Ayer celebramos el Día Internacional de las Mujeres; día que, en todo el mundo, se centra en recordar la lucha de las mujeres frente a la desigualdad, y que adquirió un significado internacional ante la lucha de las obreras textiles de Estados Unidos por sus derechos. Pero este año estamos ante un panorama diferente, porque Trump en EE.UU. y Milei en Argentina, no creen en la de-sigualdad, y por tanto, eliminan el principal motivo de esta celebración.
Y esto ocurre justo en el año en que se celebran los 30 años de la histórica IV Conferencia Internacional de la Mujer, conocida como Beijing, porque se realizó en Beijing, China. La conmemoración comienza mañana en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Esto implica que todos los astros confluyen para que esta negación y rechazo de Trump y Milei potencie la posición de algunos países del mundo, los más autoritarios y /o extremos, en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y niñas por motivos religiosos, políticos o sociales, arraigados en sus naciones.
Así Trump y Milei quedan asociados a los países que, supuestamente, son menos liberales y contradicen sus supuestos principios liberales. ¿Será por aquello que los extremos se unen?
Así es como Argentina, que lideró hasta el 2024 el grupo de países de América Latina y el Caribe más defensores de los derechos de mujeres y niñas a la igualdad, incluidas las personas del grupo Lgbtiq+, llamado Grupo Buenos Aires, ahora se retiró y se alió a Estados Unidos, siguiendo la nueva política de asociación incondicional al gobierno de Trump, como lo hace en otros temas de política internacional.
La más reciente es la votación en la ONU frente al apoyo a Ucrania. Después de ser Argentina, y específicamente el presidente Milei, quien invitó a Zelenski a su jura como Presidente y le prometió el apoyo permanente de la Argentina a la lucha de Ucrania, ahora, rápidamente, cambió y se abstuvo en una votación clave para acompañar la lucha de Ucrania.
En esa votación, dejó a la Argentina junto a Venezuela, Cuba y Nicaragua, además de otros países no reconocidos ni valorados por el Gobierno: lo que puede el “seguidismo” a ultranza de Trump, sin valorar las consecuencias para la política internacional argentina, que plantea la soberanía de las islas Malvinas, y que basa el acompañamiento de la mayoría de los países del mundo en la política de respeto a la decisión y autonomía de las naciones, algo que se quebró con esta votación.
Ahora vimos cómo Argentina se alineó para la discusión del documento en el que se celebrará y se ratificará el compromiso con el programa de acción de Beijing. La representante argentina se sentó al lado de la de EE.UU. y acompañó todas las posiciones. Antes no concurría a las negociaciones, ahora se siente fuerte y asiste bajo las políticas de Trump.
Por tanto, ahora Argentina no reconoce los derechos de las personas Lgbtiq+ y además las persigue, y solo acepta referirse a mujeres y niñas con relación a su condición biológica o de sexo, no de género. Reniega de dar derechos o apoyar políticas positivas que se adoptan para, en los casos de desigualdad, permitir los derechos de quienes están en condición de inferioridad homologarse a los que tienen derechos plenos.
El negacionismo llega a eliminar todo reconocimiento de la principal causa de la violencia de género, que es la desigualdad de poder, entre los que aplican la violencia y las que reciben esa violencia. Por eso en Argentina se eliminaron todas las actividades que el Gobierno Nacional desarrollaba para prevenir y atender la violencia de género. Ahora las provincias deben cubrir con sus fondos y recursos humanos esta falta y por eso están desprotegidas las mujeres, niñas y personas del colectivo Lgbtiq+ y sus familias. Esto se ve en el aumento de los femicidios que se registran en Argentina en los dos primeros meses de 2025.
A esto se suma la desprotección de los derechos a la salud sexual y reproductiva y a la infección con el VIH/sida, que no se atienden adecuadamente, lo que genera riesgos muy importantes para la salud de las personas. Pero el Gobierno mandó a la ONU un documento sobre su acción antiguo, entonces, parece que todo está bien en nuestro país. Por eso las mujeres argentinas elaboramos un documento donde decimos la verdad de lo que pasa en Argentina: ¡Denunciamos lo que no se dice!