Una de las innovaciones o rarezas que trae Javier Milei es que al revés de todas las experiencias de la democracia, primero se votó a la persona, y después se comenzó a construir su estructura, política y de gobierno.
Quién es quién. Sin práctica partidaria o carrera política previa, cada persona que se integra al gobierno libertario resulta una incógnita que se somete a la evaluación de un grupo muy pequeño, lo que explica la alta rotación de funcionarios en las primeras líneas del Gobierno, ya sea por renuncia propia o simplemente por expulsión por algún escándalo aunque sea menor, como el caso de Diana Mondino.
Quienes votaron en 2023 por la fórmula Milei-Villarruel no podían imaginar que un año después se iba a crear una corriente o agrupación, que se iba a llamar Las Fuerzas del Cielo, que se iba a autoafirmar como la guardia pretoriana presidencial. Más probable era pensable las diferencias entre el Presidente y la vice, ya que si bien ambos se recuestan en el espacio derecho del abanico político tradicional, Milei representa a un liberal globalista extremo, mientras que Villarruel se recuesta en la derecha malvinera.
Esta falta de “recursos humanos” en La Libertad Avanza hace que existan mil internas, muchas veces por diferencia de concepción, pero también por diferencias personales y también produce que aún hoy sobrevivan muchos funcionarios de la gestión anterior, sin mayores problemas como el caso de Marcos Lavagna en el Indec.
El déficit de tener múltiples voceros de la palabra libertaria en los medios también obliga a Javier Milei a tener un protagonismo permanente, dar entrevistas amigables donde el interlocutor “le hace la segunda”, y le permita actualizar los títulos para ubicarse en las tapas de los diarios, portales de noticias y redes sociales y también le permita ir completando el álbum de ideas doctrinarias sobre las más diversas temáticas.
La agenda. También Javier Milei ha utilizado las tribunas empresariales para transmitir sus visiones generales sobre las cosas, en general empleando discursos escritos previamente, lo que hace imaginar un mundo de escribas preparando esos textos, que además deben pasar por la supervisión correspondiente. Si se escuchan esos discursos atentamente se podrá observar que las ideas que expresa resultan cada vez más radicalizadas, lo que surge una pregunta casi imposible de responder: ¿acuerdan los votantes de LLA de 2023 con esta agenda tan cerrada en algunos temas?
También el núcleo vital de gobierno debe generar nuevos polos de atracción dirigencial, ninguna estructura política resiste el paso del tiempo con una única persona persona conocida. Aquí hay otra grupo de personas encabezado por Karina Milei ya elaborando los nombres principales de las listas electorales de 2025. Es obvio que Javier Milei no va a estar en las boletas, pero él debe transmitir su confianza a la cabeza de lista de cada distrito, cosa que se pueda producir el milagro de “si voto a fulanito en tal provincia voto a Milei”. La boleta única en papel multiplicará la necesidad de tener nombres reconocibles rápidamente para que el votante pueda escribir su cruz.
Nuevos peinados raros. En todo este tiempo los únicos funcionarios que se destacaron para ser conocidos por la sociedad fueron la misma Karina Milei y Manuel Adorni. Es probable que el segundo encabece la lista en la Ciudad de Buenos Aires. La duda es si la Primera Hermana estaría en condiciones de afrontar la elección en la provincia de Buenos Aires, no hace falta en este espacio recordar la importancia de la jurisdicción que reúne al 38% de los votantes del país. No siempre el apellido asegura la tracción electoral como pasó en 2009 en la provincia de Buenos Aires cuando “alica-alicate” Francisco de Narváez (Unión-PRO) le gana nada menos que a Néstor Kirchner (Frente para la Victoria) 34,7 a 32,2%. Es cierto que el gobierno de Cristina Kirchner venía muy golpeado por la derrota política frente a los sectores agropecuarios y también por el enfrentamiento con el grupo Clarín –¿Clarín estás nervioso? solía preguntar Néstor Kirchner–, pero los dos puntos y medio de diferencia fue un golpe muy duro para el kirchnerismo, que lo hizo temblar en su momento.
Eliminar las PASO sería un alivio para LLA ya que son muchos los dirigentes que se han alejado en este año y que podrían intentar presentar una lista propia para tensar la interna; –ej. Carlos Kikuchi, quien fue uno de los armadores más importantes de la campaña–. Se supone con cierta razón que Cristina Kirchner podría acordar con el criterio de evitar la fase de la primaria electoral, sobre todo si como es probable la expresidenta encabece la lista del peronismo-kirchnerismo.
De todos modos eliminar las Primarias no es condición suficiente para limitar la competencia electoral, también habría que limitar la posibilidad de presentación de sellos políticos –por ejemplo, los mismos que usó Milei en 2023– ya que podrían surgir decenas de partidos libertarios-republicanos-liberales para disputar en cada provincia, algunos con muchas horas de vuelo en alianzas locales. Cambiar la forma de inscribir a los partidos políticos es una cirugía mayor, no queda tiempo para cancelar a organizaciones políticas ya existentes y obligar a realizar el proceso de inscripción en la Justicia Electoral, de ser así, lloverán las demandas en este fuero de quienes se sientan limitados en su participación política.
Las cartas sobre la mesa. La elección de 2025 será un plebiscito sobre la figura presidencial. El Gobierno tendrá obviamente como principal carta para mostrar la baja de la inflación, por eso es un activo por cuidar y que limita las posibilidades de sacar el cepo cambiario, si arriesga una mínima elevación del tipo de cambio y desde aquí una suba del valor del dólar. Muchos economistas –econochantas para Milei– plantean que las posibilidades de una corrida cambiaria son bajas, pero es un riesgo por considerar.
Además de la inflación se discutirán las formas presidenciales con todas los nuevos modismos que trae, y se verá si el enfrentamiento con gran parte del periodismo es facturable electoralmente por fuera del pequeño mundo de fanáticos del ecosistema libertario.
*Sociólogo.