COLUMNISTAS
Estados y opiniones divididas

El moño que falta

150225_milei_roberto_piazza_ig_g
Foto. Realizaron una cena con el modisto Piazza para mostrar a un Milei no homofóbico. | ig

El Presidente declaró que al acuerdo con el FMI solo le falta el moño, y que él se dedica a la economía y a la batalla cultural. No puedo opinar sobre el acuerdo con el organismo financiero. Pero a lo que le falta un moño es a la batalla cultural.

A pesar de que se han difundido encuestas como prueba de que la marcha contra el discurso de Davos no produjoo daños en la popularidad del Gobierno, debieron recurrir a una cena con una pareja gay, la del modisto Piazza para mostrar a un Milei no homofóbico.

Evidentemente hubo un impacto de lo dicho. Si no, la difusión del encuentro carecería de sentido. Los estrategas comunicacionales del Gobierno están conscientes de que no se puede ganar definitivamente la batalla política pregonando la apertura indiscriminada de la economía y la inutilidad del Estado sin ganar la batalla cultural. Pero que a su vez si no se demuestra que se consigue un país inclusivo que progrese con esa política, no hay batalla cultural que valga.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

A través de los años, más de 60% de los argentinos demandan un Estado activo

Los valores, así como el modo de resolución de problemas pueden ir cambiando, pero no sucede lo mismo con el mito de origen de un país. El gran tema cultural que el mileismo tiene por delante no es vencer al wokismo, sino cambiar el rol que los argentinos le dan al Estado.

Las estudios muestran sistemáticamente a través de los años que estructuralmente hay más de un 60% de los argentinos que demandan un Estado activo y que hay no más de un tercio que cree que el Estado debe tener un rol pasivo. Eso a pesar de que voten a Macri o a Milei.

Lo dijimos varias veces en esta columna. Aun los que piensan que el Estado durante los últimos gobiernos fue ineficiente, dilapidó recursos, y fue cooptado políticamente demandan un Estado que les brinde adecuadamente los servicios y rechazan la idea de un no Estado.

En épocas de Menem, también se creyó que la sociedad apoyaba el conjunto de reformas, incluido el proceso de privatización de empresas, cuando lo que se apoyó fue la estabilidad económica lograda.

La crisis económica del 2001 volvió a mostrar la demanda de un Estado activo que hiciera posible la realización de nuestro mito de origen de país rico en recursos naturales y humanos que por incapacidad dirigencial o por avaricia del capital interno o externo impide dicha realización.

El gran triunfo de Néstor Kirchner fue encarnar en la coyuntura la idea de recuperación del país para los propios. El gran símbolo de ello fue el pago al FMI. Ello no significa que la batalla cultural que llevó adelante el kirchnerismo fue exitosa. En el momento en que la inflación parecía carecer de control al igual que la inseguridad, aparecieron las críticas al gobierno de Cristina. Si hurgamos en la historia podemos ver que la verdadera demanda de la sociedad argentina hacia los presidentes es poner en acto el país rico para que pueda ser disfrutado por el conjunto, y no solo por un sector social, lo que es similar a decir: “Progreso con equidad social”.

Estamos ante un cambio de época en relación a los sistemas de comunicación y los modos de interacción laboral y social, pero ello no implica que el mito de origen no esté latente y su no realización genere frustración.

Hoy tenemos una opinión pública partida en dos, en donde unos creen que con el actual rumbo volveremos a tener un país que recupere la movilidad social perdida, mientras la otra parte cree que vamos hacia una sociedad dual de ricos y pobres como sucede en el resto de A.L, pero debajo de esa antinomia se mantienen las proporciones originales sobre el rol del Estado.

Milei está atado entonces no solo a lograr la estabilidad económica, sino a conseguir un progreso inclusivo que incluya al conjunto. Si lo logra retirando al Estado podrá decir vencí. Por ahora, le falta el moño.

*Analista y consultor político.