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El PRO se autoflagela

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Socios. Karina Milei, “Lule” Menem, Javier Milei, Sebastián Pareja, Cristian Ritondo y Diego Santilli. | NA

“¿Me estás jodiendo?”. Con el ceño más que fruncido, Jorge Macri creyó que le estaban haciendo una broma de mal gusto cuando le avisaron que dos de los principales dirigentes del PRO, los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli, participaban ese lunes 17 de un armonioso cónclave en la Casa Rosada para “integrar” la estrategia electoral amarilla y libertaria en la provincia de Buenos Aires.

La rabia del jefe de Gobierno porteño se acentuó cuando empezó a difundirse la foto de Ritondo y Santilli en la mesa encabezada por Karina Milei, a quienes acompañaban sus operadores políticos, Eduardo ‘Lule’ Menem y Sebastián Pareja, y entre ellos nada menos que el propio Presidente de la Nación.

El mensaje era más que contundente en medio de la pelea a cielo abierto en el bastión histórico del PRO con LLA, la Ciudad de Buenos Aires, y a 48 horas del cierre de las alianzas en el distrito.

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El mensaje era más que contundente en medio de la pelea a cielo abierto en CABA

La provocación excedió a Macri (Jorge) y abarcó también al otro Macri (Mauricio), quien desde la presidencia del PRO había planteado públicamente hace un par de semanas que los acuerdos electorales con el mileísmo debían formar parte de un entendimiento más amplio. Nunca llega.

Acaso haya que entender como un intento de disimular la enésima desautorización a sus demandas (síntoma del despoder) cierto apuro desprolijo de Macri (Mauricio). Sucedió el viernes 21, cuando salió a aclarar antes de una nueva cumbre de mesa ejecutiva PRO que él estaba al tanto y había autorizado la visita de Ritondo y Santilli a la Casa de Gobierno. “Es una etapa de fotos”, agregó. Exactamente al revés de lo que se interpreta en la calle Uspallata, sede de la Administración porteña. Cosas que pasan.

No sería esta la única discordancia actual entre los primos. Alrededor del jefe de Gobierno esperan que el expresidente salga de su zona de confort (que incluye numerosos viajes sin relación con la política) y le ponga el cuerpo a la campaña en la Ciudad, de mínima. De máxima, que sea candidato a senador en octubre. “Hay que poner toda la carne al asador. Si no, a llorar a la iglesia después, ¡eh!”, grafica un colaborador “jorgista”.

En algunas filas “mauricistas” cunde otra visión al respecto. Afirman que el jefe del PRO ha debido intervenir la gestión gestión porteña, en vista de ciertas deficiencias que tendrían correlato en encuestas con evaluaciones negativas. La injerencia más evidente a la que se hace referencia se vincula al recambio en Seguridad, donde asumió como ministro un exjefe policial de Macri (Mauricio).

A este presunto apuntalamiento, allegados al exmandatario denotan una subestimación de origen. “Cuando Mauricio era presidente, Jorge era intendente de Vicente López”, azuza un macrista de paladar negro, como señal de supuestas diferencias de categoría, al estilo de las que hay en el boxeo. Chicanas de sobremesa familiar.

La descomposición del PRO no para. A los consabidos choques con su última candidata presidencial, la ahora ministra mileísta Patricia Bullrich, se sumó su derrotado en las PASO, Horacio Rodríguez Larreta.

Cofundador del PRO y el dirigente que más conoce CABA (ocho años como jefe de Gabinete y otros ocho como jefe de Gobierno), decidió anunciar que se presenta en la carrera hacia la Legislatura por fuera de la fuerza que contribuyó a expandir. Horas antes, desde un área revoltosa del partido amarillo se lanzó la especie de que ambos excandidatos serían expulsados. Fake news.

LLA potencia sus misiles para golpear a su principal aliado donde más le duele

Resulta cuanto menos curioso el “regreso” larretista. Lo publicita como resultado de su necesaria autocrítica al haber dado por sentado que sería presidente. Por eso lo conceptualiza en el marco de “volver a las bases”. Pero lo hace con críticas muy duras a la actual gestión porteña, que él bendijo y por la que hizo campaña. Una estrategia que termina siendo funcional a los libertarios (que encima lo detestan) en su pelea feroz contra el PRO en la Ciudad.

Tal vez, dentro del declamado proceso autocrítico, Larreta podría admitir que el “olor a pis” que hay en las calles porteñas no es nuevo ni enteramente de esta administración. En pos de su sueño presidencial, el exjefe de Gobierno desatendió a la Ciudad en su segundo mandato, sobre todo en sus dos últimos años en el cargo. De hecho, ni en su propio territorio consiguió vencer a Bullrich en la primaria. ¿Vuelve mejor?

A las astillas del mismo palo, el PRO porteño (ni hablar en otros distritos) debe enfrentar además a las ajenas. Sus exsocios en JxC definieron hacer rancho aparte, lo que consagra en los papeles la muerte de hecho de la coalición, acaecida tras el tercer puesto en los comicios de octubre de 2023.

LLA potencia sus misiles para golpear a sus principales aliados nacionales donde más les duele, en la misma semana en la que volvió a apoyarse en ellos, esta vez para blindar el DNU sobre el FMI. La ofensiva libertaria hasta puede incluir “sacrificar” al vocero presidencial, Manuel Adorni, para que vaya como candidato a legislador.

Como huele sangre en una jurisdicción históricamente adversa, el peronismo porteño se muestra unido. Todo lo contrario de lo que expone en el vecino distrito bonaerense y en gran parte del país. Pese a que hay sondeos que ubican primero a Leandro Santoro en las preferencias hacia mayo, voces avezadas del PJ local dejan trascender que saldrán segundos, por debajo de LLA y por encima del PRO.

Macri (Jorge) descree de un escenario tan perturbador. Pero por las dudas toma sus precauciones. Por ejemplo, sumar al MID de Oscar Zago a su frente. Zago, exjefe del bloque libertario en Diputados y que mantiene su defensa acérrima de Javier Milei, fue cancelado por la hermanísima Karina. ¿Habrá sido esa enemiga en común el único motivo para acercarse al macrismo? ¿Lograrán convencer con poderosas razones, como aspiran, algo similar con Ramiro Marra, otro exiliado al que lo aguarda un sello de goma para competir?

Travesuras de éste y otro tipo se multiplicarán. Como la flamante inscripción de Unión Porteña Libertaria, conformada por el Partido Libertario (que integraba LLA) y el Partido Demócrata Cristiano. El logo es UP dentro del mapita de la Ciudad, casi igual al de Unión por la Patria. Y el candidato sería Santoro. Yamil Santoro, funcionario porteño y sommelier del ajuste estatal hasta que degustó un despacho oficial. Como tantos.

En los próximos días asistiremos a la confirmación de nombres de peso en las listas porteñas. Eso ocurrirá porque hay mucho más en juego que una simple elección legislativa local. El PRO lo sabe. Y sus rivales también.