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Defensora de Género

En el trabajo y en los deportes, las mujeres jugamos en Primera

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Florencia Chagas, en la NBA femenina. Ejemplo de la lucha y la soledad para llegar. | prensa cabb

El título puede parecer exagerado, pero las notas la semana pasada en PERFIL nos permiten ser optimistas. En medio de una pandemia que nos azota nuevamente y cuando estamos viviendo momentos críticos, éstas son luces de esperanza basadas en cambios que en medio de la pandemia están ocurriendo. Como se ha reconocido en todo el mundo, el covid debería ser un motivo de lograr cambios estructurales que existían y se profundizaban en nuestra sociedad desde hace años, pero eran inamovibles, ahora es tiempo de que se cambien. 

En el caso del mercado laboral y la participación de las mujeres, el avance que, desde un programa promovido por ONU Mujeres, la OIT y la Unión Europea evidencia que después de tres años de actividad sostenida se logró que más de doscientas empresas en el país asuman y adhirieran a los “Principios para el empoderamiento de las mujeres”. (WEP por sus siglas en inglés). La adhesión implica tres compromisos centrales: 

– El aumento de la participación de mujeres en los directorios y otras áreas de decisión/conducción de las empresas.

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– La reducción de la brecha digital de las mujeres que se desempeñan en esas compañías incluido el mejoramiento para el teletrabajo.

– La disminución de la brecha salarial equiparando licencias parentales compartidas, la elaboración de protocolos de acoso y violencia en los lugares de trabajo y otras medidas que promueven la igualdad entre mujeres y hombres. Entre ellas deben destacarse: la prioridad a las compras a empresas lideradas por mujeres; la adecuación de la publicidad para eliminar sesgos asegurando el enfoque de género y el empoderamiento económico de las mujeres a nivel comunitario. 

En estos tres años se alcanzaron a 144 mil empleadas en esas empresas. Este número impacta porque si bien no soluciona el problema de todas las mujeres insertas en el mercado de trabajo formal e informal, sí es un modelo ya que se trata de empresas líderes y que por tanto pesan en sus posiciones y políticas en el mundo laboral. 

No puedo dejar de mencionar que hace tres años cuando este programa se lanzó en el país, fui invitada a hablar y señalé la importancia y urgencia de estos cambios en el mercado laboral, celebrando que se iniciara este programa en Argentina, porque se estaba desarrollando en Uruguay con éxito, por eso nos parecía clave traerlo aquí. En ese momento no imaginamos la pandemia, ni el deterioro del mercado laboral en el mundo y el país, y que las primeras víctimas íbamos a ser las mujeres. En este caso vale: “los últimos serán los primeros”, fuimos las mujeres las últimas en incorporarnos al mercado laboral y somos las primeras en ser expulsadas en casos de crisis. 

Esto exige intensificar este esfuerzo que desde estas agencias internacionales se promueve ya que implica una revisión del manejo de las empresas y un cambio sostenido para alcanzar metas progresivas. Como dijo la embajadora Aude Maio-Coliche de la Unión Europea en el país, “…hay que distinguir lo importante de lo urgente, y estos cambios estructurales deben abordarse pese a la emergencia en que nos encontramos”. 

En el deporte, también a pesar de la pandemia, las mujeres argentinas como resultado de un trabajo incesante de años, luchando solas o con escasos apoyos están logrando éxitos que deben señalarse. Que una argentina a los 19 años y tras una lucha incesante desde los 16, cuando decidió asumir el riesgo de apostar al nivel internacional, logre incorporarse en el ámbito de la Indiana Fever, algo que la posiciona como la primera basquetbolista argentina que alcanza ese nivel. Ahora la felicitan y reconocen, pero a esa posición llego sola y casi sin apoyos. 

Otro grupo que debe mencionarse es el equipo argentino de tenis femenino, que disputó un encuentro internacional en Córdoba y donde si bien no logró vencer, permitió ver la capacidad de sus integrantes y la potencialidad que tiene, que se debe sostener y afianzar. Esto requiere apoyo, algo que hasta ahora no se ve muy claro.