Producida con el patrocinio de la Secretaría de Cultura de Salta en 2021, dirigida por Javier Flores y Emmanuel Moscoso y disponible en cine.ar, la miniserie "Güemes, el sueño de una América Libre", destaca, en primer lugar, por la idoneidad de los expertos que aportan datos y documentos. Además, a diferencia de lo que pasa seguido con las recreaciones históricas que terminan por verse un poco absurdas, acá están bien hechas, con Andrés Araya García interpretando a un Güemes verosímil, al tiempo que la cavernosa voz en off de Rolly Serrano como narrador aporta, por decirlo de alguna manera, un toque único.
Me encantó el acento puesto en un episodio fundacional pero menos conocido que la célebre Guerra Gaucha: la asombrosa participación en las invasiones inglesas. Ante una bajada del Río de la Plata, Güemes ordena a sus soldados avanzar a caballo por el agua hasta llegar a un barco enemigo, el Justina, que ha quedado varado. Lo toman con éxito. En este primer hito militar, donde ya despliega enorme capacidad de liderazgo y destreza, amén de una relación fluida con la naturaleza, clave en el éxito de sus gestas posteriores, tiene solo 14 años.
Belgrano y Güemes, amigos más allá de la Independencia
Con semejante comienzo, debió de haber sido difícil prever que, mucho más tarde, después de haber resistido heroicamente el avance de los realistas, sería víctima de algo que Jorge Asís aplicó al peronismo: “El enemigo está adentro, el adversario está afuera”. Efectivamente, sus opositores más encarnizados son los propios salteños de clase alta, que, esperablemente hartos de resignar ganancias en virtud de colaborar con quien llegó a ser el primer gobernador electo por la gente de su pueblo y no por Buenos Aires, dan lugar a una revuelta cuyo nombre dice todo sobre sus intenciones, “La revolución del comercio”.
Y me encantó todavía más que se den a conocer algunas de las cartas que Güemes, en su rol de enamorado, enviaba a la esposa. Firmaba siempre con la fórmula “Tu invariable Martín”. La palabra “invariable” para autodefinirse en la intimidad de sus relaciones también calza como un guante a su personalidad pública. Si algo caracterizó al gran Martín fue la invariabilidad de sus virtudes.
