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El nivel de los árbitros, el punto débil por el que la AFA pierde apoyos y suma críticas de aliados

La acusación de “robo” del referente del Consejo de Fútbol de Boca, Raúl Cascini, antecedida por la anuencia de Juan Román Riquelme, marcó el primer distanciamiento entre este Boca y la AFA de Claudio “Chiqui” Tapia. A las polémicas en el Racing-Boca del sábado pasado se le sumaron las declaraciones incendiarias del presidente de Banfield, Matías Mariotto, luego de un fallo de Sebastián Zunino en la cancha de Estudiantes, y un reproche interno de un juez de línea al jefe arbitral, Federico Beligoy. A esta cuestión se le suma un formato que no conforma a nadie.

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Escenas. La patada de Zenón a Salas que Falcón Pérez consideró para roja. El jueves, Nazareno Arasa demoró 11 minutos en convalidar un penal en San Lorenzo-Platense. | NA

Raúl Cascini, integrante del Consejo de Fútbol de Boca, sale a hablar tras la derrota contra Racing en el Cilindro de Avellaneda. Lo que dice, que es un misil más político que deportivo, tiene la autorización premeditada de Juan Román Riquelme, un viejo aliado del presidente Claudio “Chiqui” Tapia: “Cada vez que venimos a esta cancha nos roban. Racing debe tener buena relación con la AFA”. Cascini marca la distancia que hay ahora entre los dos predios de Ezeiza: el de la Selección, el búnker de Tapia y el de Boca, el de Riquelme.

Tres días más tarde, en La Plata, el presidente de Banfield, Matías Mariotto, busca él mismo a periodistas para lanzar un monólogo de furia. Tiene latente el penal cobrado por Sebastián Zunino que posibilitó el triunfo pincha en 1 y 57. Hace un repaso de todos los fallos arbitrales que, según él, perjudicaron a su club y recuerda la advertencia que el tesorero de la AFA, Pablo Toviggino, le lanzó en la red social X al vicepresidente hace pocas semanas. “Evidentemente, esa amenaza que recibió el socio y la socia de Banfield está siendo ejercida y cumplida. Manifiesto mi disconformidad absoluta por lo que está sufriendo la institución”. Mariotto ayer se disculpó. Había que desescalar el conflicto.

Pero la controversia permanente en la que está sumergido el fútbol argentino por los arbitrajes quedó plasmada lejos de una cancha: en un Zoom que condujo el director nacional de arbitraje en Argentina, Federico Beligoy, el juez de línea Ramiro Cabrera lo cruzó: “Ante los errores que a veces cometemos, estaría bueno que nos comunicaran por qué nos castigan y por qué no. No tengan en cuenta el nombre del árbitro a la hora de defenderlo, no cuiden solo a los suyos. Cuiden a los pibes que tienen mucha ilusión con esta actividad”. Los árbitros que estaban en ese Zoom quedaron estupefactos: casi nadie se anima a ir contra el jefe de los árbitros, que también es el secretario general del sindicato AAA. Lo de Cabrera visibiliza algo: la rebelión no solo es externa, también es interna. Nadie sabe, al menos por ahora, hasta dónde puede llegar el estallido.

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Yael Falcón Pérez, el árbitro que dirigió Racing-Boca, generó un cortocircuito que traspasó los límites del campo de juego y puso en jaque la alianza política que construyeron, con todas las dificultades y los egos en cuestión, el Boca de Riquelme y la AFA de Tapia. En rigor, no fue Falcón Pérez, fue un cúmulo de decisiones arbitrales que hartó al Consejo de Fútbol. “Hay un enojo con los árbitros por situaciones que quedan muy expuestas. Pero el enojo de algunos es más profundo”, dice un directivo. El torneo de treinta equipos, el nivel de algunos equipos de Primera División (que está a la vista que no pueden competir de igual a igual) más otras pequeñas –o no tan pequeñas– situaciones, como el horario de los partidos, crearon un caldo de cultivo de consecuencias impredecibles.

El presidente de River, Jorge Brito, siempre a una distancia prudente de la AFA, no escondió su opinión sobre el formato del torneo. “Las principales ligas del mundo están discutiendo si veinte equipos no es mucho. Con todas las competencias, son muchos partidos y los partidos que terminan sobrando a veces son los partidos de liga. No digo que esté bien o mal, lo que digo es que mientras que el mundo discute si veinte equipos son muchos, acá lo subimos a treinta”. River votó a favor de este torneo, pero Brito contó que esa votación fue inducida: cómo se votó el combo de reelección y nueva comisión directiva (en la que está su vice, Ignacio Villarruel), nuevo formato y balance, River –y tantos otros– levantaron una mano que ahora esconden.

La respuesta de Saja a Cascini

El director deportivo de Racing, Sebastián Saja, respaldó ayer el trabajo del árbitro Yael Falcón Pérez en el triunfo ante Boca y minimizó los reclamos de los dirigentes xeneizes que se sintieron “robados” por el juez en esa ocasión. Ante esta acusación, Saja salió a responder seis días más tarde y respaldó el desempeño del árbitro Yael Falcón Pérez: “Habrá partidos que nos tocará alguna a favor y otra en contra, creo que el árbitro en el partido con Boca dirigió muy bien, tuvo una gran personalidad”. El exarquero se refirió al supuesto penal por mano de Juan Nardoni y al lateral sacado diez metros adelante por Martirena, que luego terminó en el primer gol: “Creo que no era penal, por suerte el VAR no le quita la picardía a este deporte. Gracias a Dios la tecnología no ha matado la picardía, hacer una falta rápido o un lateral”, opinó.

Además, destacó la intención de Racing de mantener buenas relaciones dentro del fútbol argentino: “Acabamos de llegar, estamos queriendo entablar buenas relaciones con todos, con los clubes, árbitros, con la AFA, por supuesto que siempre defendiendo los intereses de Racing”.