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Huir hacia adelante

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Aprobación. El jueves, la Cámara de Diputados aprobó las dos primeras leyes impusladas por el gobierno de Milei tras más de seis meses de gestión. | afp

El sábado pasado titulamos esta columna “Estamos mal pero, ¿vamos peor?”. Allí se repasaban las malas noticias de la economía: los números oficiales del Indec registraban el peor trimestre del año desde la crisis de la salida de la convertibilidad en 2002, con el 14% de caída interanual de la industria, el 23% menos de la inversión, 350 mil cuentas sueldo menos en los trabajadores registrados, proyectando mayor cantidad de desocupados entre los trabajadores no registrados; además, el consumo y la producción volvieron a caer en mayo y un artículo de The Economist decía: “La parte más complicada para Milei aún está por llegar”, sumado al informe del FMI que advertía sobre una prolongación de la recesión.

Una semana después de aquella columna “Estamos mal pero, ¿vamos peor?”, quizás hasta se le podrían quitar los signos de interrogación porque a las noticias de prolongación de la recesión dejando atrás las esperanzas de una recuperación económica en “V” o en la “V” estirada de Nike en forma de palo de hockey, esperanzas reconvertidas en que sea en forma de “U” y no de “L”, ahora se agrega comprobar que el Banco Central dejó de poder comprar reservas durante el mes de junio, y hay cada vez más días en que tiene que vender más dólares de los que compra, con un aumento del dólar alternativo al oficial del 10% en semanas.

Los anuncios de Milei después de la sanción de la ley Bases fueron imprecisos

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El expresidente del Banco Central Martín Redrado y la economista Marina Dal Poggetto coincidieron en decir que “el Banco Central se quedó sin nafta” al ya no poder comprar más dólares, un punto de inflexión en la política cambiaria del Gobierno porque la inflación acumulada ya se consumió el colchón de la megadevaluación del 118% en diciembre, haciendo insostenible seguir con el plan de devaluar solo un 2% mensual con una inflación del doble y, en el peor de los casos, del triple. Y si tuviera que volver a devaluar entre un 20% y un 30%, toda su política de reducción de la inflación colapsaría.

Probablemente los anuncios de ayer de Milei diciendo que después de la aprobación de la ley Bases se dio comienzo a la “fase 2” con una modificación del sistema monetario, sin ser preciso sobre que vaya a ser algo similar a la convertibilidad, a la competencia de monedas o a alguna otra forma de “despesificación”, hayan sido una huida hacia adelante aprovechando oportunamente el punto de inflexión que resulta la aprobación de la ley Bases y quizás una forma de resolver el atraso cambiario que tantos economistas le advierten, camuflado en un cambio mayor.

 “Huir hacia adelante es una forma de escapar que utilizan muchas personas para no tener que reconocer y afrontar sus errores” (...) “sin tener en cuenta varias señales que normalmente deberían conducir a enmendar el rumbo”. O quizá la fase 2 que anunció el Presidente de forma vaga e inorgánica lo lleve al acierto buscado de que la mayoría de los economistas “no la ven”.

El citado artículo de The Economist del 20 de junio se anticipaba al anuncio de ayer de Milei diciendo también que “el próximo movimiento de Javier Milei podría potenciar su presidencia... o arruinarla” porque “experimentos radicales con la política monetaria podrían significar un desastre”. Y agrega la publicación inglesa: “Milei hasta ahora ha ofrecido anarquía monetaria en lugar de un nuevo orden. Durante la campaña electoral prometió dolarizar la economía y ‘hacer estallar’ el Banco Central. Ahora él y su equipo hablan de ‘competencia de monedas’, según la cual el peso coexistiría con otras divisas. Pero los detalles siguen siendo preocupantemente vagos. Y todavía quiere cerrar el Banco Central. Toda esta incertidumbre tiene costos. Los inversores no quieren destinar dinero a un país donde el sistema monetario y la moneda están en juego”.

El presidente del bloque de diputados radicales, Rodrigo De Loredo, en Radio Perfil, además de decir que “el Gobierno es violento, bullyinero y taquillero”, advirtió que Milei puso exageradas expectativas en que la aprobación de ley Bases producirá el rápido ingreso en un círculo virtuoso de la economía y con su aporbación se quedará sin excusas si eso no se produce. El artículo de The Economist concluía diciendo: “Milei triunfó en el Congreso al llegar a un acuerdo. Para evitar desperdiciar los logros que tanto le costó conseguir, necesita fomentar la certidumbre y la cordura”.

De Loredo advirtió que el Presidente puso demasiadas expectativas en su aprobación

No parece que la ley Bases cambie el estilo del Presidente, en el mismo reportaje donde anunció el futuro cambio de régimen monetario dijo que el presidente del mayor socio comercial argentino, Brasil, es “un zurdito con ego inflamado” y volvió a repetir que Lula era comunista y corrupto. Y en la misma mañana, por X, dijo que la organización de periodismo más numerosa del país, Fopea, es “una vergüenza”. Ernesto Tenembaum, también en X, resumió el sentir de la mayoría del periodista respondiéndole: “Burdas operaciones contra el periodismo. Cada día una nueva agresión, un nuevo escrache, una nueva acusación infundada. Además de que está mal, qué tontería, por Dios. Qué pérdida de tiempo. Además, ¡¿por qué se ponen tan nerviosos si todo anda tan bien?!”.

Y siguiendo con X, el socio intelectual de Milei hasta su separación, hace dos años, el economista Diego Giacomini, tras el anuncio de cambio de sistema monetario, irónicamente escribió: “Argentina es el país más divertido del mundo. Último dato: el 26/6/2024, con Javier Milei de presidente BCRA, ministro de Economía y PEN, las reservas son 29.886 millones de dólares. Hace un año, con el peor ministro de Economía de la historia, Sergio Massa, el 26/6/2023, las reservas eran 31.194 millones de dólares”.