Es sabido que la estabilidad económica a cualquier precio es el objetivo del Gobierno de aquí a las elecciones. Los fondos esperados del FMI seguramente le permitirán tener más tranquilidad a quien pareciera creerse el mejor de la historia pero que cuando aparecen situaciones no controlables pierde los estribos. Es sabido que no se es el mejor gobierno de la historia porque se logra bajar la inflación durante el primer año de gobierno.
En el imaginario argentino, el nuestro es un país rico en recursos naturales y humanos. Lo que se le pide al gobernante es que genere las condiciones para que la población pueda acceder a esa riqueza.
El viejo sueño del país de clase media viene siendo cada vez más inalcanzable. Los gobiernos que no cumplen con ese sueño vienen siendo rechazados. El 54% que piensa que vamos rumbo a ser un país latinoamericanizado con muchos pobres, casi sin clase media, es un fantasma que acecha. Mientras el 79% de los electores piensa que la democracia es el mejor de los sistemas, para un 50% al Presidente no le importa serlo.
Debiera intentar no perder al 45% que sí lo cree democrático. El episodio Manes se produce no porque el diputado interrumpa al Presidente, sino porque el Presidente innecesariamente le contesta al diputado. Cuántas asambleas legislativas hemos presenciado con oposiciones enfervorizadas que interrupían y abucheaban al Ejecutivo de turno.
Finalmente, era un folclore esperado. No puede pretender el Gobierno que si se pasa insultando a los legisladoresque el episodio de que uno de ellos interrumpa no suceda.
Más grave aún es justificar, luego de la queja por el maltrato recibido por parte del principal asesor, que se diga que fueron “solo unas palmaditas”.
Si el oficialismo rechaza alianzas, no le será fácil un triunfo arrollador
Lo reprochable son tanto la amenaza como cualquier tipo de contacto físico. Los problemas con la cripto, las primeras denuncias de corrupción, el falllido reportaje de Jony Viale, el episodio del 1° de marzo, el destrato al periodismo, a los empresarios y a todos los que de algún modo expresan cierta disconformidad con el modo de gobernar comienzan a molestar también a un sector de quienes votaron al oficialismo.
No solo la posibilidad de deslizarse hacia el autoritarismo es una amenaza para el Gobierno.El 45% de apoyo que tiene no debiera hacerle creer que las elecciones legislativas serán un paseo. Tiene la ventaja de que enfrente no hay una oposición fuerte que sea alternativa de gobierno. Pero Macri parece haberse plantado y decidido a recobrar a sus electores, Carrió candidata en la provincia de Buenos Aires nuevamente se plantea ser la reserva moral de la república. El conflicto Kiciloff/Cristina se mantiene pero es difícil que explote.
Las encuestas que se realizan en las distintas provincias muestran que, si el oficialismo persiste con la idea de rechazar alianzas políticas, no le será fácil obtener un triunfo arrollador.
En muchas de ellas LLA empata o pierde con expresiones locales. Vale como ejemplo la elección constituyente de Santa Fe, donde el lema del gobernador tiene una amplia delantera seguido por una de las diferentes vertientes del peronismo local, y donde la lista de LLA esta casi última.
El episodio que viene, tratando de evitar que el Parlamento discuta el acuerdo con el FMI mediante un DNU, llevará nuevamente a pensar en la democracia y en la latinoamericanizacion. Y también en que la historia se repite pero en tiempos más cortos. Macri pidió el préstamo en su tercer año. Milei apenas cuando comienza el segundo. Algo no está bien.
*Analista y consultor político.