Hay banderas de Los Piojos en los partidos de fútbol y trapos de Nueva Chicago en los recitales. Hay remeras de Los Redondos en los estadios y camisetas de Lanús en los shows. Hay tatuajes de Sumo en brazos que comparten piel con el escudo del Gallito de Morón. Hay canciones de rock en las tribunas del Monumental y cantitos de cancha en la platea del Movistar Arena. Hay, en definitiva, mucho rock en el fútbol y mucho fútbol en el rock. Son una dupla inseparable, como lo fueron el Diego y el Cani, Araujo y Macaya o Bochini y Bertoni. Por eso, a veinte años de la masacre de Cromañón muchos clubes organizaron homenajes a los pibes y las pibas que perdieron la vida cuando solo pretendían disfrutar de un show de Callejeros. Las 194 víctimas eran, también, 194 hinchas.
Sin AFA. El primer paso lo dio la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino: les pidieron a los dirigentes de la AFA y de la Liga Profesional que en la última fecha del torneo se les hicieran homenajes a los sobrevivientes de Cromañón en todos los partidos. Pero no hubo respuestas. Entonces fueron los propios clubes los que tuvieron que encarar actividades para impulsar los reconocimientos. Eligieron el último partido que cada equipo jugaba como local y desplegaron distintos homenajes.
En River, por ejemplo, antes de golear 4-0 a Central en la penúltima fecha un grupo de integrantes de las subcomisiones de Derechos Humanos y del Hincha junto con sobrevivientes recorrieron el campo de juego con una banner. También pusieron dos banderas detrás de los arcos con la leyenda “Los pibes de Cromañón presentes”, mencionaron la causa por la voz del estadio y pasaron un video por la pantalla.
Cristian Krom es presidente de la Subcomisión del Hincha del Millonario y estuvo el 30 de diciembre de 2004 en el boliche de Once. “Como sobreviviente y como hincha de River quería que mi club hiciera algo –señala–. En Cromañón hubo hinchas de todos los equipos y es importante que cada club recuerde a sus propias víctimas”.
En San Lorenzo también impulsaron un homenaje. Florencia Castro, integrante de la Subcomisión de Derechos Humanos, cuenta que lanzaron una convocatoria para reunirse con sobrevivientes y familiares hinchas del cuervo y que llegaron cerca de cuarenta personas. Acordaron que el acto se iba a hacer en la previa de la última fecha, ante Tigre. Y así fue: los jugadores sostuvieron un banner, las camisetas lucieron un parche con un logo diseñado por uno de los sobrevivientes, la voz del estadio mencionó a las víctimas y desde la pantalla mostraron fotos.
“El club terminó siendo un espacio para que se conozcan, se encuentren, para que puedan contar sus historias”, comenta Florencia Castro, y agrega: “La importancia de este tipo de acciones tiene que ver con que el club sea un espacio social, en este caso de contención y acompañamiento. Es un pequeño granito de arena para intentar sanar la herida que dejó semejante tragedia”.
María Florencia Fernández es una de las sobrevivientes de Cromañón, hincha de San Lorenzo y participó del reconocimiento: “Me encantó que nos hayan convocado del club para hacernos un homenaje porque todavía a muchos de nosotros nos cuesta decir que somos sobrevivientes y gracias a iniciativas como esta nos animamos a estar presentes y a contar nuestras historias”.
En Vélez, el equipo que se quedó con el título de la última Liga Profesional, los homenajes los hicieron en las tribunas. En principio, juntaron firmas en la entrada del Amalfitani para que no se caiga la ley de expropiación del inmueble donde funcionaba Cromañón y para que el predio quede como sitio de memoria. Y después entraron a la platea con las banderas que colgaron durante el partido.
Orgullo. En Banfield, club pionero en la lucha por los derechos humanos, organizaron una charla con alumnos de cuarto y quinto año del secundario del club. Y en el entretiempo del partido con Sarmiento, el último del Taladro como local, ingresaron al campo dos sobrevivientes con una bandera. Ayer, además, comenzó la restauración de un mural que habían pintado en una de las paredes de acceso al Florencio Sola.
Los clubes de fútbol impregnan su identidad en los hinchas. Que recuerden y homenajeen a sus víctimas es parte de esa conjunción. Para esto, también, existen los clubes. Sebastián Alberio, sobreviviente de Cromañón, lo entiende de esa manera: “Argentinos fue el primer lugar que me cobijó después de que estuve internado y gran parte de mi recuperación psicológica y física se la debo al club. Psicológica porque cada persona que me acompañó en ese momento me dio un abrazo, una mano, me puso el hombro, y desde lo físico, recuperé las ganas de volver a jugar al fútbol y divertirme como cuando era más chico y salíamos de la pileta del club y jugábamos toda la tarde a la pelota. Que veinte años después se siga recordando con tanto respeto me llena de orgullo”.