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arte e injusticia

Inauguran una muestra de arte por los 30 años del atentado a la AMIA

La muestra “Falta compartida”, curada por Nicole Moises, es una exposición que tiene lugar en el marco de la conmemoración del 30º aniversario del atentado a la AMIA, una presentación artística que habilita la instancia para la reflexión sobre la postmemoria en sucesos traumáticos recurrentes de la historia argentina y en el de la comunidad judía. La misma se exhibirá a partir del 11 de julio y hasta el 20 de diciembre en el Museo Judío de Buenos Aires, Libertad 769.

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En muestra. Arriba: la fotografía titulada “La máquina del artista RES”, realizada con motivo de la conmemoración de los 20 años del atentado a la AMIA. La muestra “Falta compartida” podrá verse en el Museo Judío de Buenos Aires desde el 11 de julio próximo hasta el 20 de diciembre. | gtza museo judío de buenos aires

El jueves 11 de julio se inaugura la exposición colectiva Falta compartida en el Museo Judío de Buenos Aires, ubicado en el Templo Libertad (Libertad 769). La misma es de entrada libre y gratuita, podrá visitarse de lunes a viernes de 10 a 18 hasta el 20 de diciembre.

El Museo Judío de Buenos Aires se inauguró en 1967 por iniciativa del Dr. Salvador Kibrick, miembro de la Congregación Israelita de la República Argentina, primera institución judía del país, fundada en 1862. Está situado al lado de la imponente Sinagoga del Templo Libertad, integrante de la Red de Fundación Judaica, que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2000. El museo tiene por objeto relatar la historia de la milenaria tradición del pueblo judío a través de una colección permanente en diálogo con muestras temporales para reflexionar sobre el presente.

Falta compartida, en esta oportunidad a cargo de Nicole Moises, es una exposición que ya tuvo lugar en la galería Rolf Art durante 2019, en el marco de la conmemoración del 25º aniversario del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Pasteur 633, ocurrido el lunes 18 de julio de 1994, a las 9:53 a.m. Su reposición es con motivo del 30º aniversario del atentado. Esta presentación artística habilita la instancia para la reflexión sobre la postmemoria en sucesos traumáticos recurrentes de la historia argentina y en el de la comunidad judía.

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La curaduría del evento destaca que “las veinte obras reunidas evocan la huella de una ausencia, interpelando más allá de lo referencial, narrativo o testimonial, denotando experiencias colectivas y universales como el sentimiento de pérdida compartida que se transmite de una generación a otra. Estas piezas vulneran los límites entre instalación, fotografía, monumento y memorial, explorando los márgenes de la representación. Funcionan como catalizadores para la activación del recuerdo, perdurando más allá de las fechas de aniversario e invitándonos a revisitar constantemente estos temas, proponiendo nuevas formas de pensar lo común a partir de una gramática de lo indicial y la denotación, con una mixtura de texto e imagen, retórica y escritura. Es una suerte de arte mnemónico que inscribe en la obra una dimensión de memoria localizable e incluso corporal.”

De hecho, encontramos en esta muestra ocho soportes materiales en exhibición: fotografía, heliografía, instalación, impresión tipográfica, impresión en grasa, video monocanal, video instalación y objeto. La exposición cuenta con una selección de trabajos pertenecientes a diez destacados artistas latinoamericanos como: Marcelo Brodsky  (1954, Buenos Aires, Argentina), Voluspa Jarpa (1971, Rancagua, Chile), Oscar Muñoz (1951, Popayán, Colombia), Cristina Piffer (1953, Buenos Aires, Argentina), Santiago Porter (1971, Buenos Aires, Argentina), RES (1957, Córdoba, Argentina), Silvia Rivas (1957, Buenos Aires, Argentina), Graciela Sacco (1956-2017, Rosario, Argentina), Juan Travnik (1950, Buenos Aires, Argentina) y Ezequiel Verona (1979, Buenos Aires, Argentina).   

Los títulos de las obras en exhibición son los siguientes: Graciela Sacco, Ensayo para la espera (2004-2013) y Las cosas que se llevaron (1998-2010); Marcelo Brodsky, Nexo (2001); Santiago Porter, La ausencia (2001-2014); Silvia Rivas, Notas sobre el tiempo (2000); RES, Ensayo fotográfico realizado por los 20 años del atentado a la AMIA (2014); Cristina Piffer, Ni los despojos de sus muertos (2016) y La barbarie está maldita (2016); Juan Travnik, Autorretrato (1999), Buenos Aires (1991) y Buenos Aires (1985); Ezequiel Verona, Albergue (2018); Oscar Muñoz, Línea del destino (2006) y Voluspa Jarpa, La causa (2019).

Se destacan dos trabajos que tienen que ver con la “mixtura de texto e imagen, retórica y escritura” referida. Uno es La causa, del artista chileno Voluspa Jarpa, en la que participan 125 módulos de impresión basados en documentos judiciales, con cinco matrices singulares para impresión, pigmentos, tintas y manuscrito en hebreo sobre selección de papeles. Es decir, se conforma un mural con fojas de dimensiones 31,4 x 21,8 cm, cada una, dando un panóptico disperso de las partes de un expediente judicial. La obra en sí adopta una dimensión total de 380 x 400 cm.

El segundo trabajo, en relación ideológica y material con el anterior, es la fotografía titulada La máquina del artista RES. Este ensayo fotográfico realizado con motivo de la conmemoración de los 20 años del atentado a la AMIA estuvo publicado online desde 2014 a 2016 en Infojus, el servicio de información jurídica del entonces Ministerio de Justicia de la Nación. Se trata de una vieja máquina de escribir de cuerpo negro, sucia con polvillo de escombros, donde las teclas tienen caracteres del alfabeto hebreo. Algunas de estas están rotas por efecto de la deflagración, al punto que los brazos de impresión superiores carecen de cuños tipográficos y se encuentran deformados.

El valor simbólico evocado por esta pieza resulta indudable: sin justicia resulta imposible narrar el sufrimiento. De hecho, en el atentado a la AMIA murieron 85 personas y hubo trescientos heridos. Dos años antes, en el atentado a la embajada de Israel de Buenos Aires, murieron 22 personas con 242 heridos. Y para aquellos que descreen de la relevancia cultural de estos actos para la sociedad argentina, debe recordarse la explosión intencional de la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba, ocurrida el 3 de noviembre de 1995, que dejó siete muertos y más de trescientos heridos entre la población de dicho pueblo. Es decir, tenemos 40 años de continuidad democrática y 30 de injusticia.