Con la autopromocionada como “histórica” media sanción del postergado proyecto de Ficha Limpia, por el cual no podrían candidatearse personas con condenas por corrupción en dos instancias, volvió a representarse en la escena política el fino –o no tanto– arte de la simulación. Nos quieren hacer creer algo con reducido apego a la realidad. Y casi nadie escapa al engaño.
Ahí está por ejemplo el Gobierno. Hace menos de tres meses boicoteó el tratamiento del proyecto, históricamente fogoneado por sus aliados del PRO y cuyo blanco principal resulta ser la doblemente condenada Cristina Fernández de Kirchner. El curioso argumento de aquel rechazo era que la política quedaba a merced de jueces inescrupulosos.
“En EE.UU., con Ficha Limpia, Trump NO hubiese podido competir. Porque los demócratas lo condenaron con una causa inventada. No se coman las curvas de los socialdemócratas biempensantes de centroizquierda. (...) Que la puta gente decida. Y no que un juez de turno, que no sabés de qué lado juega y a qué intereses responde, pueda decidir el destino entero de una nación”. El textual es del 28 de noviembre último y corresponde a Daniel Parisini (a) GordoDan, la figura más saliente e influyente de la jauría digital libertaria, con más de un funcionario eyectado en su haber.
Con terminal en el superasesor Santiago Caputo, Parisini no es un libre pensador. Justifica y respalda cada una de las decisiones de Javier Milei, sobre todo las más controvertidas. Y evitó esta semana aplaudir el voto por Ficha Limpia, apenas reposteó la información de que había sido aprobada.
En el primer piso de la Casa Rosada, donde circulan Caputo y sus colaboradores de comunicación digital, se interpretó el insólito bajo perfil de Parisini en el tema no para evitar exponer las contradicciones oficialistas (qué le haría una mancha más al tigre, o al león en este caso), sino como una señal de la estrategia mileísta.
Con modificaciones menores al texto que rechazó tratar a fines de noviembre, esta vez el bloque de LLA avaló Ficha Limpia en la Cámara de Diputados. También lo harán cuando se trate en el Senado sus seis legisladores, sobre un total de 72 y con la exigencia de que obtenga al menos 37 votos para convertirla en ley.
Sin embargo, fuentes del Poder Ejecutivo y de la Cámara alta coinciden en afirmar que el respaldo a Ficha Limpia se limitará a lo legislativo. Un funcionario hizo la traducción al castellano: “No vamos a llamar a un solo gobernador para que interceda ante sus senadores. Ni locos gastamos una bala en eso”, al revés de lo que ocurrió con la ley Bases, el paquete fiscal, el blindaje al veto presidencial contra el aumento para jubilaciones y universidades y la suspensión de las PASO. ¿Será por eso la ausencia de entusiasmo en la cuestión del tándem Caputo-Parisini?
Cabe preguntarse también por qué entonces en el momento de la votación en Diputados se hizo ver en uno de los balcones de la cámara la hermanísima Karina Milei. Las respuestas en el oficialismo se dispersan. Hay quienes creen que la presencia de la secretaria general de la Presidencia robustece la falsa ilusión de que LLA pone toda la carne al asador con Ficha Limpia. Otros imaginan una exposición innecesaria pergeñada por Caputo. Las intrigas avanzan.
La lógica libertaria vuelve a aplicar una suerte de “win-win”. Si Ficha es ley, el Gobierno cree que se lleva los laureles y que le arrebata una de las pocas banderas que le quedan en pie al PRO y a su electorado duro, de por sí ya escaso tras el primer año de la gestión mileísta. No es un propósito menor ante unas elecciones claves, en medio de choques por la tentación de mudanza de dirigentes amarillos y disputadas confluencias.
Se multiplicará además, en ese caso, la táctica comunicacional oficialista de machacar en los casos de corrupción del kirchnerismo. Una vitamina recurrente que alimentó las últimas campañas electorales. Y con razón, más allá de sus resultados.
Si Ficha Limpia es cancelada en el Senado, teorizan en el Gobierno, se podrá cumplir el deseo de muchos sectores del mileísmo de confrontar con CFK, hacerla subir al ring electoral y vencerla, para despejar cualquier duda de un posible regreso al pasado. ¿Es la duda que expresan algunos actores financieros a la hora de seguir apostando por papeles argentinos?
Bajo esa hipótesis, el oficialismo piensa que el costo político de la caída de Ficha Limpia lo pagarán sus aliados del PRO y de la UCR, por su incapacidad de conseguir más votos. El pase de facturas incluirá obviamente al kirchnerismo, que con 34 bancas está a solo dos de bloquear el impedimento para que su líder pueda ir por una candidatura (otra simulación: mejor hablar de “proscripción” que de su condena en dos instancias).
¿Será por esa desconfianza que hasta el cierre de esta columna el expresidente Mauricio Macri no emitió sonido alguno sobre la media sanción “histórica”, según todos los dirigentes de su fuerza? Enternece la emocionalidad PRO a la hora de seleccionar dónde clamar por transparencia. Siguen las imposturas.
Para alimentar las sospechas, de pura casualidad, mientras se debatía y aprobaba Ficha Limpia en Diputados, en el Senado el oficialismo elevaba el dictamen de la Comisión de Acuerdos para que se trate en el recinto el ascenso del cuestionadísimo juez federal Ariel Lijo a la Corte Suprema. Intentará que se apruebe este mismo jueves 20, cuando se vote la suspensión de las PASO.
La promoción que Milei busca para Lijo cuenta en ese demorado dictamen con firmas libertarias, radicales, provinciales y del bloque Unión por la Patria (el sanjuanino Sergio Uñac, la catamarqueña Lucía Corpacci y la santiagueña Claudia Ledesma). Gran trabajo de convencimiento –y pago de favores, políticos, se entiende– del magistrado que más cuestionamientos acumula en vano en el Consejo de la Magistratura. No estuvo solo en esa ardua tarea.
La luz verde en el Senado para Lijo exige los dos tercios, algo impracticable sin algún tipo de guiño kirchnerista. ¿Lo obtendrán bajando la candidatura del académico Manuel García Mansilla? ¿O dejando caer
Ficha Limpia? Las conjeturas al respecto de oficialistas y opositores vuelan más que nunca por estas horas, donde lo que brilla ni se parece al oro. Como la criptomoneda que promocionó el Presidente. Que no termine igual.