolso, club al que arribó hace un par de meses, mientras que el otro Juan (Komar), de 28 años, también es marcador central y había arreglado en estos meses en la institución quemera.

El ejercicio físico regular es un hábito saludable que disminuye los factores de riesgo y que mejora la esperanza de vida. Sin embargo, en intensidades altas aumenta el riesgo de arritmias ventriculares y de muerte súbita. Aquí radica una de las diferencias entre la actividad física para la salud y el alto rendimiento. Ser futbolista profesional no es saludable, pero no debería poner en riesgo tu vida.

Mientras el mundo del fútbol está de luto por la muerte de Juan Izquierdo, a Juan Cruz le indicaron someterse a una ablación para solucionar el problema, evitar mayores complicaciones y poder volver a jugar. Para Komar puede ser triste quedar afuera hasta el año que viene porque tenía la expectativa de debutar en su nuevo club esta semana, pero la diferencia entre riesgo y beneficio es clara.

Estos casos son llamados de atención para los individuos y una invitación a la reflexión para las federaciones y asociaciones sobre la importancia del reconocimiento médico de aptitud deportiva y de cumplir con las recomendaciones. Nuestro primordial interés en el deporte debe ser velar por el cuidado de la salud de nuestros deportistas.

PD: Si hace deporte, hágase su chequeo anual. Nadie más que usted debe pre-ocuparse.