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Entre el debate Trump-Harris y las afirmaciones de Milei

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Cicerón. El Presidente lo citó dos veces, pero nunca dijo lo que le atribuyó. | cedoc

Durante el debate televisado entre los candidatos presidenciales estadounidenses Kamala Harris y Donald Trump llamó la atención que los periodistas moderadores David Muir y Linsey Davis intervinieran en varioas ocasiones para aclarar afirmaciones del republicano y marcar sus errores y/o mentiras. Ya es público que Trump,  referente declarado del presidente argentino Javier Milei, dijo alegremente y sin sonrojarse (por sólo mencionar una de sus fake news) que los inmigrantes haitianos comían mascotas –perros, gatos, pájaros– en una pequeña ciudad llamada Springfield (parece una humorada, pero no lo fue: es  el lugar donde viven imaginariamente los Simpsons). 

Muir tiene 51 años, es demócrata declarado, ganador de varios premios Emmy y presentador de ABC World News Tonight, el departamento de noticias de la red de televisión de ABC con sede en Nueva York donde se realizó el debate. Linsey Davis, presentadora de Prime en ABC News Live, ha moderado debates presidenciales en el ciclo electoral de 2020, incluido el tercero en el que Trump afirmó ser “la persona menos racista de la sala.”

Lo interesante en este asunto es que los moderadores no hacían sus comentarios, formulaban aclaraciones o desmentidas, cuando el debate había terminado, sino en tiempo real, apenas Trump y Harris hacían sus afirmaciones. Seguramente tuvieron la ayuda del control por vía de las “cucarachas” aplicadas a sus oídos. Las intervenciones en este formato hicieron el debate más ágil y entretenido, para satisfacciones de los millones de televidentes.

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En nuestro país esto no ocurre: los debates políticos preelectorales (sean presidenciales, legislativos o entre candidatos a gobernadores o jefes de gobierno) no incluyen aclaraciones, correcciones o desmentidas en tiempo real por parte del o los moderadores. Tal vez sea así por decisión editorial (por ejemplo, para evitar que se los considere parciales, con preferencias políticas) o simplemente porque hasta hoy no se les ocurrió a los conductores o a las autoridades del canal incorporar especialistas en el análisis de los discursos y aplicar sus conocimientos en cámara o desde el control, como es el caso de los debates en los Estados Unidos.

Queda, al menos, Chequeado.com, la organización periodística dedicada a confirmar, desmentir o relativizar los dichos de figuras públicas. No fueron pocos los pasajes cuestionables del discurso político pronunciado el domingo por el Presidente para anunciar por cadena nacional el envío del Presupuesto 2025 al Congreso. Al menos cuatro de las afirmaciones fueron tamizadas por Chequeado con resultados diversos:

“‘!El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser aprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse. Para que Roma no vaya a la bancarrota la gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado’. Esta frase tiene más de 2000 años”. Una cita insostenible: según la Universidad de Oxford, no proviene de las obras del cónsul romano Marco Tulio Cicerón, como lo atribuyó Milei, sino de una novela histórica escrita en 1965 por Taylor Caldwell. Tampoco hay registro histórico o documental de que Cicerón haya dicho que “cuanto más se acerca el colapso de un imperio, más estúpidas son sus leyes”.  

Chequeado califica como “exagerada” la afirmación de que “la presión impositiva formal de Argentina ronda el 60%. En realidad, se estima que incide entre el 35 y el 40%.

“Heredamos un déficit consolidado de 15 puntos del PBI, de los cuales 5 puntos pertenecían al Tesoro y 10 al Banco Central”. Afirmación cuestionable, según Chequeado: si sólo se considera el resultado fiscal del Gobierno, el déficit en 2023 fue del 4,6% del PBI.