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Sociedad

Funciones y tamaño de un Estado

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Estado. “Es una condición indiscutible de toda sociedad”. | AFP

Empecemos aclarando que la existencia de un Estado es una condición indiscutible de toda sociedad moderna. Esta premisa fue reducida en parte por algunos pensamientos filosóficos, como es el caso del liberalismo económico; pero en la práctica, actores políticos consustanciados con ese pensamiento, condujeron la primera revolución industrial con un Estado que no sólo garantizó la propiedad privada de los medios de producción, sino que tomó las medidas necesarias para que la industria tuviera la suficiente mano de obra para funcionar, y para que los trabajadores soportaran condiciones inhumanas de existencia. Por su parte, el anarco capitalismo que sería la guía ideológica de Milei, no impide que éste haga uso del Estado para intentar modificar las políticas económicas que se venían practicando desde hace décadas.

En cuanto a las funciones del Estado y las formas de llevarlas a cabo, pueden dividirse en la institucional; la económica y la social. En lo institucional debe garantizar, las libertades y garantías de todos los ciudadanos, así como la vigencia de los valores republicanos y la división de Poderes.

En cuanto a lo económico, debe ocuparse de crear las condiciones para que existan las suficientes inversiones productivas que garanticen riquezas y empleo genuino. Riqueza que, además de alimentar los recursos del Tesoro Nacional (vía impuestos) para la prestación de los servicios sociales imprescindibles, debe ser distribuida a través del empleo genuino que debe crearse, pagando salarios dignos, para lo cual debe garantizar paritarias donde empresarios y trabajadores acuerden salarios. Además, debe dictar una legislación laboral que fije condiciones dignas de trabajo, sin que ello entorpezca la contratación de mano de obra, además de cuidar el medio ambiente.

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Lo anterior forma parte ya de una importante dimensión de lo social, a lo que hay que agregar las prestaciones de salud, educación y jubilaciones, las que son responsabilidad del Estado en cuanto a garantizar el fondo y las formas de ser prestadas; pero cuya ejecución puede admitir  la participación de organizaciones privadas, supervisadas por el Estado.

Por su parte el tamaño del Estado resulta del conjunto de reparticiones dedicadas al cumplimiento de sus funciones; las que deben ser sólo las que resulten esenciales para esas funciones, evitando incrementarse artificialmente el números de reparticiones, tal como viene ocurriendo con fuerzas políticas que, llegadas al Poder, lo utilizan para aumentar el número de empleados públicos, nombrando a parientes, amigos o correligionarios. Funciones no esenciales que, de ser convenientes, pueden ser cumplidas con menores costos y mejor calidad de los servicios, por entidades privadas, supervisadas por el Estado. Aumento de funciones, reparticiones y empleo público, que llevan a una mayor burocracia que solo sirve para entorpecer la concreción de proyectos del conjunto de los ciudadanos. Todo fruto de prácticas nepotistas y demagógicas para dar empleo público a amigos, parientes, o militantes.

Un Estado “engordado” artificialmente que termina siendo, inexorablemente, un mal Estado.

*Sociólogo.